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México pedirá su integración plena al Mercosur. Así se lo confirmó el canciller de ese país, Luis Derbez, a Eduardo Duhalde, quien lo recibió ayer en Montevideo en su carácter de presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercado Común del Sur.
La propuesta la formalizará el propio presidente mexicano, Vicente Fox, durante la cumbre regional que se realizará en Buenos Aires en el mes de julio. También será conversado el próximo mes durante la cumbre de Guadalajara.
La solicitud se plasmará en momentos en que concluirá la presidencia pre témpore del Mercosur de Néstor Kirchner, que pasará a manos del mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. De aceptarse, México se integrará a la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
“Esto es mucho más que una integración económica, es también política y es un hecho auspicioso para toda la comunidad sudamericana”, señaló Duhalde a Página/12, quitándose méritos por la novedad que le trajo el diplomático mexicano, aunque ayer mismo se lo transmitió a Kirchner.
En ese sentido, el ex mandatario planteó la necesidad de “equilibrar los acuerdos que México ha suscripto bilateralmente con los países miembros del Mercosur” a fin de garantizar una integración sin sobresaltos.
Duhalde no podía contener ayer la algarabía por la novedad en una semana que evidentemente lo mantiene en constante movimiento. Su agenda prevé para hoy un almuerzo de trabajo con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, para pasar revista a los temas conjuntos, entre ellos –según se consignó en un comunicado– “los avances alcanzados en materia del tratamiento de las asimetrías en el interior del bloque regional”.
Por la tarde, Duhalde acompañará a Iglesias en la ceremonia de inauguración de la nueve sede del BID en Montevideo. Pero lo que tiene de aquí para allá al ex presidente es la mudanza a Montevideo, más precisamente a un departamento que el embajador Juan Carlos Olima tiene en Punta Carreta.
“Chiche se está encargando de amoblarlo, probablemente este fin de semana terminemos con el traslado de todas las cosas”, señaló Duhalde en alusión a su mujer, Hilda González. La pareja pasará la mayoría de los días en ese departamento y probablemente vuelvan los fines de semana a su casa de Lomas de Zamora.
Claro que el ex mandatario también contará, cuando él disponga, de la casona que el senador Ramón Puerta tiene en la capital uruguaya, dado que sus dimensiones le permitirán realizar allí eventos más populosos.
Hasta ahora, Duhalde fue acompañado en la mayoría de sus viajes a Uruguay por un grupo de asesores. Entre los históricos están Eduardo Amadeo, quien ejerció la vocería durante su año y medio de presidencia, y Luis Verdi, su perenne ghost writter (escriba en las sombras).
Al parecer, según relató el socio político de Kirchner a Página/12, la Cancillería aún le tiene que “firmar algunos papeles” que le permitan agilizar la mudanza a Montevideo, donde desde hace algún tiempo ejerce la conducción a distancia del peronismo bonaerense.
Al conocer esa decisión fueron muchos los justicialistas que suelen integrar el lote de “paladares negro del duhaldismo” que empezaron a hacer equiparaciones con la conducción a distancia que ejerció Juan Domingo Perón desde Puerta de Hierro.