EL PAíS › FINALMENTE, EL PJ CONSEGUIA APROBAR LA RESPONSABILIDAD FISCAL

Un hueso para el Fondo Monetario

El PJ no sólo tuvo que trabajar para conseguir el apoyo de la oposición, sino también de algunos oficialistas. El quórum se consiguió gracias a los partidos de derecha. La ley era reclamada por el FMI a cambio de una nueva coparticipación, pero ahora sostienen que eso solo no es suficiente.

 Por Felipe Yapur

El justicialismo tuvo que esforzarse bastante para convencer tanto a propios como a extraños para conseguir el quórum necesario y debatir la resistida ley de Responsabilidad Fiscal. Tanto costó que no sólo fue necesario que los principales dirigentes del bloque mantuvieran extensas reuniones con renuentes legisladores, sino que también el Ejecutivo debió tallar a la hora de convencer a los gobernadores del PJ –como en el caso del cordobés José Manuel de la Sota– que dudaron hasta último momento en respaldar la norma. Al cierre de esta edición, el peronismo se aprestaba a aprobar en general la ley, quedando todavía un extenso debate para aprobar el articulado en particular.
La ley que exige el Fondo Monetario Internacional provocó una fuerte reacción en la mayoría de los bloques de la oposición, pero también dentro del oficialismo. El congelamiento del gasto público previsto en la iniciativa –lo que incluye salarios, salud, educación y seguridad– obligará a las administraciones provinciales, ante cualquier intento de modificación del presupuesto, a recurrir a un acuerdo con el Estado nacional. Esto, para la oposición, significa un retroceso en la relación de las provincias con el gobierno nacional, pero sobre todo abre serias sospechas sobre el destino de los fondos excedentes que tendrá el país y que, según explicó el diputado Claudio Lozano, estará destinado a pagar la deuda externa por encima del porcentaje anunciado por el Ejecutivo.
Entre los legisladores del PJ el cuestionamiento no llegaba al extremo del representante de la CTA, sino que se centró en la oportunidad de conseguir mejores condiciones para sus gobernadores. Este fue el caso de la provincia de Córdoba, que puso como condición para respaldar la sanción del proyecto ingresar al Programa de Financiamiento Ordenado, algo que no podía hacer por no tener sus cuentas en orden.
La actitud generó malestar en el gobierno nacional, que redobló la apuesta al enviar un mensaje contundente que daba cuenta de un endurecimiento de la relación en caso de mantener esta postura. Anoticiado, De la Sota llamó a sus legisladores cerca de las 16.30 para ordenarles que bajen al recinto y den quórum. Los santafesinos también integraron el grupo de los reticentes, pero con ellos no fue necesario un llamado de la Rosada: lo solucionaron los diputados kirchneristas.
A pesar de la trabajosa tarea de convencimiento, el PJ no llegó a tener los 123 legisladores prometidos a la hora de comenzar la sesión. Apenas superaron el centenar y la ayuda llegó tanto de los “transversales de izquierda como los de derecha”, como los llamó jocosamente una de las principales espadas de la bancada oficialista. Se refería a la presencia de los representantes centroizquierdistas del Frepaso, dos diputados de Convergencia que lidera Miguel Bonasso, el economista de la CGT Daniel Carbonetto, y Encuentro de Juliana Marino. La derecha aportó a los representantes de la UCeDé, Acción por la República y Unidad Federalista que responde a Luis Patti.
Con estos legisladores el tablero marcó 130 presentes, uno más que el exigido y la sesión comenzó cinco minutos antes de las 19. Esto provocó el veloz arribo de los representantes de la UCR, el ARI, Frente para el Cambio, el socialismo e Izquierda Unida que esperaban que el PJ consiguiera el número necesario detrás de los pesados cortinados.

La mula de Snopek

El responsable de justificar el proyecto del Gobierno recayó en el titular de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, Carlos Snopek. El jujeño, que suele recurrir a relatos telúricos para argumentar las razones decualquier iniciativa parlamentaria, comparó los excesos del gasto público con “un arriero que carga demasiado las espaldas de una mula cuando cruza el río y el animal termina ahogado”. La figura sólo le causó gracia al propio diputado jujeño. De todas formas, el presidente de la Comisión de Hacienda y Presupuesto se preocupó en advertir que la norma “no congela el gasto público por siempre. Hay que tener en cuenta que es una ley de adhesión y como tal puede sufrir correcciones aunque siempre con prudencia”.
Curiosamente, el relato de la mula reapareció en el discurso de Lozano, quien a diferencia de Snopek comparó a la mula con el pueblo argentino y al arriero con los acreedores del FMI. “Entonces los que se ahogan son parte de la población por culpa de políticas económicas como la que se pretende votar”, sostuvo. Es más, indicó que la responsabilidad fiscal es a la política fiscal lo que la convertibilidad fue a la política monetaria y tipo de cambio.
Una de las voces radicales que marcó la oposición al proyecto fue la del chaqueño Noel Bread. El legislador intentó agudizar los rechazos que genera la norma entre los representantes del PJ. Las miradas gélidas e imperturbables de los oficialistas lo obligaron a asegurar que el paradigma neoliberal que impuso el menemismo y que continuó el gobierno de la Alianza no se modificó como parecía: “Esta ley que impulsa el Ejecutivo demuestra que el paradigma neoliberal está intacto”. Nada, no logró convencer a ningún oficialista.
El desarrollo del debate no tuvo grandes exposiciones. El PJ escuchaba al cierre de esta edición la sucesión de discursos opositores con tranquilidad sin que la afirmación de que se trata de una ley inconstitucional que lanzó el socialista Héctor Polino los movilizara. La razón, según los principales referentes, está en que los votos están asegurados.

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El Congreso fue parte del fuerte dispositivo policial que ayer implementó el gobierno nacional.
 
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