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La estación Avellaneda fue escenario, ayer por la mañana, de un combate cuerpo a cuerpo entre pasajeros de un tren que estuvo detenido más de una hora en el lugar y trabajadores de una empresa tercerizada por la concesionaria Transportes Metropolitanos Roca (TMR), que habían realizado un piquete sobre las vías para interrumpir los servicios por un reclamo gremial. “Estamos podridos, esto ya no da más. No digo que no reclamen lo que les corresponde, pero nosotros pagamos el boleto y tenemos derecho a viajar”, protestó, a los gritos, uno de los pasajeros que dijo llamarse Manuel. Como respuesta, Martín, uno de los manifestantes, pidió las “disculpas” del caso, pero sostuvo que era “la única manera de protestar” contra la intención de la empresa tercerizada Catering World de mantenerlos como trabajadores en negro. Por la noche, TMR anunció que se había llegado a un acuerdo con los 25 trabajadores en conflicto, que serán incorporados al personal estable de esa empresa. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo sobre los incidentes que el Gobierno quiere “desarticular” las medidas de este tipo porque son “una locura”.
“Los 25 empleados fueron incorporados a la empresa y, por ende, pasan a ser encuadrados en el convenio de los ferroviarios”, informaron a la prensa voceros de la concesionaria TMR. Atrás habían quedado los incidentes, que comenzaron a gestarse con el corte de vías, que se inició a las 8.30 de la mañana, cuando los manifestantes, que hacen tareas de limpieza en la estación Llavallol, se plantaron sobre las vías con banderas, carteles, gomas de auto y cajones de maderas encendidos. Cerca de las diez de la mañana, en un tren detenido poco antes de llegar a la estación Avellaneda, algunos pasajeros rompieron el vidrio de seguridad que guarda la palanca que se acciona para abrir en forma manual las puertas de los vagones ferroviarios.
“Los pasajeros, hartos de esperar, empezaron a pedir que los manifestantes se retiraran de las vías y empezó una pelea que fue bastante violenta”, informó a este diario Fernando Jantus, el vocero de la empresa Metropolitano. Algunos de los viajeros, que venían de Gerli hacia Plaza Constitución, se trenzaron en discusiones con los trabajadores que hacían el piquete ferroviario. Algunos pasaron de las palabras a los hechos y hubo trompadas que dieron en el blanco, aunque después, tanto TMR como los manifestantes, a través de su representante legal, Rubén Tripi, se encargaron de aclarar que “no hubo heridos”. Ese dato fue confirmado por el jefe de la División Roca de la Policía Federal, Roberto Cinquemari.
El piquete se mantuvo firme hasta cerca del mediodía y durante tres horas siguieron los incidentes, que en la mayoría de los casos nunca llegaron a los golpes, aunque hubo insultos de los pasajeros, pedradas y discusiones sobre cuál es la manera adecuada de encarar una protesta de tipo gremial. “Tomensenlá con los que tienen guita y no con nosotros”, fue una de las frases repetidas por los pasajeros, dejando en claro que se trataba de una pelea entre iguales. “No estoy ni en contra ni a favor del reclamo, mañana puedo estar yo de ese lado, pero nos perjudicamos entre nosotros”, se quejó otro de los pasajeros. Muchos de los que iban en el tren, a pesar del enojo, se limitaron a bajar del convoy para caminar por las vías, hacia la estación, y seguir viaje por otros medios.
“El problema gremial es grave, porque ellos cobran la mitad de lo que gana el personal estable de Metropolitano por hacer la misma tarea y cuando se hacen los reclamos ante la firma tercerizada, Catering World, no hay ninguna respuesta”, explicó el representante legal de los trabajadores. “Nadie cumple con la ley, por eso piden que Metropolitano los incorpore a su planta estable”, insistió Tripi. El corte se interrumpió a mediodía y se reanudó por la tarde, aunque sin incidentes, hasta que se llegó al acuerdo entre las partes. Durante largas horas, estuvieron interrumpidos los servicios hacia el sur del conurbano.