EL PAíS › DUHALDE QUIERE QUE LAMBERTO SE MUDE A JEFATURA DE GABINETE
Con la bendición de Anoop y el FMI
El santafesino presentará hoy su renuncia a la Secretaría de Hacienda para volver al Senado. Capitanich se iría en junio.
Por Diego Schurman
Eduardo Duhalde no se resigna. Por eso ya se puso en campaña para “recuperar” a Oscar Lamberto. El santafesino dejará hoy su despacho del Ministerio de Economía. Pero el Presidente lo imagina como un excelente jefe de Gabinete, sobre todo tras el guiño que recibió de Anoop Singh en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. No es la única razón: el Gobierno siempre vio con buenos ojos tener en su estructura a un acólito de Carlos Reutemann, el candidato con mejor imagen dentro del justicialismo.
Lamberto formalizará hoy mismo su renuncia a la Secretaría de Hacienda. Y retornará mañana o a más tardar el viernes al Senado, donde había pedido una licencia por 60 días que finalmente se extendió a más de 90.
La última semana el funcionario saliente conversó con Duhalde sobre su futuro político. El Presidente le pidió que se mantuvieran en el cargo, al menos hasta cerrar la primera etapa de las negociaciones que se están llevando a cabo con el FMI.
En esa reunión, que se celebró en la Residencia de Olivos, Lamberto evitó una respuesta. Pero horas después lo llamó a Duhalde y le dijo que no modificará un ápice el acuerdo rubricado en enero: que iba a asumir la Secretaría de Hacienda sólo de manera transitoria.
¿Qué ocurrió en el ínterin? Lamberto lo llamó a Reutemann para saber si había alguna contraindicación. El gobernador de Santa Fe, según la versión recogida en el despacho de su comprovinciano, decidió no intervenir en el tema:
–Vos sos grande y sabés lo que tenés que hacer –dijo.
Reutemann fue quien, a principios de año, había convencido a Lamberto para que se sumara al gobierno. El senador, que en estos días termina su licencia, ya había sido tentado para hacerse cargo de la Jefatura de Gabinete en el amanecer del gobierno.
En las últimas semanas, Duhalde le ofreció el puesto a Rubén Marín, según lo admitió públicamente el gobernador de La Pampa. Pero luego de que éste lo rechazara, comenzó a sondear entre sus más íntimos la posibilidad de llevar a Lamberto a un puesto clave para fortalecer la relación del Gobierno con el Parlamento y las provincias.
“Todos le reconocen el trabajo que hizo. Fue ejecutivo a la hora de confeccionar el Presupuesto”, dijo un hombre de la intimidad de Duhalde, sin dejar de elogiar también su papel en las negociaciones con los ministros de Economía provinciales a la hora de firmar el nuevo pacto fiscal.
El santafesino no sólo recoge votos en la Casa Rosada, sino también en el Fondo Monetario Internacional, con quien Duhalde augura un inminente acuerdo que acelere el desembolso de una ayuda financiera para contener la creciente crisis económica y social.
No por casualidad repiten cerca de Lamberto las palabras que le dedicó Singh en su último encuentro en el Ministerio de Economía.
–Sería bueno que usted siga –sorprendió el indio, después de regalarle elogios por las coincidencias que había encontrado en los “números” presentados por el Fondo y Economía sobre la situación de las provincias.
Lamberto, en un reportaje que Página/12 publicó el último viernes, había planteado la necesidad de reducir la plantilla de agentes estatales como uno de los caminos para achicar el gasto público. El FMI nunca ocultó que la exigencia de un “presupuesto sustentable” significa, entre otras cosas, la decisión de encarar un fuerte ajuste en las provincias.
El funcionario saliente no quiere hablar del tema en público. En especial porque lo entiende como una falta de respeto hacia Jorge Capitanich, el actual jefe de Gabinete. “Sabemos que anda dando vueltas una propuesta, pero no hay nada formal, por ahora no hay nada”, repitieron sus voceros. En Gobierno dan por hecho que el chaqueño dejará su puesto, a más tardar, en junio, y que entonces volverá a abrirse el juego para la danza de nombres. Por entonces, quizás Lamberto deba dejar sus sesiones de tenis por otro deporte, un poco más ingrato: el maratón, pero dentro de la Casa Rosada.