El gobierno uruguayo respondió la propuesta argentina sobre las papeleras y ahora se avanza en acordar la cumbre de los presidentes, que podría realizarse entre el miércoles y el jueves. Así lo aseguraron voceros de la Casa Rosada, quienes señalaron que hubo un “acuerdo técnico” sobre cómo van a trabajar los expertos a quienes se encargará el estudio de impacto ambiental y que sólo falta consensuar la letra chica. Al mismo tiempo, fuentes de la presidencia uruguaya sostuvieron que en Montevideo hay expectativas favorables. Hoy resta que la empresa Botnia confirme que suspenderá la construcción de su planta en Fray Bentos (ver aparte).

El acercamiento entre los gobiernos se dio con evidentes señales de mar de fondo por parte de la papelera de capitales finlandeses, que tuvo nuevas actitudes de presión: mientras dejaba trascender que no suspenderá las tareas de construcción (incluso hizo saber que tomó más gente y que trabajará durante los feriados de Semana Santa), los directivos de la compañía se reunieron con el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, para conocer el texto que Uruguay enviaría a la Argentina.

Según el diario uruguayo La República, Botnia quiso verificar que los puntos del acuerdo no vulneraran el Tratado de Protección de Inversiones firmado entre Finlandia y la República Oriental (ver página 6).

Las fuentes del gobierno uruguayo consultadas por este diario dijeron que el tema de la financiación de los sueldos de los trabajadores perjudicados por la paralización de las obras está entre los puntos que se negocian con la Argentina. El tema de fondo, de todas formas, no es ese, sino el de las atribuciones que tendrá la comisión de expertos encargada de hacer el estudio de impacto ambiental.

El jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, había planteado al secretario de la Presidencia uruguayo una decena de items precisando qué deberán dictaminar los especialistas en su informe. Los dos Fernández, encargados oficialmente de llevar adelante la negociación, se mantuvieron en contacto durante la semana para acercar posiciones. Según el gobierno uruguayo, “no es exacto que ayer se haya enviado una carta con la respuesta, sino que durante todos estos días se intercambiaron textos, muchos, hasta limar las diferencias”.

En la Casa Rosada dijeron, por su parte, que los uruguayos aceptaron la exigencia de que las empresas “especifiquen el proceso de producción que utilizarán” y que los cambios sugeridos a la propuesta de Buenos Aires “son de forma”.

El encuentro de Kirchner y Tabaré se realizará en la estancia Anchorena, ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Colonia, en el mismo predio donde fue suspendida el miércoles pasado, cuando aparecieron las diferencias sobre la comisión binacional a pocas horas de concretarse la reunión. Si esta nueva ronda de diálogo avanza, los presidentes se volverían a encontrar después en la Argentina, posiblemente en la residencia de Chapadmalal.

El clima de avance en las conversaciones había sido anticipado desde la mañana en los dos países. El jefe de Gabinete argentino aseguró por la mañana que hoy “a más tardar” se tendrían noticias sobre la cumbre. Similar expectativa fue mostrada por el canciller uruguayo, Reynaldo Gargano, quien se consideró optimista respecto de que la reunión pudiera concretarse rápidamente.

El encuentro, definió Gargano, “se realizará esta semana sobre la base de un texto común, acordado, que garantice el monitoreo conjunto” de las papeleras.

La posición uruguaya da por sentado que las dos fábricas van a construirse en el lugar donde fueron proyectadas, en Fray Bentos, sobre la orilla oriental del río Uruguay, y que lo que habrá es un control binacional sobre sus efluentes industriales. Si el acuerdo entre los gobiernos es finalmente éste, el conflicto estará lejos de llegar a su fin, ya que losvecinos de Gualeguaychú y Colón esperan que los especialistas de la comisión binacional recomienden la relocalización de las plantas por su potencial peligrosidad. Una delegación de los asambleístas será recibida hoy por el canciller Jorge Taiana en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde serán puestos al tanto del estado de las conversaciones. Los acompañará el gobernador Jorge Busti.

Los vecinos levantaron los cortes de los puentes internacionales luego de 45 días de protesta, pero se mantienen en estado de alerta con guardias al costado de la ruta. Su postura, a diferencia de la del gobierno nacional, es de total rechazo a que las papeleras se instalen en el lugar, con o sin monitoreos. El gobernador Busti, quien acompañó el reclamo de las ciudades entrerrianas, ha cambiado su posición sobre el punto, y en sus últimas declaraciones públicas consideró que será difícil trasladar las fábricas, por lo que habría que pensar en acordar controles entre los dos países.