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El estado revulsivo de la interna radical determinó que el presidente Eduardo Duhalde perdiera su principal aliado parlamentario. Presionado desde las segundas líneas, el titular de la UCR y gobernador de Chaco, Angel Rozas, insistió ayer en su nuevo perfil crítico y dijo que el Gobierno “está cometiendo los mismos errores” del pasado reciente del país. En tanto, un grupo de 41 diputados de los 68 que conforman el bloque de la UCR distribuyó un documento criticando al sector partidario aliado a la Rosada que convirtió “en caricatura lo que debió ser un serio gobierno de unidad nacional con un programa concreto”. Conclusión: el radicalismo –a excepción de Raúl Alfonsín y los suyos– está cada vez más apurado por despegarse de un gobierno al que le ve poco futuro.
El cambio de Rozas de los últimos días tiene que ver con su ánimo de contener el estado levantisco en que se encuentra buena parte del radicalismo que quiere terminar la alianza con el duhaldismo en la que ve mucha pérdida y ninguna ganancia. El sector más duro está representado por los delarruistas que responsabilizan a Duhalde y al radicalismo de la provincia de la caída de la gestión de Fernando de la Rúa. También endurecieron su posición muchos legisladores del interior que no sienten que tengan que pagar los costos por el caótico fin del gobierno radical y no quieren hacer seguidismo de Duhalde.
Para más, ya no todo el radicalismo bonaerense sostiene la coalición con Duhalde. El presidente del Comité Provincia, Federico Storani, viene diferenciándose de Alfonsín y Leopoldo Moreau al pedir que la UCR deje de votar a libro cerrado todos los proyectos que el Ejecutivo envía al Congreso, algo que, de hecho, ya sucedió ayer. Storani y Rozas mantienen un sutil enfrentamiento de declaraciones. El bonaerense dice que Rozas acusa al radicalismo de la provincia de pactar con el Gobierno, pero que después él va a Olivos y firma el acuerdo de 14 puntos con Duhalde.
Con tanto frente interno abierto, Rozas decidió tomar la lanza de la oposición a la gestión de Duhalde. “En las primeras conversaciones Duhalde definió claramente que íbamos a transitar un camino diferente al recorrido hasta hoy”, dijo. “No recuerdo que alguna vez Estados Unidos haya tenido una actitud bochornosa hacia el país como ahora”, agregó. Rozas también calificó como “una ridiculez” seguir a rajatabla los pedidos del FMI y que lo que hay que hacer es “desprendernos de la zanahoria y ponernos a trabajar sobre un proyecto propio”.
En forma paralela, un grupo de diputados dio a conocer el documento que el martes había presentado ante el Comité Nacional de la UCR. Los legisladores consideraron “un acuerdo de entrecasa” el que armó el radicalismo bonaerense con Duhalde y que las medidas económicas tomadas hasta ahora “fueron un salto al vacío, intentado superar un modelo sin plan alternativo”. Entre los firmantes del texto estuvieron Melchor Posse, Juan Pablo Baylac, Jorge Pascual, Mario Capello y Fortunato Cambareri, entre otros. En el grupo aseguraron que su intención no es crear otra línea interna pero que pretenden conformar un “frente federal de diputados” que ya no votarán a ciegas los proyectos legislativos de la Rosada, algo que ya está sucediendo con la Ley de Quiebras a la que todavía no le dieron su aprobación.
No obstante, con el nivel de dispersión que existe hoy dentro de la UCR, en este sector admiten que no tienen una única posición. “Hay quienes no quieren votar más los proyectos de Duhalde, están también quienes opinan que tenemos que dar quórum y hasta los que dicen que tenemos que votar tapándonos la nariz”, graficaba un diputado. En lo que ya todos coinciden es que a Duhalde no le van a votar ninguna ley si no están conformes.