No son personalistas ni antipersonalistas, no son radicales del pueblo ni radicales intransigentes, son los radicales K. Por ahora son una línea dentro de la UCR. Tan sólo por ahora. Como en momentos anteriores de la historia, el radicalismo parece asomarse a una fractura partidaria. Antes del encuentro que los radicales kirchneristas realizarán en Vicente López, el gobernador mendocino Julio Cobos habla con este diario y, al analizar la crisis interna, afirma: “Estamos en proceso de acomodamiento”.

–¿El encuentro de Vicente López es una demostración de fuerza?

–El encuentro parte de otros anteriores, como el del Hotel Savoy. En aquella ocasión nos reunimos gobernadores de cinco provincias. Al poco tiempo varios intendentes nos dijeron que querían participar de un próximo evento. Hoy nos reuniremos los que tenemos responsabilidad de gobernar, los que apoyamos la idea de concertar con el Gobierno, de lograr un acuerdo a largo plazo.

–La conducción oficial de la UCR se apresta a consagrar la candidatura de Roberto Lavagna, ¿ustedes la rechazarán?

–La definición de candidaturas debe aplazarse para el año que viene. Este es un año de gestión. El año que viene el partido tendrá derecho, si no tiene un candidato propio, de escoger una o varias alternativas. Le recuerdo que en el 2003, si bien la UCR apoyó a Leopoldo Moreau, en muchas provincias se permitió libertad de conciencia y así es como obtuvo el dos por ciento a nivel nacional.

–¿Concurrirán a la Convención Nacional?

–Pienso que lo tenemos que definir en el encuentro que tendremos hoy en Vicente López. Tendríamos que ir con una posición unificada. No tenemos la mayoría de los convencionales, nosotros somos los que estamos gobernando. Hay una conducción partidaria y hay otra conducción real que eligió la gente. Nuestro peso específico tiene que ser escuchado.

–Los eligieron como candidatos del radicalismo. ¿Se murieron las identidades partidarias?

–No diría eso, sino que cuando uno tiene responsabilidades de gobierno y ve que el perfil del gobierno nacional va en línea con lo que uno espera, se producen acercamientos. Algo similar ocurre dentro del justicialismo. No sé si hoy no habría que decir que hay tres peronismos. No es lo mismo Carlos Menem que Eduardo Duhalde o que Néstor Kirchner. A lo mejor Margarita Stolbizer y nosotros estamos más cerca de lo que parece. Tenemos que hablar, ver y definir estas cuestiones. Se dice que el radicalismo es un partido popular que tiene que identificarse con el centroizquierda, pero hay muchos dirigentes que no comparten la idea de pertenecer a ese espacio. Estamos en proceso de acomodamiento.

–¿No es una Convención Nacional un buen ámbito para definir el perfil político e ideológico de un partido?

–Lo de la Convención lo vamos a resolver. Si uno quiere originar debates también hay que crear el ámbito necesario para ello. Y el clima que se está generando no es el mejor. Se agravia, se amenaza con expulsiones. Quisiéramos que en el partido escuchen una visión distinta. Entre nosotros hay bastante sintonía. No sé quién está más alejado del partido. Ellos quieren como candidato a un peronista como Lavagna, nosotros no estamos definiendo ningún candidato.

–¿Qué responde a la conducción partidaria que acusa a Kirchner de utilizar la chequera de los fondos públicos para comprarlos y dividir a la UCR?

–No es así. Nosotros nos manejamos por convicciones. Tenemos una responsabilidad institucional. Los que no la tienen dicen estas barbaridades desde sus bancas legislativas. Este es un año de gestión.

–¿Qué identidad esconde la palabra gestión?

–No se puede negar que el intendente de Vicente López es radical, no. El otro día me decía: llevo 20 años y recién ahora estoy haciendo lo queprometí. Está bajando el desempleo, incluyendo a quienes fueron marginados socialmente, mejorando los servicios para lograr una economía más competitiva. No se puede negar que ahora tenemos un país con más soberanía. Por eso la oposición tiene que ser responsable y acercarse a la gente. Los radicales no fuimos ajenos a la crisis.