Invitado por Cita con la Vida, una de las iglesias evangélicas más importantes y poderosas de Córdoba, Mauricio Macri aceptó el convite pastoral y disertó por unos minutos en la decimotercera edición del Congreso Internacional de Jóvenes - Córdoba 2006, que reunió en sus dos primeros días a miles de personas en el Estadio Superdomo Orfeo de esta capital. Entre alabanzas, cánticos religiosos y oraciones a Jesús, el diputado de PRO fue bendecido por Alberto Mottesi, uno de los pastores-asesores del mismísimo George W.Bush, quien lo bautizó como un “dirigente de extraordinaria carrera, hombre íntegro y de familia”. El presidente de Boca aprovechó la oportunidad e instó a la multitud a “ser protagonistas y animarse a participar en política”. El jueves habían estado presentes el intendente Luis Juez y algunos diputados nacionales por Córdoba.

“Queremos líderes que primero sean líderes de familia. Estamos hartos de políticos corruptos. Sé que Macri tiene una carrera extraordinaria”, pronosticó exaltado el pastor Alberto Mottesi al momento de presentar a Macri, quien aterrizó por unas horas en Córdoba para hablar diez minutos ante una multitud de jóvenes cristianos, evangélicos en su gran mayoría, de Córdoba y otras provincias, que siguen los lineamientos de los hermanos Carlos y Sergio Belart, fundadores y máximas autoridades de la congregación.

En el segundo día de este megaevento religioso, que consiste en jornadas que se extienden desde las ocho de la mañana hasta la medianoche, el invitado de lujo fue el presidente de Boca (el jueves había sido el turno del intendente Luis Juez), quien apostó, una vez más, a sacar provecho de su condición de dirigente futbolero. Cerca de las ocho de la noche, presentado en medio de alabanzas, cánticos y una coreografía religiosa, Macri rompió el hielo con chistes alusivos a la clásica rivalidad entre Boca y River, para pasar a un minidiscurso sencillo e intimista, dirigido a una audiencia que promediaba los veinte años. “Hay que animarse a ser protagonistas, a participar en política. Porque la Argentina debe volver a ser un país con progreso, con un Estado que esté presente, que nos cuide, y que nuestros recursos se traduzcan en salud, educación y seguridad”, señaló en evidente crítica al Gobierno.

El mensaje elegido por el líder de PRO apuntó a la gestión del Estado: “No quiero vivir en un país con habitantes de primera y de segunda, con un Estado incapaz de resolver nuestros problemas. Por eso, chicos, hay que perderle el miedo a la política y participar en el espacio público. Yo se lo tuve que explicar a mi hija, que no lo entendía, porque necesitamos un país con posibilidades para todos. Y esto es un desafío que tenemos que asumir en conjunto”.

Luego de un cerrado aplauso de parte de un público más bien humilde, el pastor-consejero de George W. Bush, Alberto Mottesi, arremetió con una humorada para bendecir al promisorio ingeniero: “Va a presenciar un milagro..., que un simpatizante de River ore por uno de Boca”, dijo. La risa se apoderó del rostro de Macri, quien rápido contestó: “Hay cosas peores que ser de River”, y se fue.

Al final de la miniliturgia pastoral que lo bautizó como “hombre joven, empresario generoso y dirigente honesto”, los miles de fieles que llegaron desde todos los puntos del país, de Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela, Uruguay, entre otros, siguieron con la rutina del encuentro, que finalizó con un recital de Funky, un grupo de hip hop de Miami, con gran influencia entre la comunidad cristiana. Pero a esa altura, el estadio para doce mil personas ya había sido contaminado por el joven Mauricio. Y sin parar, con la garganta enfurecida, se escuchó a la muchedumbre: “Olé, olé, olé olé, Jesús, Jesús”.