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Un grupito del Movimiento Popular Revolucionario Quebracho derribó las vallas móviles de la playa de estacionamiento del Edificio Libertador, sede del Ejército, en repudio por el envío de tropas a Haití. Los militantes encendieron una fogata con neumáticos y quemaron las banderas de Estados Unidos y de Naciones Unidas. Los policías y militares observaron la escena y esperaron que se fueran después de cantar el Himno Nacional. Desde el Gobierno no se le quiso dar trascendencia al incidente.
“Si un ejército es nacional, no puede ser un ejército invasor”, afirmó Fernando Esteche, dirigente de Quebracho. Encapuchados y con palos en la mano, el grupo entonó cánticos contra el envío de tropas, al grito de “Patria o muerte”. “Enviar tropas a Haití es colaborar con la invasión imperial de un hermano país del tercer mundo y de esta manera las Fuerzas Armadas, una vez más, obedecen los mandatos de los enemigos de la Patria”, repitieron los manifestantes.
Algunos uniformados que observaban desde los ventanales del Edificio, donde también funciona el Ministerio de Defensa, comentaban que “la seguridad de los edificios públicos es responsabilidad del Ministerio del Interior. Nosotros somos sensatos, pero no se pueden permitir estas acciones”.
Desde la Casa Rosada repetían que “todos tienen la libertad de expresarse, pero no se puede entrar por la fuerza rompiendo rejas. Por otra parte, no es forma de manifestarse estar con los rostros tapados. Tienen todo el derecho de discrepar con la decisión del Presidente, avalada por el Congreso, de enviar tropas a Haití, pero no es el camino hacer lo que hicieron ayer”.
“El riesgo es que el Estado pierda el control de las calles”, repetía un uniformado que, al mismo tiempo, deslizó la posibilidad de que acciones como las de ayer estuvieran orientadas a provocar al Gobierno para desencadenar la represión. “Convengamos que es llamativo que Quebracho haya llegado acompañado por las cámaras de los canales de televisión”, abundó el militar.