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Trabajo conjunto sobre los crímenes de las dictaduras

El presidente Néstor Kirchner y el futuro presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, acordaron que habrá una “colaboración profunda” para investigar el destino de los desaparecidos de ambos países.

El gobierno argentino y el futuro gobierno uruguayo acordaron trabajar en conjunto para investigar el destino de los desaparecidos en uno y otro país. “En la Argentina hay ciudadanos uruguayos desaparecidos y es para nosotros, como futuro gobierno del Uruguay, un compromiso firme conocer qué ha pasado, cuál fue el destino de nuestros hermanos compatriotas”, sostuvo el presidente electo de ese país, Tabaré Vázquez, luego de reunirse ayer con el presidente Néstor Kirchner en la Casa Rosada. Las declaraciones del líder del Frente Amplio marcan un cambio significativo de rumbo en la política de derechos humanos en relación con su antecesor, el saliente Jorge Batlle. Sobre todo porque Vázquez sostuvo que su país “cumplirá con el artículo cuarto de la Ley de Caducidad que manda que el gobierno investigue qué pasó con los desaparecidos”.
De acuerdo con lo acordado ayer entre Kirchner y Vázquez, a partir del 1º de marzo próximo, cuando el líder del Frente Amplio asuma la presidencia, habrá una “colaboración profunda” entre la Argentina y Uruguay para investigar el destino de los desaparecidos. Se tendrán también en cuenta las causas judiciales abiertas en Chile vinculadas con el Plan Cóndor, de coordinación entre las dictaduras del Cono Sur en la década del 70.
De acuerdo con lo informado por Vázquez y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en una conferencia de prensa brindada luego del encuentro con Kirchner, ambos presidentes convinieron en “trabajar en profundidad” sobre el tema de los desaparecidos. Si bien –según aseguró Vázquez– no se habló de ninguna medida concreta, quedaron encomendados para esa tarea el jefe de Gabinete argentino y el futuro secretario general de la Presidencia uruguaya, Gonzalo Fernández, quien fue el representante del Frente Amplio en la Comisión para la Paz formada en Uruguay para investigar los crímenes de la dictadura militar de ese país.
En vez de leyes de Punto Final y Obediencia Debida, en Uruguay existe la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. En la práctica, todas esas normas cumplieron, a uno y otro margen del Río de la Plata, el mismo rol: paralizar los juicios contra los responsables de secuestros, desapariciones y torturas. La ley uruguaya establecía en su artículo cuarto que, si bien no se encerraría a los represores, se investigaría el destino de las víctimas. Pero en la práctica ni siquiera eso se cumple.
Recién asumido, Batlle recibió a los familiares de desaparecidos de su país y buscó diferenciarse de su antecesor, Julio María Sanguinetti, quien se había negado a colaborar con la búsqueda de la nieta de Juan Gelman. Batlle, en cambio, se mostró dispuesto a ayudar con esa investigación pero no fue mucho lo que aportó: el poeta pudo encontrar a su nieta a través de una pesquisa realizada por él mismo, su mujer Mara La Madrid y algunos colaboradores. Gelman, entonces, le pidió al presidente uruguayo que se comprometiera a encontrar los restos de su nuera, María Claudia García Irureta Goyena, que estaría enterrada en un cuartel militar de Montevideo. Batlle volvió a decir que sí pero, esta vez, su falta de voluntad quedó en evidencia.
El de María Claudia se convirtió en un caso testigo en las relaciones entre la Argentina y Uruguay. Le fue presentado a Batlle por el mismo Kirchner y provocó más de un resquemor entre ambos gobiernos. La mujer fue secuestrada en Buenos Aires junto a Marcelo Gelman el 24 de agosto de 1976. Estaba embarazada de siete meses. En octubre fue llevada a Montevideo y, después de dar a luz a su hija, fue asesinada.
Cuando el gobierno argentino presentó una querella judicial por María Claudia, el uruguayo respondió con una chicana: reclamó que se investigara el destino de los uruguayos desaparecidos en la Argentina. Kirchner, a su vez, dijo que en la Argentina se estaba trabajando en eso y que no había que fijarse en la nacionalidad de las víctimas. El tema quedó congelado pero el triunfo de Vázquez abrió la posibilidad de trabajar en conjunto, no sólo sobre el caso de María Claudia sino sobre todos los argentinos secuestrados en Uruguay y los uruguayos desaparecidos en la Argentina.

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Kirchner recibió al futuro presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.
 
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