EL PAíS › IBARRA ACUSO A MACRI DE CONCRETAR UNA “REVANCHA POLITICA”. MACRI NEGO LOS CARGOS

El cruce obligado del día siguiente

El suspendido jefe de Gobierno porteño sostuvo que el titular de PRO utilizó políticamente el juicio, que en enero lo hizo en la superficie y ahora desde las penumbras. Macri retrucó en una rueda de prensa, diciendo que sostendrá las instituciones.

Con el juicio político de fondo, la suspensión del jefe de Gobierno derivó ayer en una pelea entre Aníbal Ibarra y Mauricio Macri. Luego de que la Legislatura resolviese con los votos justos el inicio del juicio, Ibarra cargó ayer contra Macri y lo consideró el artífice de todo el proceso. “Es una revancha política de Macri. Con esto no se alcanza ni la justicia, ni la verdad”, sentenció. El líder de PRO salió de su estudiado silencio y, estudiadamente, le respondió: “Garantizamos el funcionamiento de las instituciones. Vamos a darle la oportunidad de defensa al doctor Ibarra. Después de 11 meses donde lamentablemente hubo demasiadas chicanas, espero que se explaye para demostrar por qué los cargos no son tales”. Ibarra recordó que a comienzos de año Macri había actuado en la superficie pero que, en esta oportunidad, lo hizo desde las sombras.
“En la campaña electoral no hablé de Cromañón. No mencioné una sola vez al jefe de Gobierno. Más delicadeza y cuidado no se pueden haber tenido”, aclaró tratando de ahuyentar las acusaciones de oportunismo político.
Dispuesto a dar la batalla por su cargo, Ibarra afirmó ayer que el juicio político “es un tema de revancha política. No me afecta en lo personal, me afecta que se vaya contra la institucionalidad y para llegar a eso hubo una manipulación del dolor de los familiares. Sin duda, me siento un chivo expiatorio”. Todos sus misiles apuntaron al líder de PRO: consideró que “Macri fue claramente el que instruyó” a los legisladores. “Fue lo más parecido a un golpe institucional. Hizo lo mismo que había hecho durante mi interpelación, con la diferencia de que en aquel momento él se mostraba y, como le fue mal en términos de sociedad, dijo: ‘Ahora lo hago debajo de la superficie’”, analizó Ibarra en la puerta de su casa en Villa Ortúzar. Dejó en claro que la estrategia del ibarrismo será, de aquí en más, demostrar que el juicio es una maniobra política de Macri.
Notoriamente bronceado, el empresario salió del silencio, que mantenía por consejo de sus asesores, para retrucar a Ibarra. “Aportamos 12 votos sobre los 30. Que nos explique por qué sólo siete se pronunciaron a favor de que no haya juicio”, contragolpeó en una conferencia de prensa en la sede de Compromiso para el Cambio, donde fue escoltado por los legisladores Gabriela Michetti (Compromiso para el Cambio) y Diego Santilli (Juntos por Buenos Aires). Siempre mostrándose conciliador, Macri destacó que su bloque seguirá “con el doctor (sic) Telerman para que él continúe en su gobierno sin ningún tipo de problemas”.
Ibarra reveló que “hay legisladores del macrismo que por debajo dicen: ‘Esto es un disparate, la verdad que es un absurdo, no estoy de acuerdo’”. Reiteró además que el juicio político “es una parodia porque, cuando usted tiene una predeterminación, sabe que va por la destitución, y no le interesa la prueba, no le interesan razones, ni la búsqueda de la verdad”.
Macri, teatralizando su gestualidad, felicitó a sus legisladores por “la solidez institucional” con la que manejaron la investigación “en busca de la verdad y para reforzar el marco institucional”. “No es una situación feliz para la política porteña que el jefe de Gobierno enfrente un juicio político. A esto se llega en una situación extrema, pero peor era que le diéramos la espalda a la verdad ante semejante tragedia y tanto dolor”, aseguró Macri. Junto a él, Santilli respondió a Ibarra que “nadie piensa que esto sea un disparate”.
El legislador porteño apuntaló la idea de que “no se hace política con Cromañón”. “Macri ha querido explicar las acusaciones que se le han hecho. No ha querido tener ningún aprovechamiento político. Ha tenido un bajo perfil en estos 11 meses”, indicó Santilli, que reveló que no existe una opinión unánime sobre cómo debe manejarse la Sala Juzgadora: si debe seguir con la conformación actual hasta el final del juicio o volver a sortearse tras el recambio de legisladores del 10 de diciembre. “No tenemos una postura, porque vamos a analizarlo con los constitucionalistas. La Constitución porteña habla de sorteo de legisladores cada dos años”, destacó.
Macri insistió en recordar que, de los 30 que votaron el juicio, “sólo 12 representan este espacio. Los demás tienen que ver con representantes de la izquierda, el kirchnerismo, el ARI, independientes y muchos de ellos entraron a la Legislatura de la mano de la lista del doctor Ibarra”, acicateó Macri, que le reprochó al jefe de Gobierno “manejar la información de manera caprichosa”. “Esto ha sido el consenso de las fuerzas políticas que representan a la ciudad”, dijo en referencia al conjunto fragmentado de bloques que votó el inicio del juicio político.
“Más no se puede haber hecho para que las instituciones funcionen separadamente de la política para lograr esclarecer la verdad, con todo el dolor que se ha movilizado alrededor”, se defendió Macri. “Hemos hecho las cosas según la ley, muchas veces peleándonos con los padres, que querían más celeridad y más agresividad”, contó el empresario.
Por su parte, Ibarra criticó los métodos de un sector de los familiares de Cromañón: “Hubo amenazas de escraches. Al Chango Farías Gómez le dijeron que lo iban a seguir con pancartas a los recitales, a (Miguel) Talento le rompieron todo el despacho, en los celulares había consignas permanentes y al propio Borocotó fueron a su casa a hacerle un escrache”, recordó Ibarra que, de todas formas, reiteró: “Lo que me duele es no haber transmitido a varios de ellos el dolor que yo también sentí desde el primer momento de la tragedia y que, en todo caso, compartimos esa misma necesidad de justicia”. Mientras Macri intenta escapar a la polarización, Ibarra seguirá su defensa confrontando desde el primer día con el líder de PRO.

Informe: Werner Pertot.

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Ibarra afirmó ayer que el juicio “es un tema de revancha política”. “Aportamos sólo 12 votos sobre los 30”, se defendió el empresario.
 
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