EL PAíS › EL PRESIDENTE VOLVIO DEL RETIRO EN EL CALAFATE EN SILENCIO
Lo mejor es mantenerse prescindente
Kirchner regresó ayer del sur y fue a Olivos. No hubo anuncios sobre el nuevo gabinete ni declaraciones sobre el juicio político a Ibarra. Tampoco mantuvieron contacto con el jefe de Gobierno.
Por Diego Schurman
Una, dos, tres encuestas. En todos los casos, la opinión de la gente es coincidente: Néstor Kirchner debe mostrarse “prescindente” en el juicio político que se le iniciará a Aníbal Ibarra. Nadie sabe si eso influyó finalmente en la decisión del Presidente. Pero lo cierto es que ni en El Calafate ni en la residencia de Olivos –los dos lugares en donde estuvo ayer– se refirió públicamente sobre el juicio político al jefe de Gobierno porteño.
Kirchner y su mujer, la senadora Cristina Fernández, arribaron después de las 18 a Buenos Aires. Y de allí partieron en helicóptero a la residencia de Olivos. Como lo hicieron durante los últimos cinco días en Santa Cruz, no emitieron sonido sobre el “efecto Cromañón”
Alberto Fernández, quien compartió el viaje con la pareja presidencial en el Tango 01, tampoco se refirió públicamente sobre el tema. De todos modos, las pocas horas que estuvo en la Casa Rosada se la pasó prendido al celular. Eso sí, cerca suyo aseguraron que ni él ni Kirchner tomaron contacto con el suspendido Ibarra.
–¿No hubo ni un cruce de palabras? –inquirió este diario.
–Por ahora, nada de nada –señalaron a las 9 de la noche desde Balcarce 50.
La pregunta tuvo una respuesta similar en el gobierno de la ciudad.
–Aníbal dijo que el Presidente no lo llamó. Kirchner llegó hoy de El Calafate. Tiene que desensillar y seguramente en esta semana tomarán contacto –evaluó.
Tampoco hubo diálogo entre Kirchner y Jorge Telerman, quien ayer tomó las riendas de la ciudad. Es conocida la interna de Alberto Fernández con el reemplazante de Ibarra. Pero más temprano que tarde deberán tenderse redes entre el gobierno porteño y el nacional, al menos esas eran las pretensiones del flamante conductor de uno de los distritos más importantes del país.
Kirchner pudo haber optado por anunciar ayer mismo los nombres que integrarán el nuevo gabinete. Para ese fin se había fijado el “retiro espiritual” en el sur. Muchos creyeron oportuno una “competencia noticiosa” para apaciguar con los futuros ministros el impacto de la votación contra Ibarra. Pero por ahora sigue la incógnita.
–¿Qué está haciendo Kirchner en Olivos? –preguntó Página/12 en la Casa Rosada.
–Hoy va a mirar a Racing. Eso es lo único seguro –contestó, como evidenciando que las prioridades no pasan por mostrarse preocupado por la suerte del jefe de Gobierno.
El solitario ministro que procuró llevar consuelo a Ibarra a cara descubierta fue Daniel Filmus. El ministro de Educación, y ex funcionario ibarrista en ese mismo área, llamó a “diferenciar lo que es justicia de lo que es maniobra política. Yo –aseguró– creo que lo de ayer (por anteayer) está teñido en buena medida de maniobra política”.
Filmus admitió que el tema lo tomó “con mucha preocupación, porque el caso Cromañón merece que la Justicia tenga un veredicto. Y que haya manipulación política respecto a algo que tiene que definir la justicia es preocupante”.
¿Si Kirchner abordará el conflictivo tema en público? Nunca se sabe, aunque todo indica que se abstendrá. Para hoy tiene programado un acto en el Salón Sur, a las 18, donde anunciará la construcción de una autovía que unirá Cañuelas y San Miguel del Monte. Se espera que junto a él se muestre el gobernador Felipe Solá.
En privado, se sabe, el Gobierno considera que el juicio político a Ibarra es un “formidable disparate” y que Mauricio Macri se montó sobre el dolor de los familiares de las víctimas de Cromañón para hacer un “acto de oportunismo político”. En rigor, nada muy distinto a lo que Filmus expresó ayer en público. Aunque todos están pendientes de las palabras del Presidente.