EL PAíS › EN FLORENCIO VARELA, KIRCHNER HABLO DE LA CONVOCATORIA OFICIAL
“No quiero el diálogo hipócrita”
Néstor Kirchner volvió a agitar ayer un fantasma del que acostumbra a hablar de tanto en tanto. “Sepan que van a intentar frenar la nueva Argentina para que vuelvan los viejos modelos económicos atacándome permanentemente”, advirtió en un acto que encabezó en Florencio Varela. En su nueva incursión por el conurbano bonaerense, el santacruceño también se refirió a la convocatoria al diálogo político y adelantó que no convocará a “aquellos que se muestran para dialogar y después tratan de que al Gobierno le vaya mal”.
El destino bonaerense de Kirchner fue esta vez el Club Social y Deportivo Nahuel de Florencio Varela. Allí anunció el llamado a licitación para la construcción del hospital regional El Cruce, con un aporte de la Nación de 65 millones de pesos. También entregó un subsidio para obras de infraestructura por 20 mil pesos y firmó una resolución para la compra de dos tomógrafos para el hospital municipal por casi 2 millones de pesos.
Frente a unas dos mil personas que lo recibieron en ese lugar, Kirchner pronunció un enfervorizado discurso. “Me dicen a veces que dialogue. Yo dialogo con el pueblo argentino permanentemente. Quiero dialogar con los que trabajan por esta Patria, pero no quiero caer en el diálogo hipócrita de aquellos que se muestran para dialogar y después tratan de que al Gobierno le vaya mal”, sostuvo.
En su visita a Florencio Varela lo acompañó el gobernador bonaerense, Felipe Solá. Tampoco se perdieron el acto la vicegobernadora Graciela Giannettasio y el subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, ambos de reconocida trayectoria política en ese partido del conurbano. También estuvieron el intendente local Julio Pereyra; los ministros de Planificación Federal, Julio De Vido; de Salud, Ginés González García, y de Interior, Aníbal Fernández; el titular de la Cámara de Diputados bonaerense, Osvaldo Mércuri, y el presidente de la UIA, Osvaldo Rial.
Kirchner denunció una vez más que existen sectores que “van a tratar de frenar a la nueva Argentina y que quieren que vuelvan los viejos modelos económicos”. Advirtió que “por eso me van a atacar permanentemente”. Y en tono desafiante agregó: “Que me ataquen porque el pueblo argentino me va a defender”.
Así como no identificó a los sectores que lo van a atacar, Kirchner tampoco individualizó a “aquellos que charlan de micrófono en micrófono, que se acercan a la gente cuando hay un período electoral y después se olvidan”, a quienes criticó. “Nos han dejado miles y miles de problemas y todavía hablan, hablan y hablan”, remarcó el mandatario y afirmó que “con los ladrones y corruptos” se hará “justicia, como corresponde”.
Siempre sin identificarlos, el santacruceño insistió con que “hablan de los pobres y de los que sufren pero no son capaces de acercarse a ninguno de ellos”. Después de preguntarse “si creen que los argentinos somos tontos”, pidió a la sociedad que no se olvide de los que hoy se refieren a la situación del país pero que “hace muy poco fueron quienes fundieron a la Argentina”.
Kirchner admitió que, tal como le reprochan sus críticos, a veces se enoja con alguno de sus colaboradores, pero explicó las razones de su fastidio. “¿Cómo no me voy a enojar –se preguntó– cuando las cosas se demoran o se duermen y hay un pueblo que espera que el Gobierno trabaje y haga las cosas como corresponde?” También recalcó que “no vine a jugar a la diplomacia para gobernar la Argentina” frente a la herencia que recibió, con “graves problemas de seguridad y muchísimos argentinos a los que les falta trabajo”.