EL PAíS
La reforma política oficial prevé unificar las elecciones nacionales
También modificar la composición de lista sábana. Así lo anunció Aníbal Fernández en Mendoza.
El Gobierno promueve la unificación de las fechas de las elecciones nacionales y la eliminación de las listas sábana. Así lo anunció ayer Aníbal Fernández al anticipar parte del proyecto de reforma política que se viene confeccionando en la Casa Rosada. Eso sí, el ministro del Interior dejó entrever que para implementar los cambios hace falta reunir “masa crítica” y en consecuencia no prevé que se produzcan antes de agosto o septiembre del próximo año.
Fernández habló en la tarde de ayer ante 300 hombres de negocios que se reunieron en la ciudad de Mendoza para participar del Pre Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA).
Allí el ministro adelantó, a modo de punteo, las siguientes reformas que tiene en estudio el Gobierno:
u Unificación: Se buscará que las elecciones nacionales para presidente y vicepresidente, y senadores y diputados, se realicen el mismo día y no en un festival electoral a lo largo de un año o más.
u Lista sábana: Se avanzará en la promoción de un sistema mixto, al estilo alemán, donde se aplicará el doble voto: uno para la boleta partidaria y otro la uninominal por circunscripción. De este modo, se permitiría a los ciudadanos conocer mejor a los posibles legisladores.
u Voto electrónico: A través de ese mecanismo se buscará darle transparencia al sufragio. Ya se hicieron pruebas del sistema en algunas mesas de la provincia de Buenos Aires. Y el intendente de Ushuaia fue elegido por el voto electrónico.
u Padrón Unico Nacional: Los administrará la Cámara Nacional Electoral. Estará on-line los 365 días del año y allí figurarán los nombres de todos los electores con el partido al que están afiliados.
u Afiliaciones: Se podrán dar de baja o de alta con sólo mandar un telegrama a la Cámara Nacional Electoral.
u Financiamiento de partidos: Habrá una cuenta única abierta en una entidad estatal, cuyos movimientos se publicarán en Internet. Se eliminará la contabilidad diferenciada de partido y de campaña electoral.
u Formación de cuadros: Los partidos estarán obligados a formar a sus cuadros dirigentes de acuerdo con determinados requisitos y bajo control de la Cámara Nacional Electoral, con riesgo a perder su financiamiento público en caso de no atenerse a esas reglas.
u Campañas: Las campañas electorales se reducirán a 30 días y todos los partidos contarán con el mismo espacio en los medios de comunicación.
u Autoridades de mesa: Serán elegidas por el Estado, serán entrenadas y se les pagará por la tarea.
Fernández aclaró que no se trata de una “reforma mágica” que les devolverá el crédito a los dirigentes políticos. Y reconoció que aún debe correr mucha agua bajo el puente para que sea aprobada. Además, deberá pasar la prueba del Congreso de la Nación. Para cambiar el sistema electoral, se requiere de dos tercios de los votos de ambas cámaras.
El proyecto de reforma hasta ahora conocido fue el que promovió el diputado duhaldista Alfredo Atanasof. El Gobierno –y sobre todo Aníbal Fernández, quien arrastra una interna con Atanasof desde la presidencia de Eduardo Duhalde– lo tomó como un desafío. Y prometió dar a conocer el propio. Es más, durante el lanzamiento del Plan Estratégico de Justicia y Seguridad, el pasado 18 de abril, el ex ministro Gustavo Beliz dijo que la reforma oficial sería presentada a los 30 días, algo que finalmente no ocurrió.
Distintos funcionarios de la Casa Rosada se reunieron en numerosas oportunidades con representantes de organizaciones no gubernamentales, quienes vienen pregonando por los cambios bajo el lema “Reforma Política Ya”. Evidentemente, los tiempos de Fernández no son los mismos.