EL PAíS › LA APDH PIDE LA CESANTIA DE BRINZONI

Cuarteles de invierno

Para la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos las disculpas de Brinzoni por sus actitudes antisemitas no son creíbles y debería ser pasado a retiro en forma inmediata. Repudio en las dos Cámaras del Congreso.

 Por Horacio Verbitsky

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos solicitó al ministro de Defensa Horacio Jaunarena el inmediato pase a retiro del general Ricardo Brinzoni por sus manifestaciones antisemitas. El jefe del Ejército dijo en su carta a la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas que había recomendado al periodista Héctor Timerman la lectura de la obra de William Shakespeare El Mercader de Venecia porque no estaba al tanto de su contenido antisemita que agraviaba a la colectividad judía. Para la APDH esta explicación “no resulta creíble”. Jaunarena aún no contestó la carta de protesta que le envió el rabino Daniel Goldman. En las dos Cámaras del Congreso hay proyectos de resolución suscriptos por legisladores del ARI y del Frepaso en repudio a las declaraciones de Brinzoni.
En su comunicación a Jaunarena, la APDH le hizo conocer su “profundo desagrado y preocupación ante la reiteración de actos de intolerancias del Jefe del Estado Mayor del Ejército contra miembros de la comunidad judía en la Argentina” porque de ese modo “queda explicitada la distancia existente entre el general Brinzoni y los principios y valores que caracterizan a una sociedad democrática y pluralista”. Al referirse al pedido de disculpas invocando ignorancia sobre la obra de Shakespeare, la Asamblea recuerda que el año pasado usó el mismo argumento “para explicar los motivos de la contratación del dirigente nazifascista Enrique Torres Bande, por lo que llama poderosamente la atención de esta organización que las injurias antisemitas sean siempre explicadas por su autor arguyendo absoluto desconocimiento de los antecedentes generadores de los agravios a la comunidad judía”.
La nota firmada por los directivos de la APDH Alfredo Bravo, Horacio Ravenna y Sergio Di Gioia recuerda que en su carta a Brinzoni Héctor Timerman citó al sabio Maimónides, quien “nos enseña que sólo podemos conocer el auténtico arrepentimiento de una persona si el penitente se encuentra en la misma situación en la que estaba cuando pecó y entonces se abstiene de volver a repetirlo”. En el caso de Brinzoni, agregan, “es evidente que no ha obrado de conformidad con lo expresado en dicha cita y que sus arrepentimientos no resultan en absoluto creíbles”. Como responsable por la “subordinación del Ejército a los valores republicanos y pluralistas” y ante “la reiterada conducta antidemocrática y discriminatoria, reñida con la normativa nacional e internacional vigente en la materia” de Brinzoni Jaunarena tiene “el deber de pasarlo a retiro inmediatamente, lo que así solicitamos expresamente”.
Bravo ya había firmado un proyecto de resolución junto con los también diputados del ARI Ariel Basteiro, Jorge Rivas y Oscar González en el que solicitaba que el Poder Ejecutivo, en su condición de Comandante Supremo de todas las Fuerzas Armadas, informara sobre las medidas que tomó respecto “de las reiteradas conductas discriminatorias realizadas por el Jefe del Ejercito, Teniente General Ricardo Brinzoni”. En sus fundamentos mencionaron las “actitudes y hechos de inocultable corte antisemita efectuados por las fuerzas armadas argentinas durante la brutal dictadura militar instalada en nuestro país a partir del 24 de marzo de 1976”, entre ellos los cometidos contra Jacobo Timerman “quien fue secuestrado, torturado y despojado de su ciudadanía argentina por los militares argentinos que interrumpieron la vida democrática de nuestro país. Este repugnante acto de barbarie no les resultaba suficiente a quienes gozaban con sufrimiento físico que hicieron padecer a miles de compatriotas. A Jacobo Timerman, además, le expresaban su desprecio por el sólo hecho de ser judío. Y para demostrar la intensidad de sus sentimientos antisemita sabían que nada era más apropiado que la figura de quien querían emular. La foto de Adolf Hitler se exponía gustosa para incrementar la humillación durante la insoportable agresión de que era objeto”. Al interpretar la cita de Shakespeare, los legisladores afirman que con ella Brinzoni rechaza la justicia y cualquier gesto de humildad como “impropia de un militar”, que “no puede ni debe pedir perdón”. La cita de El Mercader de Venecia “se podría interpretar como una amenaza, máxime cuando la recomendación proviene de parte de quien comanda la institución de la que formaban parte los criminales que torturaron al padre de Héctor Timerman por su condición de judío”. Al evocar la gestión de Martín Balza al frente del Ejército, los diputados consideran “penoso y alarmante” advertir que, con su actitud, Brinzoni “retrocedió en el camino de reconciliación con la sociedad civil”. El proyecto de resolución señala la inexistencia de judíos en las fuerzas armadas como consecuencia de la formación nazi de la década de 1930. Tal vez por eso Brinzoni, en su carta a Timerman, hablando como jefe del ejército dijo: “Los cristianos perdonamos sin mirar a quién”, lo que implica que para él dicha institución sólo puede estar integrada por cristianos, lo cual es grave porque se opone a la letra de las normas vigentes y a la forma de vida en la que la sociedad argentina quiere vivir. En el Senado un proyecto similar fue presentado por Vilma Ibarra, del Frepaso. El Senado, dice, no puede pasar por alto la violación de los principios constitucionales, sobre todo cuando “es efectuada por el representante de una importante institución del país”. Tal como anticipó este diario, recién con la carta de Brinzoni el matutino La Nación se dignó informar sobre el episodio. Prefirió ignorarlo mientras las únicas fuentes posibles eran judías, como Timerman, el rabino Goldman, el Centro Wiesenthal y la DAIA. El subdirector del matutino y presidente de Adepa, José Claudio Escribano, es el autor de un editorial antisemita publicado en 1981, en respaldo de la dictadura militar y en contra de Jacobo Timerman. Hasta Brinzoni y el Ejército han mostrado mayor contrición, dato no menor a la hora de analizar los trágicos episodios del pasado argentino, desde aquellos que le ganaron a Juan Lavalle el mote de espada sin cabeza, hasta los de la última dictadura militar. Peor aún, hasta ayer Clarín seguía ignorando todo el episodio, que no mereció ni una línea en su voluminosa edición. ¿Hoy quizás?

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