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Desde su refugio en Santiago de Chile, Carlos Menem anunció que volverá a la Argentina el 11 de agosto para presentarse a declarar ante el juez federal Sergio Torres, en una causa por la presunta venta irregular de los terrenos de Parque Norte. “Voy a ir, tengo que volver a la Argentina”, sostuvo el ex presidente que no actuó de la misma manera cuando lo citaron en otras causas los jueces Norberto Oyarbide y Jorge Urso, lo que motivó que libraran un pedido de captura internacional. Como es su costumbre, Menem dijo que no tiene miedo de quedar preso.
“No me voy a quedar quieto, y menos en la vida política de la República Argentina”, advirtió Menem, entrevistado en Chile por el programa La Cornisa, del canal América. El ex presidente se despachó entonces con una serie de críticas previsibles hacia el gobierno de Néstor Kirchner –volvió a hablar de anarquía y de la falta de control de los piqueteros–, pero con otras consiguió sorprender.
“Hay una Corte Suprema adicta”, aseguró Menem, quien durante su gobierno amplió el número de miembros del tribunal para contar con una mayoría automática que le respondiera. El ex presidente también sostuvo que para nombrar a los nuevos integrantes de la Corte “se violaron todas las normas”. Lo curioso es que el gobierno de Kirchner creó un sistema por el cual ahora los ministros designados deben atravesar un período en el que su legajo puede recibir impugnaciones y luego una audiencia pública.
Menem tampoco sonó muy creíble cuando sostuvo “aspiro a que este gobierno termine bien” pero, advirtió, que prevalece una “libertad absoluta sin el funcionamiento de la ley”.