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Los trabajadores de Carrefour no tomaron demasiado bien el fallo de la Cámara de Apelaciones laboral que volvió a ponerlos bajo la órbita del Sindicato de Empleados de Comercio, y así lo hicieron notar con una ruidosa manifestación frente a las puertas de ese gremio. La protesta sirvió también para ilustrar el malhumor del hombre fuerte de la CGT unificada, el camionero Hugo Moyano, frente a este revés judicial, en el marco de la disputa que mantiene desde hace más de un año con el líder mercantil Armando Cavalieri.
Cerca de un centenar de empleados de Centro de Distribución de la firma francesa ubicado en Esteban Echeverría expresaron su rechazo a la resolución de la Sala X de la Cámara de Apelaciones del Trabajo que el lunes revocó un acuerdo alcanzado en febrero pasado entre la empresa y el gremio de Camioneros, en el que le reconocía la representación de los 350 trabajadores.
La medida de la Cámara reflotó la disputa entre Cavalieri y Moyano por la tutela de los trabajadores y significó un duro revés para el líder de la CGT. Su hijo, Pablo Moyano, fue quien estuvo al frente de la manifestación de ayer junto al secretario adjunto del gremio, Mariano Silva. Ante el desacuerdo por esta resolución judicial, desde el sindicato de camioneros aseguraron que continuarán la batalla y presentarán una apelación. El argumento para exigir la tutela de los empleados es que originalmente dependían de una firma de logística cuya actividad está regida por un convenio de ese gremio. “A través de argucias legales, Cavalieri nos quiere volver a encuadrar como empleados de comercio con un sueldo miserable de 500 pesos por mes”, aseguró Carlos Barroso, uno de los trabajadores involucrados en la disputa sindical.
Este fallo también significó un revés para la cartera laboral que conduce Carlos Tomada, que se había mostrado conforme con el acuerdo de febrero. El contexto en el que se alcanzó esa salida fue el de máxima tensión, cuando Moyano decidió bloquear con sus hombres el ingreso y egreso de mercaderías en 24 hipermercados de la firma.
El gran favorecido por la medida de los camaristas Gregorio Corach, Héctor Scotti y Julio Simónsino fue Cavalieri. El titular de la Federación Argentina de Empleados de Comercio había solicitado que se invalidara el trato anterior entre las partes. El tribunal decidió hacer lugar a este reclamo y ordenó en forma cautelar que los trabajadores queden nuevamente bajo el ala del gremio mercantil.