EL PAíS
Moyano fue a Montevideo a encontrarse con Duhalde
Ambos festejaron lo que entienden como el retorno de Kirchner a las fuentes. Hablaron del PJ provincial, de la fórmula Duhalde-Díaz Bancalari y del giro del Gobierno.
Por D. S.
Otra vez la excusa fue el Mercosur. Pero Eduardo Duhalde y Hugo Moyano hablaron de peronismo. No sólo del plan del ex mandatario de candidatearse a presidente del PJ bonaerense, sino del renovado llamado para que Néstor Kirch-ner asuma la titularidad del justicialismo a nivel nacional, a fin de encolumnar el partido detrás suyo y fortalecerlo con miras a las legislativas del próximo año. “Kirchner tiene que presidir el PJ. Todo lo que sirva para construir un país fuerte y verticalizado al Gobierno es positivo. No puede haber cambios si no hay partido fuerte”, dijo un entusiasta Duhalde en la intimidad de su despacho de la Comisión de Representantes del Mercosur, en Montevideo.
La posibilidad de que Kirchner finalmente tome las riendas del PJ fue admitida esta semana por Alberto Fernández. Por eso el ex presidente, un habitual interlocutor del jefe de Gabinete, volvió sobre el tema, todo un presagio sobre el reverdecer de las relaciones con Kirchner.
Moyano fue testigo del entusiasmo del ex mandatario, quien siempre abogó por la necesidad de “contener” al justicialismo en desmedro de las corrientes “transversales”. Ahora Duhalde cree percibir que finalmente su prédica de “sumar” prendió. Lo vislumbra con los nombramientos en el área de Justicia. El flamante ministro, Horacio Rosatti, supo militar en el reutemismo. Y el secretario de Seguridad, Alberto Iribarne, tras pasar por el menemismo, fue funcionario del duhaldismo. Es obvio: el ministro saliente, Gustavo Beliz, no era santo de su devoción.
“Si no miramos hacia adentro se repite la historia que todos nosotros conocemos: los dirigentes de otros partidos o los llamados transversales nos acompañan hasta que las cosas están mal... ahí nos dejan solos”, repetía ayer Duhalde como un latiguillo.
No es el único asunto en que el ex mandatario considera haber logrado imponer su criterio en la Casa Rosada. También le resultó de su agrado el acercamiento de Kirchner a las estructuras partidarias tradicionales, algo que quedó en evidencia tras su participación en el acto homenaje al extinto radical Ricardo Balbín y la convocatoria a una mesa de diálogo.
“Qué voy a decir del diálogo si ya en la campaña presidencial del ’99 de lo único que yo hablaba era de la concertación”, escucharon propios y ajenos a Duhalde, quien no dejaba de bañar de elogios a Kirchner. Si hasta coincidió con el Presidente en sacar la “tarjeta roja” a Elisa Carrió por un “problema de conducta”.
“Para qué la va a invitar a hablar si ella va a decir que no va a ir. Ella siempre tiene una postura egoísta y no hace nada para que las cosas mejoren. Y no sé si López Murphy incluso va a tomar la misma actitud”, consideró el ex mandatario, eso sí, reivindicando la invitación a la Casa Rosada del conductor de la UCR, Angel Rozas.
Duhalde no quiso hablar en público de este tema. Ni tampoco del que instaló Moyano al pedirle que presida el PJ bonaerense. Pero eso está en su cabeza, aunque paso seguido renunciaría al cargo para dejarlo en manos de su eventual compañero de fórmula, el jefe de la bancada de diputados peronistas, José María Díaz Bancalari.
En cambio, lo que el ex presidente niega es otro de los temas que instaló el titular de la CGT: que fuera a postularse a senador bonaerense. “No quiero más cargos ejecutivos”, afirmó, dejando entrever que para armar las listas de las provincias podría prosperar un sistema de “veto cruzado”, donde él y Kirchner presentarían una lista con sus candidatos, cada uno vetaría lo que no les gusta del otro, y con lo que queden en pie armarían una lista de unidad.
No por nada Moyano habló del tema: quiere devolverle al sindicalismo un rol preponderante en la vida partidaria. Para eso apuesta a que algún dirigente de la CGT sea incorporado a la lista del PJ y también que desde el propio peronismo se reivindique el papel de las denominadas 62 Organizaciones, como se conoce al brazo político del sindicalismo.“Moyano es un luchador, un gran dirigente gremial y un gran dirigente del peronismo”, endulzó Duhalde al emisario sindical, quien hoy estará en Buenos Aires para transmitirle a los suyos que todo va viento en popa y que en medio del flujo y reflujo del PJ, el sindicalismo parece haber vuelto a encontrar un lugar en el mundo.