Después de varias horas de debate, la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú decidió continuar con el corte de la ruta 136 que comunica con la ciudad uruguaya de Fray Bentos, donde se construyen las plantas papeleras de las empresas Ence y Botnia. Reconfortados por el encuentro que anteayer mantuvieron con el presidente Néstor Kirchner y porque –según dijeron– el patagónico definió como “una causa nacional” a la pelea que vienen manteniendo contra la instalación de dos plantas a las que califican de contaminantes, los vecinos pasaron a cuarto intermedio hasta hoy a las 20. Precisamente a esa hora, por una radio local, que será retransmitida en el lugar en el que se realiza el corte, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, les acercará una propuesta para destrabar el actual conflicto. Luego decidirán si persisten con esa forma de protesta que de manera ininterrumpida vienen manteniendo desde el viernes 4 de febrero.

“Es una propuesta, corresponde que primero se las comunique a ellos. La idea es generar un espacio de diálogo. Hablé con el secretariado del Servicio de Paz y Justicia de Uruguay y ellos están de acuerdo, si los vecinos de Gualeguaychú la aceptan luego hablaremos con los gobiernos de Argentina y de Uruguay”, fue la única definición que Pérez Esquivel esbozó en diálogo con Página/12.

Varias horas, varios discursos, transcurrieron hasta que el asambleísta Pedro Pavón informó que Pérez Esquivel quería acercar una propuesta a los vecinos de Gualeguaychú. Con aplausos se respaldó la idea de escucharlo por radio. Aplausos también y mucho fervor recibieron los vecinos que habían participado del encuentro con Kirchner, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el canciller Jorge Taiana.

Como estaba previsto, la asamblea comenzó puntualmente a las 20. Los comercios adhirieron a la movida cerrando sus locales media hora antes. El informe del encuentro en la Rosada ocupó las primeras intervenciones. La euforia tuvo uno de sus picos cuando se informó que Kirchner le encomendó al jefe de Gabinete la posibilidad de que la Aduana Nacional realice alguna presentación judicial que bloqueé el paso de camiones con materiales para la construcción de las papeleras uruguayas por su condición de contaminantes. En esa línea se manifestó el asambleísta Fabián Moreno Navarro, quien definió como “absolutamente imperioso” que haya una medida cautelar que paralice la construcción de las papeleras en la costa uruguaya. Comentó incluso que la importancia de conseguir una definición judicial es algo que los propios funcionarios nacionales también valoraron, ya que –dijeron– el trámite de recurrir al Tribunal Internacional de La Haya “puede demorar unos cuatro meses”.

Palabras más, palabras menos, algo similar a lo que reclamó el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti. El gobernador pidió al gobierno uruguayo que “suspenda por 60 o 90 días la construcción de las dos plantas papeleras”. Busti definió la medida como un gesto para comenzar un diálogo entre Argentina y Uruguay. Los dichos del entrerriano sonaron a respuesta a la definición del presidente uruguayo Tabaré Vázquez, quien se había manifestado proclive a dialogar con Kirchner “con la condición que se suspendan los cortes de ruta”. Tabaré insistió en que Uruguay está recibiendo un daño real con esta forma de protesta. “El daño es de ellos hacia nosotros y no al revés”, confió a este diario el asambleísta Pedro Pavón.

Lo cierto es que los camiones que pretenden cruzar hacia Uruguay se encuentran en estos momentos en un monumental congestionamiento en la localidad entrerriana de Colón. Del lado argentino esperan cruzar la frontera unos 300 camiones. Según los comentarios de los vecinos de Gualeguaychú, las demoras de la Aduana uruguaya también aportan lo suyo. Del lado oriental serían unos 200 los camiones que esperan el visto bueno para pasar hacia la Argentina.

Los vecinos no ocultaron su fastidio con las definiciones de los funcionarios uruguayos. Señalaron que tanto el canciller Reynaldo Garganocomo el propio Tabaré Vázquez se manifiestan partidarios del diálogo, pero no realizan ninguna medida concreta de buena voluntad, como la de suspender las obras. Retemplados por su visita a la Casa de Gobierno, muchos acercaron sus casas rodantes y carpas para quedarse en el lugar. También informaron que cada viernes, en el tradicional corso que se realiza en Gualeguaychú, premiarán “el mejor traje antipapelera” del mes. La posibilidad de que las iglesias de Uruguay y de Argentina intercedan en el conflicto no fue rechazada totalmente por los asambleístas. “Ojalá fuera la Iglesia la mediadora, ya que nos daría la razón a nosotros. Uno de los pecados que más condena la Iglesia es la violación y en verdad Uruguay ha violado todos los tratados para la preservación del Río Uruguay”, confió a este diario Pavón. Más allá de la retórica, lo cierto es que la asamblea se dispersó con una gran expectativa en la propuesta que hoy les hará Pérez Esquivel.