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El barroco musical nació en Italia. Y, sin embargo, Italia fue el último de los países con una tradición musical importante en llegar a la revolución estética y de mercado que significó la tendencia de las interpretaciones historicistas del barroco. Holandeses, ingleses, alemanes y franceses coparon el universo de los instrumentos originales, las cuerdas de tripa, los fraseos y dimensiones orquestales atentos a lo que decían los tratados y testimonios de los siglos XVII y XVIII y las ornamentaciones improvisadas. Y cuando les llegó el turno a los italianos, éstos intentaron, en una primera avanzada (con las exageraciones del grupo Il Giardino Armonico como mascarón de proa), adueñarse del territorio sobre la base de una cierta sobreactuación del supuesto latinismo que los habitaba. Los notables I Sonatori de la Gioioiosa Marca, que surgieron a la fama acompañando parte de un recital en Venecia de Cecilia Bartoli que fue grabado en CD y video, pertenecen, con Fabio Biondi y Rinaldo Alessandrini, a la segunda camada, la más interesante. Están el fuego y la pasión en las interpretaciones, pero también el máximo rigor en cuanto al estilo. Y los próximos miércoles 8 y jueves 9 actuarán por primera en Buenos Aires, haciendo dos programas excepcionales.
Los conciertos, ambos en el Coliseo, pertenecen al ciclo Nuova Harmonia que auspician la Fundación Cultural Coliseum, el CIDIM (Comitato Nazionale Italiano Música), el Ministero per i Beni e le Attività Culturali, el Ministero degli Affari Esteri y la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Conformado por Stefano Bet en flauta travesera, Giorgio Fava y Roberto Falcone en violines, Judit Földes en viola, Walter Vestidello en cello, Giancarlo Pavan en violone (contrabajo barroco), Giancarlo Rado en archilaúd y Gianpietro Rosato en clavecín, I Sonatori de la Gioioiosa Marca trabaja alrededor de las estéticas consolidadas en Venecia entre el 1600 y mediados del siglo siguiente. Estéticas que abarcaron desde las primeras composiciones instrumentales autónomas (magníficas canzonas y sonatas de autores como Tarquinio Merula, Carlo Farina o Biagio Marini, impregnadas, todavía, del gesto vocal y modeladas a partir de los últimos madrigales y del stil nuovo de Monteverdi) hasta el desarrollado estilo violinístico de Locatelli y Vivaldi. En la primera de sus actuaciones tocarán el Concierto para cuerdas en Sol Mayor RV 153, el Concierto para cello, cuerdas y continuo en Re Menor RV 407 y el Concierto en Re Menor para dos violines y bajo continuio Op. 1 Nº 12 de Antonio Vivaldi junto al Concierto Brandeburgués Nº 5 y la Suite Nº 2 de Johann Sebastian Bach. En su concierto del jueves 9 interpretarán obras venecianas del barroco temprano: Ballo detto “Pollicio” de Tarquinio Merula, Passacaglia à 4 y Sonata sobre “La Monica” de Biagio Marini, Folia-Suonate e Capricci de Gioavanni Reali, el genial Capriccio Stravagante de Carlo Farina, el Concierto en Re Mayor para laúd, dos violines y bajo, RV 93, el Concierto para cello, cuerdas y continuo en Re Menor, RV 407 y el Concierto para cuerdas en Sol Mayor RV 151 “alla rustica” de Antonio Vivaldi. Ese mismo día y también en el Coliseo, pero a las 13, el grupo actuará en forma gratuita para el ciclo Allegretto.