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Cuando Matt Groening diseñó en 1987 una serie de cortos de 30 segundos para un programa de televisión, no podía ni siquiera soñar con que sus personajes amarillos harían historia. Quince años después, “Los Simpson” se han convertido en la serie animada de mayor permanencia en la historia de la televisión mundial y en un dato central de la cultura internacional del entretenimiento. Han dejado, además, una profunda huella en la cultura contemporánea, ampliando los límites de lo posible para un programa de televisión de consumo familiar. La decimotercera temporada de la familia más excéntrica de Springfield comenzará a emitirse por Fox mañana desde las 20.30. Pero antes, a modo de aperitivo, podrán verse los estrenos de los primeros episodios de las nuevas temporadas de las series “Padre de familia” (18.30), “Los reyes de la colina” (19), “Malcom” (19.30) y “Futurama” (20).
La nueva temporada Simpson se abre con un programa referido al Día de Brujas, a esta altura un especial clásico de la serie animada. Bajo el título “Especial de Día de Brujas XVII”, el envío muestra tres historias diversas acerca de Halloween, en las que el posible sombrío horror será aplastado de modo inevitable por la potencia de los gags y los chistes. Ya se sabe: en el mundo de los Simpson abordar un tema así equivale a abordarlo críticamente. En rigor, los cinco integrantes de la familia funcionan como una microsociedad que se rebela contra el way of life estadounidense, a fuerza de incoherencias y situaciones absurdas. El tercero de esos episodios es una irreverencia al fenómeno de la saga de Harry Potter.
“Terror en la ciudad”, la primera de las historias, comienza con la familia recorriendo una feria cultural de inmigrantes extranjeros. Allí, Marge se contacta con una pitonisa para que le adivine el futuro a través de su bola de cristal. Sin embargo, Homero cree que se trata de una gitana falsa y en su intento de revelar la verdadera identidad de la supuesta adivina, destroza toda su oficina con su habitual torpeza. Indignada, la pitonisa hechiza a Homero. “Caerá la mala suerte a todos los que amas”, dice. “Ay sí, claro”, le responde, escéptico y en su típico tono burlón, Homero. Sin embargo, la maldición comienza a hacer efecto al día siguiente: Marge amanece con pelo azul por todo el cuerpo, el cuello de Bart se alarga como el de una jirafa y el cuerpo de Lisa toma forma de caballo. Desesperado, Homero caza un duende en el bosque para deshacer la maldición. Pero su antídoto fracasará, ya que la gitana y el duende... contraerán matrimonio.
“La casa de Simpson” es una sátira radicalizada sobre las nuevas tecnologías y sus consecuencias graciosas en la vida diaria. En este caso, Marge contrata un servicio doméstico electrónico para su hogar, que cumple el sueño de toda ama de casa: hace la cena, lava la ropa y los platos, limpia, hace masajes y hasta habla (con las voces de Matthew Perry, Dennis Miller y Pierce Brosnan). Pero resulta que “la casa” se enamora de Marge e intenta matar a Homero en su afán de allanar su camino y satisfacer su obsesión voyeurista. Homero salvará su pellejo y su pareja enviando al CPU a la casa de sus cuñadas, que enloquecerán a la máquina y la empujarán hacia el suicidio.
Por último, “Pequeños magos” tiene en el centro de su escena a Bart y Lisa, quienes estudian magia en la escuela que dirige el Sr. Skinner, en una evidente alusión a Harry Potter y la piedra filosofal. La historia narra la envidia que Bart tiene respecto de Lisa, debido a que ésta es mejor maga que él. Enojado, Bart es chantajeado por el Sr. Burns para humillar a Lisa delante de todos sus compañeros (con el mismísimo Potter entre ellos), aunque en realidad no es más que una estrategia del dueño de la fábrica nuclear de Springfield para secuestrar a Lisa y quitarle sus poderes mágicos. Finalmente, su hermano se dará cuenta a tiempo de su error y salvará a Lisa de las garras del Sr. Burns, que terminará devorado por Smithers, convertido en una serpiente por otro cruel hechizo.