EL PAíS
Amenazas en Neuquén a opositores, gremialistas y defensores del Menor
El secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, visitó la provincia y calificó de “altamente preocupante” la situación de los derechos humanos. Marcha de repudio de la Multisectorial.
Por Elio Brat
Desde Neuquén
La provincia de Neuquén se está viendo sacudida por una serie de amenazas que recibieron casi al mismo tiempo funcionarios del Poder Judicial provincial y reconocidos dirigentes gremiales y políticos. En todos los mensajes intimidatorios –que hasta el momento sólo fueron en forma telefónica– se reprodujo la misma advertencia: “No se metan con el poder”. El malestar político va in crescendo –con el curioso silencio tanto de los ministros del gobierno de Jorge Omar Sobisch como del mismo Poder Judicial involucrado en algunas denuncias– tanto que el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, no dudó en calificar de “altamente preocupante” la situación en la que está inmersa esta provincia en materia de derechos humanos. Duhalde visitó Neuquén para solidarizarse con los amenazados: la titular de la Defensoría del Menor y el Adolescente, Nara Osés; el secretario general del gremio ceramista y principal figura de la fábrica Zanon, Raúl Godoy, y el diputado provincial de Patria Libre Jesús Escobar. Para esta tarde, una autodenominada Multisectorial neuquina convoca a marchar a la Casa de Gobierno provincial “para parar la mano que se viene”.
Todo comenzó hace unos diez días cuando en los teléfonos particulares de las caras públicamente visibles de la Defensoría del Menor y el Adolescente –Nara Osés y Edith Galarza– se escucharon amenazas de muerte para ellas y sus familiares. Luego de comprobar que la misma Galarza atendió, una voz le dijo “zurda hija de puta, cortala con el poder porque te vamos a hacer cagar a vos y a toda tu familia”. Pocas horas después, el mismo día, en el aparato telefónico de la misma abogada quedó grabado el siguiente mensaje: “Te vuelvo a repetir, por si no te quedó claro, que la cortés con el poder porque te vamos a hacer cagar”. Allí fue cuando Galarza preguntó “¿con qué poder?”. “Vos sabés con qué poder”, le contestaron. “No le entiendo”, insistió la funcionaria judicial, antes de escuchar la última advertencia de una voz anónima: “Cuidate”.
Las intimidaciones a la defensora Osés y a su adjunta Galarza –a las cuales se les sumaron algunos seguimientos que detectó uno de los integrantes de la Defensoría la misma semana en que se produjeron los llamados– se dan en el marco de una fortísima discusión pública que se mantiene desde el año pasado en torno de la continuidad o no de la ley 2302 de Defensa del Niño. Fue un funcionario del gobierno de Sobisch, el ministro de Seguridad y Trabajo, Luis Manganaro, quien presentó varios proyectos en el 2004 para modificar esa ley. Y la Iglesia neuquina, junto con una gran cantidad de ONG, partidos políticos, sindicatos, centros estudiantiles y organizaciones sociales de la provincia, del país y del mundo fueron los que se pronunciaron en contra de esta pretendida “reforma de la 2302” y denunciaron que la intención oficial corporizada en la presentación del ministro Manganaro representa “una muestra cabal de la escalada represiva que el gobierno (de Sobisch) quiere imponer hacia los jóvenes en Neuquén”.
Este último fin de semana, el secretario general de los trabajadores ceramistas neuquinos, Raúl Godoy, su mujer y el adjunto del sindicato, Alejandro López, recibieron llamadas telefónicas con amenazas de muerte.
En la denuncia que realizó el mismo Godoy ante la fiscalía general de Coordinación de la provincia, el dirigente de Zanon responsabilizó al ministro de Seguridad y Trabajo provincial Luis “Toti” Manganaro por esta “escalada de amenazas”. Fue el mismo Manganaro quien en recientes actos de gobierno criticó públicamente a los obreros de la fábrica Zanon por la ocupación y puesta en marcha de la empresa que mantienen produciendo desde hace tres años.
Finalmente, en la noche del lunes pasado el propio Manganaro dispuso que hubiera una custodia policial en la casa de los amenazados “para garantizar su seguridad”. Este hecho fue rechazado de plano por el ceramista Raúl Godoy, quien en declaraciones a Página/12 no dudó en calificar esa medida como “una verdadera provocación”. “Es absurdo que quien nos manda atacar y a quien nosotros identificamos como el responsable de todo lo que pasa con esto de las amenazas, ahora nos mande cuidar”, señaló.