El despliegue de la Gendarmería sobre Zárate es hasta ahora la única respuesta del gobierno nacional a los trabajadores de las obras de Atucha, que ayer cortaron la ruta 9 ante la inminencia de 2500 despidos. “Para la comunidad esto es un cachetazo. Estamos shockeados”, dijo a Página/12 Ariel Puebla, secretario general adjunto de la Uocra local sobre la falta de avances en los reclamos que empujó a los cesanteados al piquete. La Uocra nacional respaldó la protesta y exigió al ministro de Energía, Juan José Aranguren, “que explique a la ciudadanía cuál es el plan energético para nuestro país”. El sindicato recordó que fue este mismo gobierno el que decretó la emergencia energética, pero paraliza las obras “conspirando contra la generación de un insumo básico para el desarrollo productivo”. En una crítica centrada en el ex CEO de la Shell, el sindicato se preguntó además “si la decisión de dejar a tantas familias sin trabajo es la decisión exclusiva de este funcionario”.

Fue el segundo día de cortes de ruta por Atucha. Los trabajadores dejaron abierto un carril de la ruta 9 para no dar lugar a que la Gendarmería los desalojara, pero mantuvieron la protesta durante casi cuatro horas, desde las nueve de la mañana hasta pasado el mediodía.

Mientras realizaban el piquete, una delegación de la Uocra-Zarate viajó a La Plata para pedir la intervención del ministerio de Trabajo bonaerense. Les dieron una audiencia para el próximo lunes, a la que serán citadas las seis empresas contratistas empleadoras y la estatal Nucleoeléctrica SA (la operadora de las centrales nucleares).

Los afectados son obreros de la construcción (Uocra) así como técnicos y profesionales (agremiados en Uecara). Sus despidos, en un efecto dominó, implicarán a su vez la pérdida de otros puestos de empleo en las áreas de seguridad privada, transporte, maestranza y los comedores.

En las negociaciones que los gremios y el intendente de Zárate, Osvaldo Cáffaro, realizaron ante el Ministerio de Energía, Aranguren les aseguró que no habría desocupados. Sin embargo, luego recortó drásticamente el presupuesto para el plan de mitigación –obras públicas en el municipio, destinadas a mantener el trabajo de los obreros que hicieron Atucha II hasta que comience la construcción de Atucha III–. Por otra parte, el gobierno nacional anticipó que revisará los convenios con China –que aporta el 85 por ciento de los fondos para la construcción de esas centrales– y una campaña mediática tildó a los trabajadores de ñoquis (“hay empleados que no tienen tareas”, publicó por ejemplo, este domingo, un periódico de tirada nacional) y señaló presuntos hechos de corrupción “como herencia” de la gestión kirchnerista. Así, con el argumento de los ñoquis y la corrupción, a los que trabajaban en las obras les cortaron los fondos del estado y quedarán desocupados.

“Nos llevó años capacitarnos. Cuando la construcción de Atucha fue reactivada por el entonces presidente Kirchner acá todos los oficios se habían perdido; en Zárate no teníamos electricistas calificados, ni carpinteros mecánicos ni conexionistas. Más de cuatro mil trabajadores hicimos cursos y nos terminamos de calificar en la práctica, con la construcción de Atucha II. ¿Ahora van a contratar a empresas de afuera o van a defender la mano de obra nacional?”, inquirió Puebla.

En un gesto de respaldo a la Uocra Zárate, la comisión directiva de la Uocra nacional que encabeza Gerardo Martínez se reunió ayer en la sede del sindicato y dio su “total apoyo” a las acciones que definan los trabajadores de Atucha.

“La decisión del gobierno nacional de cerrar o paralizar las obras vinculadas a la central nuclear afectará a 2500 empleos en la construcción y otros 8000 indirectos, vinculados al comercio y la industria en la zona”, advirtieron. La mega asamblea a la que hace alusión está prevista para el martes, luego de la audiencia en el Ministerio de Trabajo bonaerense.