La ministra de Defensa, Nilda Garré, recibió ayer en su despacho al jefe del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos, Bantz Craddock. Durante treinta y cinco minutos intercambiaron pareceres sobre la agenda de ambos países. La delegación de George W. Bush insistió con sus ya clásicas “nuevas amenazas”: terrorismo internacional y narcoterrorismo y se preocupó en explicar que el Colegio Interamericano de Defensa –el nuevo nombre de la temible Escuela de las Américas– no es más un semillero de futuros represores sino un ente renovado acorde al nuevo mundo post Guerra Fría.

En la charla mechada con austeros vasos de agua participaron también el saliente embajador de los Estados Unidos, Lino Gutiérrez, y el jefe del grupo militar coronel Joseph Napoli, y por la Argentina el secretario de Asuntos Militares, José María Vázquez Ocampo; el subsecretario del área, Germán Montenegro; el subsecretario de Planeamiento, Gustavo Sibilla; el jefe de la Fuerza Aérea, Eduardo Schiaffino, y el titular del Estado Mayor Conjunto, Jorge Alberto Chevallier.

Craddock destacó que en la Segunda Conferencia de Defensa del Cono Sur que se acaba de realizar en Uruguay “examinamos cómo ha cambiado el mundo, que nuestras fuerzas están estructuradas en función de conflictos del siglo pasado. Ahora existen nuevas amenazas”. Garré le respondió que “nuestras Fuerzas Armadas estuvieron organizadas en el pasado en función de conflictos con países limítrofes, pero ahora tenemos, con absolutamente todos los hermanos países fronterizos, una política de cooperación”. Craddock elogió el comportamiento militar argentino en la Misión de las Naciones Unidas en Haití (Minustah).

Entre las “nuevas amenazas” con las que el staff del Pentágono viene adoctrinando al Cono Sur están los llamados “espacios vacíos”. En la Conferencia de Uruguay, la proyección de imágenes satelitales que realizó Estados Unidos mostrando como uno de esos territorios la inmensa superficie de la Amazonia generó un revuelo en la delegación militar brasileña.

Garré le comentó a Craddock que “se están reformando las fuerzas Armadas, profundizando el control civil y, en ello, existe un amplio espíritu cooperativo de las tres armas, con la orientación de la conjuntez (trabajo conjunto”. Desde Estados Unidos se pugna, en cambio, por la eliminación de la frontera entre seguridad y defensa, áreas que en la Argentina están diferenciadas por sendas leyes emanadas de las consecuencias del terrorismo de Estado.