El gobierno nacional desplegó ayer un enorme operativo de campaña en todo el país, encabezado por el presidente Mauricio Macri y replicado por ministros, gobernadores y legisladores de Cambiemos. El segundo “timbreo” de la gestión macrista se produjo en pleno conflicto por el tarifazo de los servicios públicos pero, según los organizadores, no hubo ninguna crítica al oficialismo sino más bien “comprensión” y “apoyo”. En las fotos subidas a las redes sociales y difundidas por las oficinas de prensa se veía a los dirigentes junto a personas de a pie, con gesto amable o sonriente, igual que en la campaña electoral. Los macristas difundieron a coro un mismo mensaje: “Conclusión unánime del timbreo: el ‘tarifazo’ no es una preocupación de la gente. Mensaje p/ demagogos varios de la política y la prensa”, afirmó vía Twitter el diputado Eduardo Amadeo.

Producido con un look casual, Macri recorrió ayer la localidad de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires. Vestido con jeans, zapatillas y chaleco gris, el Presidente no tuvo inconvenientes en reconocer que se trata de las mismas acciones proselitistas que utilizaron durante la carrera presidencial del año pasado: “¡Qué lindo! Como extrañaba esto”, cuentan que afirmó el jefe de Estado. Estuvo acompañando la gobernadora María Eugenia Vidal y el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis, entre otros colaboradores. El presidente saludó minutos antes de las 13 a un grupo de vecinos en el municipio gobernado por el ex massista Joaquín de la Torre (actualmente ministro bonaerense). Macri tocó timbre en algunas casas y convidó a varias personas con los bollitos que llevaba en una bolsa de papel de una panadería local.

Las actividades comenzaron a las 10 en todo el país, con una amplia difusión por parte del aparato de comunicación del Gobierno en las redes sociales. En esta ocasión se sumó oficialmente la UCR, que en el “timbreo” anterior sólo había participado a través de unos pocos ministros que integran el gabinete. De todas maneras, la actividad generó molestias en el tercer socio de la alianza gobernante, la Coalición Cívica-ARI, ya que no habían invitado a sus referentes a participar, algo que según fuentes de ese espacio “cayo muy mal” y generó “malestar” por la desconsideración oficial.

Además de Macri, varios referentes del PRO concentraron su energía en la provincia de Buenos Aires, un distrito afectado por las medidas del oficialismo de los últimos meses. A primera hora, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, visitó una herrería en La Matanza junto a sus colegas bonaerenses de Gobierno, Federico Salvai, de Seguridad, Cristian Ritondo, y de Educación, Alejandro Finocchiaro.

Luego de todas las visitas se repitió el latiguillo sobre lo importante de “estar cerca de la gente”, “escuchar a los vecinos” y “dar la cara”. En Quilmes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se mostró junto al intendente macrista, Martiniano Molina. A su vez, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, recorrió junto al subsecretario nacional de Juventud, Pedro “Piter” Robledo, la ciudad de Esteban Echeverría. En Almirante Brown, la visita estuvo a cargo del jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y el director del PAMI, Carlos Regazzoni.

En muchos casos, el timbreo también sirvió para posicionar a los dirigentes en sus distritos. Así, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, regresó a los barrios de su Entre Ríos natal. Su par de Agroindustria, Ricardo Buryaile hizo lo propio en Formosa, igual que el ministro de Defensa, Julio Martínez en La Rioja. Las autoridades porteñas, Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli, recorrieron el barrio de Villa Pueyrredón. La secretaria de Asuntos Parlamentarios, Paula Bertol, se fue hasta Misiones y al titular del sistema nacional de Medios Públicos lo enviaron a Santiago del Estero.

En otros casos los macristas se mezclaron con los radicales: Los ministros de Transporte y de Salud, Guillermo Dietrich y Jorge Lemus, recorrieron distintos sectores del partido de San Isidro, acompañados por el intendente Gustavo Posse.

El titular de la UCR nacional e intendente de Santa Fe, José Corral, aprovechó la movida para trabajar en su candidatura a gobernador: Recorrió la ciudad de Rosario, el distrito más poblado de su provincia, donde prometió obras. En la misma línea, el diputado y jefe del bloque de Cambiemos, Mario Negri recorrió los principales barrios de la capital cordobesa junto al intendente Ramón Mestre. El diputado nacional por Santa Cruz, Eduardo Costa recorrió Río Gallegos, también en plan electoral. Otro radical con aspiraciones a gobernador que se subió a la ola del acting macrista fue el titular del Plan Belgrano, José Cano en Tucumán.

El “timbreo”, que abarcó unas 200 ciudades, también fue una oportunidad para las segundas y terceras líneas del Gobierno, como en Chaco, donde salió a la calle el jefe regional de la Anses, Leandro Zdero.

Bajo el hashtag #CambiandoJuntos, el oficialismo se encargó de coordinar prolijamente su mensaje respecto del supuesto “optimismo de la gente” y “el respaldo y comprensión” hacia Macri, en un momento donde la gestión del oficialismo está pasando por uno de sus momentos más complicados.