ESPECTáCULOS
Longobardi se fue a América y Lejtman tendrá programa propio
La evidente mala química entre ambos concluyó con el final de “Fuego contra fuego”, que no llegó nunca a un buen rendimiento de rating.
Por Mariano Blejman
La penúltima vez que Marcelo Longobardi dejó un programa colgado, lo hizo dándole la mano a Daniel Hadad. La última, eligió como método de ruptura el plantón. “Fuego contra fuego”, el ciclo que conducía con Román Lejtman, fue levantado del aire de Azul, luego de un mes en pantalla, como consecuencia de un faltazo táctico de Longobardi, el martes pasado. El debate de ideas cruzadas que debió haberse dado en el programa continúa ahora fuera de cámaras. Es que Longobardi se fue para empezar a conducir en América un envío de mediodía, producido por Hadad, y Lejtman se siente traicionado. El nuevo programa de Longobardi se llamará “Antes de hora” y ocasionará el final del que Mauro Viale conduce en ese canal.
En Azul recuerdan que la mala química en el aire entre los conductores tenía motivaciones extraideológicas, además de las ideológicas. En primer lugar, Longobardi no estaba de acuerdo con el convenio de coproducción que sustentaba el programa. En segundo, la oferta que recibió para reemplazar a Viale en los mediodías de América lo motivaba más que continuar en un canal que a la brevedad puede cambiar de dueños. Por otra parte, la idea de que discutieran en cámaras nunca cristalizó porque se llevaban tan mal fuera de ellas que cuando estaban juntos se cortaba el aire con cuchillos. El nuevo ciclo de Longobardi será un “espejo” del programa nocturno de Hadad llamado “Después de hora”. Lejtman, en cambio, espera que todo salga bien para recomenzar en julio por Azul, con un programa solista.
La historia de la pelea de Lejtman contra Longobardi tiene distintos puntos de vista. Pero en algo concuerdan: todos están enfurecidos. “Me enojé con el canal”, explicó Longobardi a Página/12, aunque luego elogió a sus antiguos compañeros. “De Gerardo Rozín, el gerente de programación de Azul, me quedo con un recuerdo fantástico. A Román (Lejtman) lo conozco desde hace muchos años. Podemos disentir en muchas cosas, pero le tengo respeto. Mi mala experiencia fue con el canal”, dice. Sin embargo, su socio Lejtman no concuerda con esa visión. Lejtman se enteró de que el ciclo terminaba el martes a la mañana, mientras escuchaba el programa de radio de Longobardi. Le pareció increíble que su compañero de pantalla hiciera público por Radio 10 que se iba del programa de Azul, sin antes habérselo avisado. Desde entonces, todas las negociaciones de despedida fueron telefónicas, para disgusto de Rozín. Lejtman hizo su último programa en soledad el mismo martes.
El argumento de Longobardi es que el canal les propuso una modificación contractual que le pareció poco seria. Por ella, los conductores debían dejar de percibir honorarios, para ingresar a un esquema de coproducción de un programa que tiene un costo aproximado de $100.000 por mes. Detrás de ese pedido, flotaba, creyó ver, el fantasma de la venta de Azul que deja una incógnita sobre el futuro de la programación: Macri, Francisco Narváez y Disney (asesorado por Gustavo Yankelevich) aparecen hoy como los posibles compradores. En los últimos días apareció con fuerza el rumor del interés de un grupo brasileño, cuyos directivos visitaron las instalaciones. “Teníamos que hacernos cargo de un nivel muy alto de gastos durante un par de meses hasta comenzar a percibir ingresos con un panorama económico inestable. Mi producción me aconsejó que no siguiéramos. El problema es que en el canal no se sabe qué va a pasar el próximo mes si es vendido”, dice Longobardi.
Sin embargo, un día después del fin de “Fuego contra fuego”, la producción de Lejtman se enteró del hecho de que Longobardi ya tenía cerrado un ciclo en el mediodía de América, producido por Hadad, por lo que toda su movida podía ser motivada, en rigor, por motivos diferentes a los que mencionaba. “Yo me peleé con Hadad hace tiempo y lo abandoné en su programa”, cuenta al respecto Longobardi. “Después de mucha discusión, acepté una oferta suya y lo reemplacé en Radio 10. Ahora me ofreció la televisión y pienso que he tenido muchos productores pero nunca uno tan prolijo como Hadad. No estamos dispuestos a repetir viejos errores.”