La fiscal Alejandra Rodríguez requisó ayer cada rincón del monasterio Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en General Rodríguez, en busca de indicios que puedieran establecer si José López llegó hasta allí armado y con valijas con casi nueve millones de dólares conducido por un estado de paranoia y angustia o si se trató de una forma de actuar propia de un modus operandi habitual para esconder dinero. La fiscal no encontró nuevos billetes ni ningún otro objeto relacionado con López, lo que reforzaría la primera hipótesis. También ayer, junto al juez de Garantías de Moreno, Gabriel Castro, la fiscal allanó la vivienda de López –una importante casa en el delta del Tigre– donde se halló un contrato de alquiler firmado por la esposa y la suegra del ex secretario de obras públicas con la empresa Austral Construcciones, propiedad del empresario Lázaro Baez. Todos los elementos de prueba recabados ayer y durante la semana le serán remitidos al juez federal Daniel Rafecas, quien tiene en sus manos la causa original contra López por enriquecimiento ilícito.

López, que iba a declarar hoy, permanece preso en el pabellón psiquiátrico de Ezeiza, a la espera de que se le realicen las pericias psicológicas que retrasaron su comparecencia ante el juez. Su abogada, Fernanda Herrera, dijo que “está como ido...” y pasa las horas “mirando el techo”. La letrada aseguró que ese trámite durará un par de días. “Luego se determinará si seguimos con la investigación para tomar medidas que nos permitan avanzar en la causa y poder proyectar una futura defensa”, agregó.

Una de las incógnitas sigue siendo las horas previas y el recorrido del ex funcionario hasta el monasterio, donde se desencadenaron los hechos de rasgos novelezcos. Como consignó ayer este diario, una primera pesquisa sobre la casa en el Tigre reveló que la noche del martes dejó su cena a medio comer y el placard revuelto, con la ropa desordenada y un hueco visible donde tenía guardadas las valijas con el dinero. Incluso, que llegó a General Rodríguez con la ametralladora vaciada, dado que las balas estaban tiradas en el suelo de la casa. La fiscal reveló que, en una confesión fuera del expediente, López le contó que fue amenazado antes de partir con las valijas desde su casa hasta el convento.

Ayer se difundió un video en el que se ve la camioneta plateada modelo Chevrolet Meriva patente FEI 444 conducida por López transitando por la localidad de Pilar, alrededor de las dos de la mañana. Las imágenes fueron capturadas por una cámara de seguridad del municipio. El ex funcionario habría salido de Tigre a la una y llegó a las tres a General Rodríguez, donde fue apresado mientras intentaba esconder valijas con casi nueve millones de dólares.

La fiscal Rodríguez decidió avanzar con el allanamiento del monasterio impulsada por la necesidad de saber si López ya había llegado hasta allí anteriormente para ocultar otras sumas de dinero. El primer conteo de la plata de López se realizó en una especie de hall, pero hasta ayer no se había podido requisar todo el interior del templo. Ayer no se dejó rincón sin requisar. Fue realizado sólo por policías mujeres, con cuidado de los elementos de culto, con escanners de alta tecnología y perros de la Afip. El intendente de General Rodríguez, Darío Kubar, presente durante el operativo, lo describió como “un rastrillaje completo en la parte exterior, pero más minucioso en el interior”.

El resultado, contó la fiscal a este diario, fue “negativo”: no se encontró nada relevante para la causa que permita saber si López llevaba habitualmente plata hasta ese lugar. Si no era la primera vez que iba hasta allí, ya podía demostrarse un modus operandi. Pero la pericia refuerzó la idea de que López tenía esa madrugada un ataque de paranoia.

En el domicilio de Tigre, la fiscal y el juez de instrucción obtuvieron ayer un documento que vincula a José López con Lázaro Báez. Se trata de un contrato de alquiler firmado por la esposa y la suegra del ex secretario de Obras Públicas con la empresa Austral Construcciones. El contrato de alquiler es por una casa en Río Gallegos, propiedad de la familia de López, y que Martín Báez –hijo de Lázaro– suscribe como “inquilino”. López, nacido en Tucumán, vivió muchos años en Santa Cruz, donde fue funcionario de Néstor Kirchner en su etapa como gobernador de la provincia. Ese papel fue lo más relevante que encontraron los investgiadores, en una pesquisa exhaustiva: se levantaron maderas del deck que rodea a la pileta y abrieron más de unos veinte pozos en el cesped del jardín, en una copia en miniatura de las excavadoras del fiscal Marijuán, aunque sin la presencia de cámaras de televisión. Fue con un contador policial, el que estableció qué papeles debían ser incautados como posibles pruebas.

También persisten las dudas sobre la propiedad de la casa del Tigre, que no consta en las declaraciones juradas de López como funcionario, lo que sumaría un elemento más en la acusación por enriquecimiento ilícito que pesa sobre él. De todas formas, no está claro todavía si la propiedad era efectivamente suya. A la fiscal no le consta de quién es. Sí se sabe que López estaba viviendo en ella, que en ella guardaba los dólares y que no fue a buscarlos a otro domicilio antes de llegar a General Rodríguez.

Todas las medidas de prueba fueron recabadas por la fiscal local, Alejandra Rodríguez, y el juez de Moreno, Gabriel Castro, quienes investigan a López por enriquecimiento ilícito y portación de arma. De todas formas, ambos se declararán esta semana incompetentes y la investigación quedará en manos del juez federal Daniel Rafecas, quien lleva adelante la causa original. “Ella –por la fiscal– remitirá todo a mi juzgado pero recién el miércoles que viene”, adelantó Rafecas.