EL PAíS › EL CONFLICTO CON EL PAMI Y OCAñA
“Suena raro ahorrar”
“Sabe lo que pasa: hace cuatro meses que negociamos”, explica West Ocampo. “Firmamos convenios con droguerías, hospitales de comunidad de la Capital y laboratorios. Pero nos queda recomponer el salario de más de 130 mil personas. Son de mutuales, institutos médicos, de internación. Con ellos y con la medicina prepaga es donde tenemos la mayor traba.”
–¿Cuál es la traba?
–Que el personal representa entre el 40 y el 60 por ciento del costo.
–¿Y se trasladaría el costo a los beneficiarios de los servicios?
–Eso sucede con los que tienen que estar menos protegido, porque tienen ingresos altos, adheridos a la medicina prepaga. El resto son afiliados a obras sociales sindicales, al PAMI o a obras sociales provinciales.
–¿Allí no impactaría la mejora?
–No en el beneficiario. Pero sí a los financiadores, que son las obras sociales. Igual, muchas de esas ya tienen los recursos. La propia Ocaña dice que el Pami ahorró mucha plata.
–¿Qué reclama exactamente?
–1400 pesos de básico para una enfermera, que hoy gana entre 800 y 900 pesos. Son personas especializadas, tienen que tener estudios secundarios y tres años de terciario para ejercer. Además trabajan 365 días al año.
–Perdón, ¿La anterior alusión a la titular del PAMI fue irónica?
–Es que Ocaña paga las prestaciones por debajo del valor real.
–¿Y usted dice que por eso el PAMI tiene superávit?
–Algo parecido: al contratar por grandes cantidades es cierto que hay muchos que aceptan cobrar por debajo del precio real, y después trasladan el problema a los trabajadores, no les pagan o les pagan en negro, o atienden por debajo de los estándares de calidad. Ojo, nosotros no estamos en conflicto con Ocaña o el Gobierno sino con los empresarios.
–No parece.
–Lo que pasa es que suena raro eso de ahorrar. La obra social no tiene que ahorrar sino volcar la plata en mejores servicios para los afiliados.
–Si ahora sobra plata también se puede entender que antes se malgastaba.
–No tengo dudas de que el PAMI fue durante mucho tiempo una caja. Y hubo cajeros que dieron mejores servicios y otros que dieron peores. Pero cuando los jubilados no están bien atendidos y tienen que hacer colas no me entra en la cabeza que se diga que la plata sobra en el PAMI. Si fuera así, Ocaña debería bajar la alicuota. Ganaría el Premio Nobel. Pero la verdad, yo creo que acá no se ejecuta por impericia. Y ésos son recursos para los jubilados.
–Eso viene a cuento a una interna que Ocaña tiene con el ministro de Salud, Ginés González García, quien se confiesa amigo suyo.
–Hasta donde sé, él no tiene incidencia en el PAMI.