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Néstor Kirchner decidió no regalarle el protagonismo absoluto a Eduardo Duhalde en el acto que la CGT realizará hoy en Atlanta. Por eso ordenó a sus ministros Aníbal Fernández, Ginés González García y Carlos Tomada que se peinaran y se sacaran una foto en la jornada donde el sindicalismo conmemorará un nuevo aniversario del 17 de Octubre, una fecha insigne del peronismo.
Duhalde aparece en el programa como el orador central. El ex presidente confirmó su presencia en una conversación telefónica con Hugo Moyano. Kirchner, en cambio, se había excusado por “problemas de agenda”. Pero ayer consideró la necesidad de no rifar su relación con la CGT –amén de que no es amante de la corporación sindical– y decidió enviar una misión integrada por los ministros de Interior, Salud y Trabajo.
“El Presidente ordenó que vayamos y allí estaremos”, confió uno de ellos a Página/12 sin mayores especulaciones sobre el sentido político de la presencia oficial en un acto que promete toda la pompa y la simbología partidaria.
Fernández y Tomada prometen quedarse hasta el final. González García tiene un compromiso en Mar del Plata a las 18 horas –presidirá un congreso nacional de ONG de pacientes que esperan transplantes– y es probable que pase a saludar a sus amigos de la CGT y luego parta raudo hacia el aeropuerto.
De esta manera la Casa Rosada buscará no ceder el protagonismo absoluto a Duhalde, quien viene consolidando su relación con el peronismo más ortodoxo, ya sea al digitar las nuevas autoridades del PJ bonaerense como al dar su guiño al sindicalismo histórico.
El 2005 será un año electoral. Y tanto el ex como el actual presidente no dejarán de ofrecer caricias a todos aquellos potenciales aliados. Se sabe, Kirchner ya dio claras muestras de apoyo a aquellas experiencias transversales. El acto del Luna Park del martes donde se presentó el “kirchnerismo no PJ” es un botón de muestra. Pero el mandatario tampoco quiere descuidar a los referentes más clásicos del peronismo.
Para los caciques de la CGT todo suma. Y anoche se mostraron entusiasmados ante la posibilidad de contar en Atlanta con algún gobernador. Casi una decena de ellos, la mayoría de las regiones del NOA y el NEA, aterrizarán hoy en Buenos Aires para participar en la Casa Rosada del lanzamiento del Plan Nacer Argentina, un programa que impulsa el Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación para reducir la mortalidad infantil.
En verdad, las invitaciones a los gobernadores fueron tan informales como selectivas. En lo único que se mostraron rigurosos es en cumplir como un reloj suizo los tiempos de cada orador. Se prometieron no superar los 7 minutos. Habrá que ver si José Luis Lingeri, Susana Rueda y Moyano respetan finalmente ese compromiso.
Después de los tres secretarios de la CGT, tomará la palabra Gerónimo Venegas. Se trata del titular de las 62 Organizaciones, el “brazo político” de la central obrera peronista. Además de titular del gremio de trabajadores rurales, Venegas es uno de los hombres con línea directa a Kirchner y el organizador central del acto de hoy.
Nadie anticipó lo que se dirá ante una concurrencia que, estiman, orillará las 30 mil almas. Y si bien Rueda reconoció a este diario que cada orador se manejará con “absoluta libertad”, cae de maduro que se convocará a recuperar la mística peronista. Algunos recordaron, incluso que en Atlanta, hace 31 años, cerró su campaña presidencial Héctor Cámpora, el candidato que presentó el justicialismo por la proscripción de Juan Domingo Perón.
Sean cuales fueren las palabras, para la CGT el acto tendrá un valor agregado, ya que podrá mostrar su capacidad de convocatoria y movilización, virtudes que en otros gobiernos solían quedar a la vista durante las marchas de protesta. Pero son otros tiempos, se acercan las elecciones, y en el poder está el justicialismo. Suficientes razones para que “los muchachos” ahora recuperen el sentido de pertenencia.