EL PAíS › IBARRA ENFRENTO LA SEGUNDA PARTE DE LA
INTERPELACION CON LOS FAMILIARES MARCANDO EL RITMO
Una sesión con el protagonismo de los padres
El jefe de Gobierno volvió a responder a partir de las 14.30 las preguntas de los legisladores. Esta vez, los padres de las víctimas se hicieron notar más. Hubo aplausos y abucheos permanentes. Ibarra reiteró su línea argumental. Negó conocer a Chabán y pidió disculpas a los familiares por el “mal manejo” al anunciar las indemnizaciones.
Por Mariana Carbajal
Los familiares de las víctimas de Cromañón marcaron ayer el pulso y el clima de la sesión –otra vez maratónica– en la que continuó la virtual interpelación al jefe de Gobierno porteño. Esta vez, a diferencia del viernes, no se quedaron callados. Sus voces resonaron en el recinto una y otra vez para acusar a Aníbal Ibarra de mentir o contestar a medias, y también –pero en menor medida– para cuestionar el desempeño de los legisladores. Y hasta en una ocasión mientras hablaba Ibarra, se pusieron de pie y le dieron la espada. Pero el peor momento para el jefe de Gobierno fue cuando una madre le increpó: “Mi hija es un cadáver, pero vos sos un cadáver político”. A lo largo de las más de diez horas que se prolongó la sesión –que seguía al término de esta edición–, Ibarra insistió en su defensa, negó tener alguna relación con Omar Chabán, el dueño del boliche de Once y dirigiéndose por primera y única vez a los familiares, les pidió disculpas –lo repitió cinco veces– por la forma confusa como se manejó la cuestión de las indemnizaciones.
Eran las 16.15. Después de la intervención de Juan Carlos Lynch, del bloque macrista de Juntos por Buenos Aires, Ibarra pidió que no se “politizara” el tema. Y esa frase provocó el estallido de Mariana Márquez, cuya hija de 17 años perdió la vida en el incendio del 30 de diciembre. Desde la tribuna asignada a los deudos, primero le espetó que era él quien estaba politizando la tragedia con el llamado a la consulta popular. “A mí me mataron una hija por no haber controlado, por ser ineficiente”, le gritó. Y después lanzó la frase demoledora que se refirió al futuro político de Ibarra. “Mirame a los ojos. No volvés más”, siguió. Su voz era la única que se escuchaba en el recinto. La mujer, con la foto de su hija colgada del pecho, continuó repartiendo culpas: “No me voy a callar. Este pueblo es manso. Esta Legislatura es tan corrupta como él. Porque Ibarra, vos sos una circunstancia. Te pasó a vos pero le podría haber pasado a Macri o a cualquier otro. Es un sistema político”. Y se retiró después de decir que la sesión le parecía “un circo”. El portazo fue coronado por un aplauso cerrado y marcaría el clima que se viviría en el recinto a partir de la intervención, no tanto de la oposición, sino de los familiares, alrededor de cincuenta, con las fotos de sus hijos colgadas del cuello.
En distintos momentos rompieron el pacto de silencio que habían anunciado mantener la semana pasada. A veces, se expresaron a través de aplausos con tono de burla, como cuando Ibarra respondía sobre el operativo de emergencia montado por el gobierno porteño la noche de la tragedia para asistir a las víctimas. El jefe de Gobierno aseguró que “no faltaron tubos de oxígeno”. Y como respuesta, los familiares lo aplaudieron.
Otro cruce tenso con la tribuna de familiares ocurrió alrededor de las 20. La macrista Soledad Acuña –quien tuvo uno de los discursos más aguerridos del día– pidió que se saliera del reglamento de la Legislatura y se votara que la secretaría del cuerpo escribiera las preguntas que le hacían a Ibarra los diputados y se las leyeran una a una. A esa altura, la oposición (y los familiares) acusaban al jefe de Gobierno de contestar a medias. En un principio la votación no se pudo hacer por falta de quórum y allí los familiares se pusieron de pie y alzaron los carteles con las fotos de los muertos. “Votan nuestros hijos, votan nuestros hijos”, repitieron una y otra vez, durante algunos minutos. Finalmente, con mayoría de votos de la izquierda y el macrismo, se impuso la moción propuesta por Acuña.
La defensa que la ibarrista Liliana Caruso hizo de su jefe político jugó como un boomerang y disparó otro enojo de los familiares, que se volvieron a poner de pie, pero esta vez no gritaron: se dieron vuelta y le dieron la espalda, todos, en bloque, en silencio. Poco después, harían lo mismo con Ibarra.
En otro tramo de la sesión, mientras el jefe de Gobierno respondía las encendidas repreguntas de Florencia Polimeni, de Compromiso para el Cambio, varios familiares comenzaron a insultarlo. En afán de defender a su jefe político, la ibarrista Laura Moresi, desde su banca, empezó a contestar los reclamos de la tribuna, que estalló en insultos hacia ella y exigió que se retirase del recinto. Moresi salió y se dirigió al despacho de la presidencia del cuerpo donde, según fuentes del ibarrismo, recibió una “reprimenda” por su actitud.
Ibarra había llegado a la Legislatura cinco minutos antes de las 14, hora en la que estaba convocada la sesión. Al recinto llegó antes que los legisladores. Tuvo que esperar casi diez minutos para que se reanudara su virtual interpelación por falta de quórum.
Ante una pregunta del representante de Recrear Jorge San Martino (el primero de los 21 oradores anotados), Ibarra respondió no tener ninguna relación con “el señor Chabán”. Jorge Enríquez, de Juntos por Buenos Aires (quien se desempeñó como subsecretario de Seguridad durante el gobierno porteño de De la Rúa), le cuestionó no haber inspeccionado a Cromañón, cuando –dijo– su propietario era un conocido “contumaz violador de normas, un delincuente” y como tal “merecía más controles que ninguno”.
A lo largo de la prolongada sesión, el jefe de Gobierno tuvo que responder más de un centenar de preguntas. Muchas de las intervenciones de los legisladores reiteraron cuestionamientos ya escuchados en el recinto en la sesión anterior. En sus contestaciones, insistió con los argumentos que fueron el eje de su discurso del viernes. Repitió que no hubo una inspección en República Cromañón en la noche del 30 de diciembre porque la normativa no exige ese tipo de control en los recitales que se hacen en locales bailables; y en ese sentido repartió la responsabilidad por las leyes “obsoletas” con los legisladores. También volvió a reconocer el fracaso de su gestión en el área de habilitaciones y controles.
Acuña, de Compromiso para el Cambio, fue una de las más incisivas y su extenso interrogatorio apuntó a establecer las fallas del operativo de emergencia de la noche del la tragedia. Ibarra rechazó sus cuestionamientos y destacó que el sistema sanitario “respondió” ante el desastre. Sandra Bergenfeld, una de las flamantes ex macristas, hizo mención al bochornoso tema de las indemnizaciones. En esa oportunidad, Ibarra se dirigió a los familiares y les pidió disculpas por el “mal manejo” que se hizo de ese punto desde su gobierno. “Se entendió que se pretendía resolver con dinero una cosa que no se paga con dinero.” Los familiares le respondieron con el silencio.
Informe: Adrián Figueroa Díaz.