La participación de Roberto Lavagna en un acto con dirigentes del peronismo bonaerense no sólo no pasó inadvertida, sino que, además, tuvo una fuerte repercusión entre aliados y detractores. Su operador Alberto Coto dijo que “la concertación real” es la que busca el ex ministro y que las elecciones del 2007 expondrán “a quien construyó el modelo y quien actualmente lo administra”, en alusión a Néstor Kirchner. En tanto, el diputado kirchnerista José María Bancalari advirtió que “Lavagna puede terminar como Cavallo”.

El ex titular de Hacienda participó el jueves de un acto-almuerzo en el restaurante temático El General. Los organizadores fueron los integrantes del duhaldismo residual Juan José Alvarez, Jorge Sarghini, Francisco De Narváez y Eduardo Camaño.

Allí Lavagna equiparó la Concertación K con la obediencia debida. Su vuelta al ruedo sin dudas movilizó a la dirigencia política y todos salieron a hablar. En ese sentido, Coto sostuvo que el ex ministro “no es el candidato del radicalismo”, sino que es el referente de “muchos partidos” que se le acercan, por cuanto busca “una concertación real”.

Coto contrapuso ese armado en el que trabaja Lavagna con la serie de alianzas que viene estableciendo el Gobierno, a lo que llamó la “transversalidad de Barrionuevo, de D’Elía, de Verbitsky...” . Y siguió con el tema: “Algunos quisieron mostrar a Lavagna como el candidato de Alfonsín y de Duhalde. Si el Gobierno le dedicara el tiempo que le dedica a la especulación política a la gestión, sería maravilloso”, dijo.

La respuesta no provino de ningún funcionario de la Casa Rosada –que prefirió ignorar la reaparición de Lavagna–, sino desde el seno del radicalismo. El convencional nacional de ese partido, Juan José Laxagueborde, ex diputado y ex miembro de la Mesa Directiva del Comité Provincia de la UCR, señaló que “con la foto de Lavagna cantando la marcha peronista con De Narváez y Juanjo Alvarez se han sincerado las cosas en la UCR. Con esta foto queda establecido que la candidatura de Lavagna no es otra cosa que el acuerdo de Alfonsín y Duhalde”, contradijo el radical la teoría de Coto.

En el contrapunto, el operador de Lavagna destacó el apoyo de los dirigentes bonaerenses, quienes recibieron al ex ministro al grito de “se siente, se siente, Lavagna presidente”. “La presencia de Lavagna está marcando un estilo por un lado, y una ratificación ideológica, por otro.”

La respuesta quedó en boca de Díaz Bancalari.“Lavagna es dueño de hacer lo que quiera pero tiene que tener en cuenta que cuando uno es ministro brilla como los satélites, el brillo no es propio. Cuando salen del ministerio y creen que el brillo es de ellos se encuentran con la sorpresa que se encontró Cavallo”, precisó el legislador peronista.