EL PAíS › COMIENZAN HOY LAS INDAGATORIAS EN SANTIAGO
Juárez emprende su Calvario
Hoy será indagado Carlos Juárez y mañana será el turno de su esposa Nina. El cargo más grave contra el ex gobernador es la desaparición de un dirigente político. Las figuras fuertes de la provincia urden sus planes para defenderse dentro y fuera de Tribunales. Preparan una marcha para hoy.
Por Alejandra Dandan
La mañana de hoy será un termómetro político. A las 12 comienza el calvario de Carlos Juárez en los tribunales federales de Santiago. El juez Angel de Jesús Toledo lo indagará por la causa de los desaparecidos antes del último golpe militar. De acuerdo con la información de los abogados, saldrá de su casa hacia el juzgado en un auto de Gendarmería. Anoche, esa fuerza de seguridad sabía que los punteros del juarismo estaban movilizando a su gente hacia la residencia privada de los ex gobernadores y el edificio del Juzgado Federal. La movilización de fuerzas marcará si se trata del comienzo de su sepulcro político o del inicio de un movimiento de resistencia. El viejo caudillo, en tanto, asegura que aún no sabe por qué lo juzgan. Declarará y pedirá un cuarto intermedio durante la indagatoria. De acuerdo a sus abogados, está convencido de que es un preso político. En palabras de uno de ellos: “Intervenido y preso, se siente un abandonado del peronismo”.
Carlos Juárez lleva seis días detenido en su casa en medio de un proceso que puede dejarlo preso de por vida. Toledo se dispone a indagarlo por la desaparición del ex concejal Emilio Abdala, uno de los dirigentes montoneros del interior de la provincia. En la causa también está imputado el ex comisario Musa Azar, autor material de la detención de Abdala desde la propia casa de gobierno, durante el segundo mandato de Carlos Juárez en 1975, a cuatro meses del último golpe militar. El proceso comenzó el año pasado con la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que desencadenó más tarde la reapertura de la causa Abdala y la judicialización del estrepitoso knock-out político de Carlos Juárez.
En este momento el viejo caudillo está convencido de que las bases de la imputación judicial son políticas: “El se siente abandonado por el peronismo ortodoxo”, le confiaba a este diario su abogado. Los traidores son los dirigentes peronistas: Juárez trasformó a Santiago del Estero en una de las fichas fuertes de las internas del PJ. Con una provincia de apenas 800 mil habitantes, el caudillo controló una masa de afiliados que permitían ocupar el cuarto lugar de fuerza en los congresos del partido. Detrás de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, el PJ de Santiago tiene en este momento 41 congresales sobre los 247 totales. El año pasado le entregó los votos de la provincia a Duhalde para la ruptura con el menemismo, y su provincia se convirtió en la primera aliada política para el lanzamiento de Néstor Kirchner. Ahora no reclama nada del Presidente, pero sí de su alianza histórica con los sectores del duhaldismo y los viejos líderes del partido. “Con o sin razón –especulaba su abogado–, pero siente la traición.”
Más allá de las traiciones o especulaciones políticas, el Juzgado Federal se dedica al acopio de pruebas para sostener la acusación por los delitos de lesa humanidad. Juárez tiene varias cuentas pendientes. Además de la desaparición del ex concejal Abdala, la Asociación de Víctimas y Familiares de Desaparecidos santiagueña lo denunció por otros tres desaparecidos y una treintena de detenidos por razones políticas durante su segundo mandato: 1973-1976. De acuerdo con el material reunido en los expedientes, también su imbatible esposa podría quedar implicada en alguna de estas causas.
Marina “Nina” Aragonés de Juárez entrará mañana por primera vez al Juzgado Federal en el rol de imputada. La indagatoria a la que deberá enfrentarse no está vinculada aún a la causa de los desaparecidos sino con las dos investigaciones que quedaron pendientes cuando sus diputados rechazaron los pedidos de desafuero presentados por la Justicia federal a comienzos de marzo. Una es una imputación por defraudación al fisco en el caso ANSeS y la otra, la acusación como instigadora del atentado contra la casa del diputado menemista José Figueroa. Los abogados defensores de la pareja creen que Nina Juárez podría zafar de las causas: cuestionan las pruebas reunidas y consiguieron el voto de la cámara de alzada para la reapertura de un recurso de queja en una de las causas. Pero no piensan lo mismo de la situación judicial del caudillo. Aún no conocen a ciencia cierta cuáles son los hechos que le imputan: “Objetivamente, el juzgado tiene cerrada la acusación por el caso Abdala y el caso de la joven Carrizo”, explicó uno de sus abogados. “Pero por carácter transitivo –especuló– Juárez podría ligarse el resto de los casos.” La defensa ya presentó un pedido de sobreseimiento basado en la llamada ley Luder, que ponía a la policía a disposición del Ejército, uno de los argumentos que quedaría desarticulado con los testimonios reunidos por las organizaciones de derechos humanos locales que trabajan con la fiscalía federal en la recolección de pruebas. Por estas razones y las razones políticas, los abogados ya planean el día después: los años de la prisión de Juárez.
Hasta la semana pasada estaban convencidos de que querían sacarlo de Santiago. La excusa era un chequeo médico en la clínica porteña Sagrado Corazón. Pero ahora las cosas cambiaron: “Juárez quiere quedarse en su casa”, dijeron. “En ningún otro lugar va a estar como está acá: tiene servicio doméstico, su perro (en rigor, una perra) y su jardín.” Según sus abogados irá al sanatorio sólo si lo piden los médicos. El departamento en el barrio de Belgrano no tiene ni empleados domésticos, ni perra, ni jardín. Y para sus abogados, “un preso domiciliario se siente bien la primera semana; la segunda, la casa comienza a parecerle una cárcel; la tercera, una sala de torturas y la cuarta se parece a un cementerio”.
El cambio de planes será un problema para los interventores. Su nombre, su casa, los alrededores son un símbolo políticamente delicado. En este momento puede convertirse en un foco activo de quienes perdieron el control sobre el régimen. Desde que está detenido, siempre hay algún militante sobre el frente de su casa, al lado de un agente de la Federal. Los interventores lo prefieren lejos. Buscan bajarle el tono a su presencia real y simbólica. Una presencia que sobrevive en las filas del juarismo, desde donde se promovieron las tomas de unas 1500 casas en los barrios que construía el Instituto provincial de la Vivienda. Desde donde durante todo el fin de semana se organizó un éxodo de mercaderías, colchones, frazadas y ventiladores guardados en el Hogar de Niños Eva Perón. Y desde donde probablemente hoy partirán las fuerzas del simulacro de 17 de Octubre esperado por Carlos Juárez.