EL PAíS
Esta vez las clausuras llegaron al Abasto y al bingo de la calle Lavalle
Tras el informe de la Defensoría del Pueblo, publicado ayer por este diario, los inspectores clausuraron locales en el Shopping Abasto. Detectan fallas en la mayoría de los boliches.
Por Pedro Lipcovich
Ayer fueron clausurados el Museo de los Niños, en el Shopping Abasto, y el bingo de la calle Lavalle, en el marco de la campaña de inspecciones que efectúa el gobierno de la ciudad. En el Museo había matafuegos vencidos y elementos inflamables que hubieran causado una “rápida expansión del fuego”, en caso de producirse un incendio; en el bingo, las mangueras no servían y las salidas de emergencia estaban obstruidas. Durante las inspecciones, que involucran a funcionarios de distintas áreas, se cerraron también varios locales del patio de comidas del Abasto por tener alimentos en mal estado de conservación. También se inspeccionaron ayer diez locales bailables, en ocho de los cuales se encontraron irregularidades como la falta de tratamiento ignífugo o salidas inadecuadas para casos de emergencia. Fue clausurada también una estación de servicio en el barrio de Villa Devoto, por riesgo de filtración de “sustancias peligrosas”, y en Flores un geriátrico fue cerrado preventivamente cuando sus responsables se resistieron a la inspección.
En el Museo de los Niños “se encontraron matafuegos con carga vencida y también excesiva ‘carga de fuego’, es decir, mucha madera, tendidos de telas y otros materiales cuya presencia haría que, en caso de iniciarse un incendio, su velocidad de expansión fuese muy alta”, contó a este diario una fuente del gobierno de la ciudad. El martes, el defensor adjunto del Pueblo Atilio Alimena había denunciado la falta de certificación final de obra contra incendios en ese shopping.
En cuanto al local de Lavalle 842, los inspectores cantaron ¡Bingo! al encontrar “revestimientos carentes de aislamiento ignífugo; además, las mangueras estaban tapadas o no tenían suficiente presión de agua, de modo que hubieran sido inútiles en caso de incendio, y las salidas de emergencia estaban obstruidas por mobiliario”.
En el Abasto también fueron clausurados varios locales del patio de comidas “porque los productos no estaban en el debido nivel de enfriamiento o porque la cadena de frío no había sido respetada en un punto anterior”.
En las inspecciones intervienen funcionarios de distintas áreas comunales y también de la Superintendencia de Bomberos, dependiente de la Policía Federal.
Fue clausurada también una estación de servicio en la calle Emilio Lamarca, del barrio de Villa Devoto, por “riesgo de filtración de sustancias peligrosas”. Y, en Flores, un geriátrico fue clausurado cuando sus responsables se negaron a la inspección aduciendo la necesidad de orden judicial; en tales casos, se procede al cierre preventivo mientras se gestiona la correspondiente orden del juez.
Ayer se inspeccionaron también diez locales bailables. En El Ranchito, de Cabildo 2370, local 93, “se encontró el uso de un revestimiento sin tratamiento ignífugo”. En Metrópolis, de Santa Fe 4389, “se observó la presencia de decoración de madera sin tratamiento ignífugo”. En Azúcar Belgrano, de Cabildo 2040, se registraron “medios de salida insuficientes” y “cables de 220 voltios expuestos”. En El Living, Marcelo T. de Alvear 1540, se constató “puerta de salida más angosta que lo reglamentario”. Tiro Loco, de Vicente López 2188, “no exhibe certificado anual de Bomberos, está realizando obras de acondicionamiento”. En Club Liber Piemont, de M. A. Rodríguez 1191, se detectaron “insuficientes luces de emergencia y señalización de medios de salida” y “revestimientos sin tratamiento ignífugo”. Milenium, de Rivadavia 1420, “cuenta con certificado anual de Bomberos”, pero recién “se está colocando producto ignífugo a quinchos ubicados en la parte descubierta del local”.
En cambio, “se encontró en orden” el local de El Divino, en Cecilia Grierson 225, así como el de Rey Castro, en Perú 342.
Los locales bailables no pueden de hecho ser clausurados porque su funcionamiento está suspendido hasta el 18, por decreto de Aníbal Ibarra: aquellos en los que se detectaron irregularidades sólo podrán ser reabiertos cuando las resuelvan.
Daniel Rosso, subsecretario de Comunicación Social del gobierno porteño, tomó el caso del Bingo Lavalle como ejemplo de “los alcances de la responsabilidad individual de los dueños de lugares: la inspección puede obligarlos a que retiren los muebles que obstruían la salida de emergencia pero, si los dueños no toman conciencia, a la semana siguiente, por comodidad, volverán a poner muebles allí, y en caso de incendio habrá una catástrofe. Por eso, sería importante que este conjunto de clausuras deje como saldo la instalación de algún nivel de responsabilidad individual”.