Sábado, 17 de junio de 2006 | Hoy
El gobernador bonaerense realizó un encuentro con su grupo de confianza para analizar cómo avanzar en la interpretación constitucional que habilite su reelección. Un tembladeral interno todavía en sordina.
Por Eduardo Tagliaferro
Así como Carlos Menem fomentó que un verdadero clamor recontrarreeleccionista se instalara en los medios luego de la habilitación del extraño fallo de un juez federal, siete años más tarde, el gobernador bonaerense Felipe Solá espera que la Justicia Electoral reinterprete un artículo de la Constitución provincial que le habilite la reelección. El jueves por la noche, el gobernador se reunió en el piso 26 de la casa matriz del Banco de la Provincia con una veintena de legisladores del Frente para la Victoria. Entre los suyos, Solá obtuvo apoyo para avanzar con la movida. En contra de una posible reelección ya se pronunciaron la mayoría de los radicales, legisladores del ARI y el titular del peronismo bonaerense, el diputado José María Díaz Bancalari. Más medido, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, afirmó ayer que Solá “es un dirigente con mucho futuro”.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, fue una de las figuras más buscadas ayer por los medios de comunicación. El atractivo estaba justificado. Es sabido que el hincha de Quilmes y seguidor de los Redonditos de Ricota no oculta sus deseos de ser gobernador de la provincia de Buenos Aires. En las distintas entrevistas se excusó de opinar sobre la re-reelección de Solá. “Aunque me tengan todo el día en la calesita, la sortija yo no la saco”, se limitó a decir.
Más expansivo, pero no menos críptico, su tocayo en el gabinete, Alberto Fernández, afirmó que Solá “ha hecho una gestión muy importante en una provincia que recibió en situación muy crítica y a la que puso en funcionamiento y a la que ordenó muchísimo”. También se mostró sorprendido por la movida re-reeleccionista que impulsa el gobernador bonaerense. Concretamente, puntualizó que en las numerosas reuniones que mantuvo con Solá, éste en ninguna ocasión le había expresado el deseo de postularse nuevamente. Tan medidas fueron las opiniones de los funcionarios del gabinete nacional que después de los dichos de Alberto Fernández, desde la Rosada se encargaron de precisar que “esto no implicaba apoyar una movida re-reeleccionista”.
El ministro de Justicia bonaerense, Eduardo Di Rocco; el presidente de la Cámara de Diputados provincial, Ismael Pasaglia; el presidente provisional del Senado, Juan José Amondarain, y los titulares de los bloques de Senadores, Osvaldo Goicoechea, y de Diputados, Fernando Navarro, fueron algunos de los que compartieron con Solá el encuentro en la sede central del Banco de la Provincia. Para que la Justicia se expida, primero tiene que existir una presentación judicial. “Por el momento no está previsto ningún reclamo en los tribunales. Quizá se realice a fin de año, pero siempre puede suceder que aparezca alguien más papista que el Papa”, dice a este diario uno de los partícipes del encuentro que pide reserva de su nombre. “Algunos constitucionalistas le dijeron a Felipe que, releyendo el artículo 123 de la Constitución provincial, nada le impide ser reelecto”, se explaya. Cuando este diario quiere saber de qué constitucionalistas está hablando, el referente que accede a hablar se limita a decir: “Felipe nos acercó algunos trabajos pero sin firmar”. Con claridad, dice también que el tema es político y no judicial. Por ello se explaya sobre las encuestas que el propio Solá hizo circular en esa reunión. Números que lo posicionarían como el mejor candidato peronista en Buenos Aires, detrás de Cristina Fernández de Kirchner. El equipo que tuvo su primera reunión orgánica en la entidad bancaria volverá a reunirse dentro de diez días. “Por el momento, el tema está instalado. En la política, Felipe no es Messi pero hay que cuidarlo”, dicen.
Los bonaerenses reconocen que la idea de reinterpretar la Constitución provincial para favorecer un nuevo período fue impulsada por el vicejefe de Gabinete, el piquetero Emilio Pérsico. Además de la re-reelección, la movida pretende obturar algunas internas y candidaturas. Entre ellas, la del actual ministro de Gobierno, Florencio Randazzo. La palabra final la tiene la Justicia. Algo similar a lo que sucedía en 1999, cuando Menem pretendía quedarse en la Rosada. Por aquellos días, su ministro del Interior, Carlos Corach, decía “todos defendemos la Constitución y el último intérprete es la Corte Suprema de Justicia”.
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