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Crónica de una expulsión que ya estaba cocinada

Con los votos de kirchneristas y ex duhaldistas, Diputados desplazó a Alarcón de la presidencia de la Comisión de Ganadería. Rechazo de la oposición.

 Por Adriana Meyer

El oficialismo en Diputados, haciendo uso de su mayoría y con el apoyo del duhaldismo residual dialoguista, logró sacar a la diputada María del Carmen Alarcón de la presidencia de la Comisión de Agricultura y Ganadería. El costo que pagó el kirchnerismo por correr a esta legisladora –que defiende abiertamente al sector ganadero y criticó la política de carnes del Gobierno– fue un durísimo cuestionamiento por parte de todos los sectores de la oposición, de derecha y de izquierda. “No se puede ser oficialista para acceder a un cargo y opositor para ejecutarlo”, sintetizó el presidente del bloque K, Agustín Rossi, al tiempo que admitió el “error” de haber avalado su continuidad al frente de la comisión en el último recambio de autoridades. Aunque tuvo varios ofrecimientos de diferentes partidos, Alarcón formará un monobloque al que llamará Pampa Sur, como el grupo agropecuario que integra. “Pampa Sur, ¿qué es eso? ¡Pampa Sur, las pelotas!”, repitió el kirchnerista santafesino Pedro González durante su encendido discurso, mientras se acomodaba la dentadura.

Más argumentativo, el porteño Jorge Coscia se preguntó si “es bueno que la comisión responda al sector corporativo” y si “esa es la calidad institucional” que pretenden los que criticaron la iniciativa oficialista.

La sesión que fue pródiga en cruces y exabruptos varios había comenzado con el pedido de una cuestión de privilegio de la diputada Elisa Carrió contra el presidente de la Cámara, Alberto Balestrini. “Esto es un precedente gravísimo, nosotros lo votamos a usted para que cumpla el reglamento y para garantizar la pluralidad y la representación de los bloques. Y usted está destruyendo la Cámara”, acusó la líder del ARI. “No se trata de la defensa de una persona, porque yo misma soy un precedente cuando (en el gobierno de la Alianza) me quisieron sacar de la presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales y la Cámara no lo permitió, así que sé bien lo que es caminar como leprosa por los pasillos”, recordó Carrió. Y les advirtió a los miembros del oficialismo que “mañana van a estar tan solos como está la diputada Alarcón”.

Balestrini justificó la forma de remover a la legisladora santafesina al afirmar que a él mismo, como presidente de la Cámara, lo pueden echar por mayoría simple. Y sacó a relucir un antecedente de diciembre de 1996, cuando la UCR pidió el reemplazo del diputado Jorge Benedetti, quien había sido acusado de “yabranista”, por Ricardo Laferrière en la comisión bicameral Ciudad de Buenos Aires. Esa decisión no fue llevada al recinto, pero Balestrini consideró que “en esta oportunidad era conveniente hacerlo”. El radicalismo replicó que el antecedente mencionado había obedecido a un acuerdo entre bloques.

Tras la defensa de la diputada que hicieron el radical Luis Borsani y el macrista Federico Pinedo, el diputado Carlos Tinnirello la criticó al indicar que “desde una presidencia de comisión nunca se desnudó tanto que alguien trabajara así para la oligarquía del campo”. Pero no avaló su remoción porque si no “deberían hacer lo mismo con los que hacen lobby a favor de las empresas mineras, y tantos otros”.

A su turno, Alarcón siguió victimizándose al comparar su actual situación con el momento en que los militares la sacaron del Concejo Deliberante de Santa Fe y no la dejaron llevarse “los cuadros de Evita y de Perón”. Mientras Balestrini mascaba chicle y movía sus piernas con nerviosismo, la diputada cerró su discurso con un renovado cuestionamiento al cierre de las exportaciones de carnes y a la “falta de política de Estado” para el sector agropecuario. Su remoción fue avalada por 116 votos, 71 fueron negativos y hubo una docena de abstenciones de los socialistas, los juecistas, dos radicales, dos del Frente Cívico por Santiago del Estero y el correntino Ricardo Colombi.

Su ex padrino político, el ex gobernador de Santa Fe Carlos Reutemann, la ninguneó ayer al salir de la Casa Rosada, lo cual no sorprendió mucho porque hace tiempo que le había soltado la mano. “Habitualmente toma distancia, es su forma de ser”, comentó la expulsada diputada. En sus días de secretaria del Lole nunca imaginó que una sesión sería dedicada por entero a su persona. Derrotada, pero habiendo cosechado adhesiones, Alarcón juntó sus carpetas, se abrazó con la duhaldista residual Marina Cassese y abandonó el recinto. Pocas horas después se cruzaría en la sala de periodistas con Balestrini. “Alberto siempre fue un compañero, que es muy distinto a un converso”, afirmó la legisladora para salir del paso.

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Alarcón asumió como kirchnerista. Ahora tendrá un monobloque.
 
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