Cuando el padre de Elena Arce quiso saber sobre el destino de su hija, vista por última vez en la comisaría octava de La Plata, el coronel Mario Horacio Torres recomendó que “como buen cristiano” se pusiera a rezar “porque no le traía ninguna información”. El militar, que ayer declaró en el juicio al represor Miguel Etchecolatz acusado de éste y otros cinco homicidios, dijo no estar al tanto de las desapariciones en Bahía Blanca, donde se desempeñó como jefe del V Cuerpo del Ejército, y hasta afirmó desconocer la existencia del Plan Cóndor (se enteró recién “hace 4 años”), aunque trabajó como agregado militar en Perú durante 1976. Según su testimonio, Torres tomó contacto con Alfredo Arce, padre de Elena, a través de un familiar de ellos que vivía en Lima. “Yo había estado fuera del país durante dos años y tenía (en Bahía Blanca) una función muy específica que no tenía nada que ver con el problema subversivo (sic)”, fue la excusa que le dio en su momento a Arce y ayer al Tribunal Federal Oral Nº 1 de La Plata.