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Los docentes universitarios vinculados a la Conadu Histórica iniciaron ayer un paro nacional de 96 horas, que se cumple con diversas modalidades en las casas de estudios. Las medidas de fuerza se vienen sucediendo, en forma progresiva, desde hace dos semanas en reclamo de mejoras salariales y del blanqueo total de los adicionales, entre otros puntos. Según informó el Ministerio de Educación, la huelga “tiene un acatamiento menor”.
En cambio, José Luis Molina, secretario general de la Conadu Histórica, aseguró que “el nivel de adhesión a la medida es importante”. El paro, que seguirá hasta el viernes, fue convocado sólo por uno de los tres gremios nacionales del sector. La misma federación realizó la semana pasada otro paro de 72 horas y la anterior, uno de 48 horas, como informó este diario. Además de las reivindicaciones citadas, los profesores quieren que se incorpore a los docentes ad honorem en la planta rentada y un régimen jubilatorio unificado que contemple un 85 por ciento móvil.
De los otros dos sindicatos docentes nacionales, uno, la Conadu, convocó a una jornada de protesta para el martes y el miércoles próximos, mientras que la Fedun no tiene previstas medidas de fuerza. Así, la huelga vigente esta semana se circunscribe a las universidades de Cuyo, Tucumán, Salta, Catamarca, Sur, Litoral, Misiones, Jujuy, San Juan y otras. En la UBA, quienes adhieren al paro lo hacen en forma activa, y el gremio AGD ha organizado clases públicas. Hoy, en Buenos Aires, un plenario de la Conadu Histórica analizará la situación y la continuidad de las medidas.
En diálogo con Página/12, el secretario de Políticas Universitarias, Juan Carlos Pugliese, consideró “lógico” el “acatamiento menor” obtenido por el paro, cuya incidencia limitó a las escuelas preuniversitarias de Cuyo y del Sur, más algunas facultades de esas casas y de la tucumana. “Habiendo negociaciones en marcha en la mesa de negociación salarial, habiéndose alcanzado hace poco un importante acuerdo, y habiendo una agenda de compromisos para seguir tratando otros temas, la respuesta de los docentes no puede ser siempre el paro”, dijo el funcionario. En septiembre los gremios docentes y el Gobierno acordaron una mejora promedio del 28 por ciento, después de un intenso y prolongado conflicto que paralizó a muchas casas de estudios superiores. Luego, en las negociaciones subsiguientes, no se lograron mayores avances y entonces recomenzaron los reclamos. Lo que Pugliese reconoció ayer fue que falta incorporar al sueldo básico de los docentes el adicional otorgado a comienzos de este año, cuestión que supeditó a la aprobación en el Congreso de la Ley de Presupuesto 2006. Mientras, en Educación inquieta que aún no haya salido de Economía la resolución que amplíe el actual presupuesto para afrontar las mejoras salariales acordadas.