EL PAíS › ANIBAL IBARRA HABLA DE LA RELACION CON EL GOBIERNO Y SU PRIORIDADES PERSONALES
“Lo central es que el progresismo gestione bien”
Después de una temporada de tormentas entre ibarristas y kirchneristas en la ciudad, el jefe de Gobierno porteño baja la tensión. Dice que su relación con Alberto Fernández es “buena” y con Kirchner “excelente”. Define una alianza efectiva porque “él no deriva su tiempo a cuestiones que son pequeñas en la ciudad” y llama a las internas y enfrentamientos en la Legislatura “escarceos”, “gajes del oficio” sin peso propio.
Por Santiago Rodríguez
Las últimas semanas no fueron las mejores para la relación entre kirchneristas e ibarristas en la Ciudad de Buenos Aires, a punto tal que los hombres que en la Legislatura responden a Alberto Fernández llegaron a pedir días atrás la interpelación de Raúl Fernández, el principal colaborador de Aníbal Ibarra. En diálogo con Página/12, el jefe de Gobierno porteño bajó el tono de la pelea y aseguró mantener una “buena relación” con el jefe de Gabinete nacional. Pero también dejó bien claro que considera a Néstor Kirchner ajeno a la disputa planteada y que es el santacruceño su interlocutor para los asuntos políticos de peso: “Afortunadamente no deriva su tiempo a cuestiones que son pequeñas en la ciudad y cuando hablamos lo hacemos acerca de obras que tenemos pendientes, de cosas que se están ejecutando y con un interés de que se avance para poder mostrar resultados”, dijo del Presidente, con quien afirmó tener un vínculo “excelente”.
–Hay dirigentes importantes de su propia fuerza que advierten que en lugar de recorrer el país y agrupar a aquellos que coinciden con Kirchner desde fuera del PJ está atrapado en las disputas políticas porteñas.
–No estoy preso de ninguna disputa política en la ciudad. En la ciudad puedo estar un poco preso de la gestión y está bien porque el gobierno requiere un gran esfuerzo, pero no de ninguna pequeña disputa política, y además ningún escarceo menor de la política me altera el ritmo cardíaco. En cuanto a lo de recorrer el país, he estado en varios lugares y estamos tratando de hacer un esfuerzo colectivo con algunos dirigentes. Tampoco hay que salir a tontas y a locas a juntar dirigentes como si eso fuese lo esencial de la política.
–¿Y qué pasó con la reunión que en la Casa Rosada usted mismo anunció con el intendente de Córdoba, Luis Juez, y con el rosarino, Miguel Lifschitz, que se iba a realizar a fines de mayo en Rosario?
–Surgieron una serie de iniciativas distintas y estamos viendo si la primera reunión la hacemos en Buenos Aires. Estamos trabajando algunas iniciativas que van a ser interesantes y eso hizo que la fecha de esa convocatoria tomara algo más de tiempo, pero estamos hablando permanentemente con ellos.
–En la ciudad, ¿qué es concretamente lo que está haciendo para armar la fuerza de centroizquierda que usted propone?
–Lo central es que el espacio que está referenciado en este gobierno gestione bien. No hay ninguna hipótesis de armar un espacio si no podemos mostrar resultados en la gestión. En este gobierno, que es plural, estamos desplegando ese trabajo político esencial y empezando a mirar el año que viene, que va a ser electoral, sin tampoco un gran apuro porque todavía falta como para acelerar los tiempos electorales.
–Usted relativiza los cortocircuitos que surgieron en los últimos días en su relación con el kirchnerismo y habla de escarceos. ¿Acaso esas disputas no pusieron el riesgo la alianza que le permitió obtener la reelección?
–Nooo, nooo... jamás. Si el esquema de trabajo político dependiera de un escarceo sería muy frágil. La relación con el Presidente es excelente, estamos trabajando muy bien con las diferentes áreas de gobierno. Políticamente, en lo central el Gobierno está manteniendo una buena posición con los temas que tiene en agenda. Nunca jamás estuvo en juego ninguna cuestión de fondo de esa relación política y si lo hubiera en algún momento porque hay una diferencia, se planteará desde ese lugar, pero no por una pelea de una comisión de una Legislatura. Si a esta altura de mi vida me preocupara por eso estaría en problemas.
–A propósito de la Comisión de Promoción Social de la Legislatura, ¿quién tiene que presidirla: la kirchnerista Marta Talo-tti o la ibarrista Alicia Caruso?
–No tengo la menor idea. Ya me costaba ocuparme de esas cosas cuando era vicepresidente de la Legislatura, siendo jefe de Gobierno... se decide en el ámbito de la Legislatura y no me meto en esas cosas.
–¿Cómo es hoy su relación con Alberto Fernández?
–Buena. Estuvimos hace poco con la discusión de la coparticipación y también de otros temas. Es una buena relación política.
–¿Es confiable un socio cuya tropa en la Legislatura llegó al punto de pedir la interpelación de su principal colaborador, como lo es el jefe de Gabinete de la ciudad, Raúl Fernández?
–Esos son escarceos; eso estaba muerto antes de nacer. Son cosas absolutamente menores, no pasa nada.
–¿Ni siquiera comentaron el asunto con Alberto Fernández?
–Muy poquito.
–¿Y qué fue lo poquito que le dijo?
–Muy poquito y en serio porque para mí no había sustancia política. Si la hubiera, sería una cosa seria, pero al no haberla... Insisto: hay un buen trabajo con el Gobierno, acompañamiento en las cuestiones centrales de su gestión, estamos comprometidos en que le vaya bien, más allá de que lo hagamos desde un lugar independiente. Saben en la Casa Rosada que si en algún momento estoy convencido que ciertas cosas están mal, no me voy a callar y que tendré alguna posición política distinta.
