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“Queremos que se termine el tema de la lista única”, sostiene el dirigente gremial del Banco Nación Luis Graña, que junto con otros gremialistas armaron la lista Azul 10, opositora al histórico titular de La Bancaria, Juan José Zanola, para las internas del 22 de septiembre. “Zanola no solamente hace 22 años que está en el gremio, sino lo más grave es que la obra social, de la cual es el presidente, está con un déficit de 390 millones de pesos”, denuncia Graña, que integra el Movimiento de Unidad Bancaria (MUB). A fines de julio marcharon al Ministerio de Trabajo para repudiar las irregularidades que detectaron en la convocatoria a elecciones. Poco antes, en otra movilización, fueron golpeados por hombres que señalan como “la patota sindical” del zanolismo.
“Queremos una nueva convocatoria y que haya elecciones limpias. No vamos a hacer de comparsa de un hecho en el que esté previsto el fraude”, remarca Graña, quien aclara que no pudieron llegar a un acuerdo con la Junta Electoral, que –sostiene– responde a Zanola. Plantea que el padrón electoral está inflado. “Nosotros creemos que no hay más de 16.000 afiliados, el gremio dice que hay 38.000, que es una barbaridad. No pudimos cotejar los padrones porque estuvieron sólo tres días en exhibición”, explica Graña.
La oposición a Zanola se compone de dirigentes de distintos orígenes políticos. “Nuestra línea es pluralista. Yo soy peronista, él es radical”, dice Graña, que señala a otro de los dirigentes, Pedro Ocaña, del Banco Francés. Todos comparten el rechazo a Zanola: “En los años del menemismo, Zanola acompañó todas y cada una de las políticas del menemismo, donde los bancos acumulaban riquezas y perdíamos conquistas desde el plano salarial”, recuerda Graña, que remarca su apoyo a la gestión de Néstor Kirchner. “Nosotros creemos que, desde la asunción del Presidente hubo cambios que reclamaba la sociedad y creemos que estos cambios deben llegar al nivel sindical. Desde el sistema financiero tenemos que generar una banca al servicio del país, que apoye las economías regionales y no se dirija solamente a lucrar”, propone Graña.
Luego vuelve sobre las críticas a Zanola: “Hay tres mil compañeros que son trabajadores de la obra social, pagan todos los meses la cuota sindical, y Zanola no permite que puedan votar”, asegura. Los empleados del policlínico bancario participaron en la marcha del 6 de julio pasado, en las que fueron atacados con palo y botellas. “Nos enteramos de que andaba pululando gente del zanolismo –relata Ocaña–. Nos encontramos con entre 70 u 80 militantes, entre ellos miembros del secretariado de la Asociación Bancaria y barrabravas de Huracán”, plantea. “Empezaron las agresiones e insultos. Nosotros íbamos con gente discapacitada y enfermeras. Hubo un conato de pelea, alguna gente lastimada. Recibió una herida de arma blanca el secretario general de Concepción del Uruguay, Oscar Alberto. Nos destrozaron la camioneta, el equipo de audio y golpearon salvajemente al chofer”, cuenta Ocaña. Graña remata: “La sociedad rechaza este tipo de manifestaciones violentas de la patota sindical, al mejor estilo de hace 20 años”.

Informe: Werner Pertot.