EL PAíS › DENUNCIA POR EL CASO TABLADA
Cuerpos sin nombre
Por Luis Bruschtein
“Hace más de cuatro años las pericias de ADN identificaron los restos de mi hijo Iván Ruiz, pero todavía se mantienen los impedimentos burocráticos para recuperar su cuerpo”, señaló Aurora Sánchez, madre de Iván Ruiz, durante una conferencia de prensa que se realizó en el Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos (MEDH). En la reunión de prensa se presentó el libro Los Indalos, viajeros de la eternidad, que escribió Sánchez sobre su hijo y su hermano, Roberto Sánchez, quien murió en el intento de copamiento al cuartel de La Tablada.
Claudia Korol, de la revista América Libre y docente de la Universidad de las Madres, presentó a Aurora Sánchez y destacó el valor literario y testimonial del libro. Por su parte, el pastor José de Luca, del MEDH, indicó la importancia de recordar el fallo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que es reproducido textualmente en el último capítulo del libro, donde se denuncian las fallas del proceso con que se juzgó a los acusados del ataque al regimiento.
Aurora Sánchez relató que apenas llegó de Nicaragua hace dos semanas vio por la televisión las imágenes que mostraban a su hijo vivo en La Tablada en el momento de rendirse. Señaló que “en la causa se dice que Iván, junto con José Díaz fueron entregados por un tal Jorge Varando –un homónimo apareció disparando contra los manifestantes desde el HCBC– a un cabo Esquivel”. Y agregó que “además se afirma que cuando eran trasladados, Iván y José Díaz, mataron a Esquivel y huyeron. Ahora identificaron el cuerpo de Iván, con lo que se demuestra que no había huido y que, por lo tanto, esa historia que aparece en la causa es mentira”.
Con respecto al libro, que fue publicado en Nicaragua, indicó que eligió “ese tono entre la fantasía y los sueños, quizás un poco alejado de los textos puramente testimoniales, porque no quise entrar en la discusión política más puntual, sino contar lo que fueron Iván y Roberto como seres humanos y como militantes revolucionarios”. Los restos de Iván Ruiz y los de Carlos Burgos fueron identificados en principio en 1997 en una fosa donde estaban los restos de cinco personas. “Llevaron los restos en una bolsa de basura de Manliba que decía: ‘Mantenga limpia la ciudad’”, recordó Aurora Sánchez. La primera médica que hizo la pericia aseguró que en los huesos no había ADN. Otro técnico indicó que era imposible que fuera así porque los restos siempre tienen ADN y se realizó otra pericia que dio positiva la identificación para Ruiz y Burgos. “Desde entonces –afirmó– siempre surge alguna excusa burocrática que impide que me entreguen los restos de mi hijo, como si estuvieran demorando toda la investigación en ese punto.”