–¿Le creyó a Alberto Fernández lo poquito que dice que le dijo?
–Es que tocamos el tema casi tangencialmente; no gasto energías en lo que no tiene entidad o peso.
–¿Con Kirchner habló del tema? Porque aseguran que él mismo le manifestó que estaba molesto con Raúl Fernández.
–Nooo, nooo. Kirchner tiene muchas cosas de las que ocuparse y pone toda su vida y su energía en eso. Afortunadamente no deriva su tiempo a cuestiones que son pequeñas en la ciudad y cuando hablamos lo hacemos acerca de obras que tenemos pendientes, de cosas que se están ejecutando y con un interés de que se avance para poder mostrar resultados. Es muy bueno poder encontrarse con un Presidente con el que tenemos agenda de cosas de trabajo. Aparte..., ya somos grandes los dos.
–Y los escarceos, como usted dice, ¿a qué los atribuye?
–A gajes del oficio. Forman parte de pequeños tironeos, pero si uno se asustara por eso sería mejor que se dedicara a otra cosa. En la administración de un consorcio ocurren esas cosas, imagínese en el gobierno de la ciudad; no pasa nada.
–Si uno se remonta en el tiempo, los escarceos con el kirchnerismo empezaron a cobrar fuerza cuando Raúl Fernández dijo en un reportaje con este diario que los candidatos del ibarrismo para el 2005 son Roberto Feletti o Jorge Telerman. ¿Son esos sus candidatos?
–Que recuerde un mes antes de esas declaraciones, algo así también había salido publicado en Página/12, aunque Fernández tampoco dijo textualmente eso. De todos modos, cuando dije que no estaba en los tiempos del 2005 fui absolutamente sincero. Para hablar de candidaturas falta, pero lo que sí está claro es que vamos a tratar de conformar un espacio amplio que pueda confrontar con la derecha y que permita poder continuar hacia delante. Para ese espacio hay muchos candidatos; Feletti y Telerman entre ellos y muchos más afortunadamente, pero nadie está hablando de candidaturas porque acá no hay nadie que se salve solo, sino que el espacio que generemos y el triunfo en las elecciones del año que viene será un triunfo de todos.
–Hay muchos dentro de su misma administración que cuestionan la gestión de Balito Romá. ¿Usted tiene algo que reprocharle?
–Los ministros los pone el jefe de Gobierno. Cada uno tiene derecho a opinar sobre la gestión de cualquiera, pero la calificación de un ministro la hace el jefe de Gobierno y, por lo tanto, de todos mis ministros mientras lo son estoy muy conforme porque de lo contrario no lo serían; esto vale para Romá como para cualquier otro ministro. En el momento en que considero que un ministro no rinde lo cambio.
–¿Y tiene pensado hacer algún cambio de gabinete?
–No está en mis planes, pero el jefe de Gobierno en cada minuto tiene la facultad de hacer los cambios que considere necesarios. Espero poder terminar este mandato con todos estos ministros, aunque uno nunca sabe.
–Quienes defienden a Romá advierten que tal vez era indicado para otro cargo más político y no para Desarrollo Social, ¿coincide con ese apreciación?
–No, Romá es muy buen ministro de Desarrollo Social.
–¿La opción política para el año próximo es el kirchnerismo, un espacio de centroizquierda propio, un acuerdo con Elisa Carrió?
–Son opciones que no me parecen bien planteadas. Miro hacia atrás e hicimos un espacio de centroizquierda con el kirchnerismo y con Carrió, así que prefiero sumar y no excluir.
–¿Realmente le parece posible volver a sumar todo como en la última elección?
–Cuando me hacían reportajes cuatro meses antes de las elecciones, me decían lo mismo y finalmente juntamos todo lo que estaba disperso. No fue imposible y lo armamos. Como dice la canción, prefiero hablar de cosas imposibles porque de lo posible se sabe demasiado.
–Juntar hoy a Carrió con el kirchnerismo parece imposible.
–Si hoy uno mira la foto, es imposible, pero esto es una película y tal vez no lo sea. El criterio es sumar y si no se da o algún sector no forma parte del espacio, iremos sabiendo que aquellos que no se sumaron no son los enemigos ni los principales adversarios, sino que acá hay una discusión política donde la derecha y los grupos económicos concentrados que ganaron en la década del 90 no quieren que este proceso avance; ellos sí son los principales adversarios políticos.
–Entonces, si fuese por la foto de hoy la opción es el kirchnerismo.
–No sólo, está el socialismo, sectores progresistas del radicalismo, el kirchnerismo. No voy a esquivar la pregunta, a Carrió la respeto mucho como dirigente, tiene una gran fuerza, pero no comparto esa visión definidamente opositora que tiene. A veces uno ve sus expresiones y pareciera que no hay diferencias entre el gobierno de Carlos Menem y el de Kirchner. Pero insisto: esto es en el análisis político, aunque nadie seriamente puede considerar a Carrió fuera de un espacio amplio en el que se pretendan hacer las cosas distintas.
–¿Qué análisis hace de la pelea entre Kirchner y Eduardo Duhalde?
–Siempre que ocurren estos conflictos se anuncia la catástrofe y finalmente no ocurre. Hay una discusión política pendiente, más allá de Duhalde, entre sectores del peronismo y Kirchner y en algún momento se va a producir una ruptura o un conflicto. Por ahora no veo a Duhalde queriendo encabezar ese conflicto y diría casi ni siquiera promoviéndolo.
–Las últimas declaraciones de Duhalde en referencia a Kirchner fueron muy duras...
–Están en una situación tensa y adelante se van a agudizar contradicciones. No sé qué va a hacer Duhalde, pero sí algunos sectores del peronismo que están esperando que a Kirchner le vaya mal para ir por él.