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“Queremos reglas de juego claras”, reclamó ayer el vicecanciller francés, Renaud Muselier, en un intento de defensa de Aguas Argentinas. La compañía es controlada por el grupo francés Suez. La asociación de defensa de consumidores y usuarios Deuco recogió el guante y preparó un informe con más de una docena de ejemplos de graves incumplimientos de contrato por parte de la concesionaria. Los datos fueron recopilados de un documento oficial del ente de control (Etoss).
Entre 1993 y 2003, recordó Deuco, estaba explícitamente prohibido todo aumento de tarifas. Así lo había dispuesto el gobierno menemista para facilitar políticamente la privatización de Obras Sanitarias. Sin embargo, esa regla de juego que estaba muy clara al principio se diluyó en poco tiempo. Durante esos diez años la tarifa trepó 88 por ciento. En mayo de 1993, la tarifa media residencial era de 14,56 pesos y una década más tarde, de 27,40. Las subas fueron posibles gracias a una política de renegociaciones casi permanente, que continúa al día de hoy.
A pesar de las modificaciones en las condiciones de explotación, Aguas Argentinas quedó obligada a invertir 2202 millones de pesos en el mismo período. Pero sólo desembolsó 1342 millones, apenas un 60 por ciento. Los fondos, para colmo, no fueron aportados por los accionistas, sino que salieron de la recaudación por facturación. El dinero, en una palabra, lo pusieron los usuarios. La empresa puede alegar en este caso que así se lo permite el contrato, que hasta ahora no se ha modificado en este punto.
El incumplimiento en las metas de inversión se reflejó en un avance de la cobertura del servicio muy inferior al pactado. Hay 1.032.000 habitantes del área de concesión (Capital Federal y 17 partidos del conurbano bonaerense) sin cloacas, y 800.000 sin agua potable. En este último caso, la red debería abastecer a esta altura al 88 por ciento de los ciudadanos, pero sólo alcanza al 79. “Respecto de las metas de tratamiento primario de aguas servidas –agrega el informe de Deuco–, el compromiso contractual establecía una cobertura del 74 por ciento y sólo se llegó al 7, lo que afecta a 6.180.000 personas.”
Otra de las reglas del contrato era suministrar a los usuarios 10 metros de columna de agua. En amplias zonas del conurbano, especialmente del sur, la empresa nunca registró ese nivel. De allí los cortes de suministro o los problemas de baja presión que se sucedieron en las últimas semanas, que le valieron a la compañía una multa de 2 millones de pesos. Con respecto a este tema, la Cámara Civil y Comercial Federal ratificó a fines de diciembre un fallo de primera instancia que impone a Aguas una multa de 408 millones de pesos por no cumplir con la presión correspondiente.
Al quinto año de la concesión, los técnicos del Etoss detectaron pozos contaminados con arsénico, a pesar de que para entonces ya debían estar todos desactivados. “Este incumplimiento sólo se remedió parcialmente en los años sucesivos, encontrándose aún incumplido en su totalidad”, concluyó el Etoss, en el informe que utilizó Deuco para responderle al vicecanciller francés.