Sábado, 26 de agosto de 2006 | Hoy
Raúl Zaffaroni dijo que el Código Penal vigente tiene “penas desproporcionadas”. Alentó el proyecto para reformarlo, pero le hizo críticas. Dos juristas que trabajan en la propuesta dieron sus razones.
Por Irina Hauser
Según el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni el Código Penal actual, que arrastra parches producto de los reclamos de mano dura, tiene “penas desproporcionadas”, “antojadizas” y “no se ajusta a la Constitución”. Por eso reivindicó el anteproyecto de reforma en el que trabaja una comisión de expertos en el ámbito del Ministerio de Justicia. Fue durante un panel en la Facultad de Derecho, en el que también hablaron dos de los juristas que participan en el borrador. Aunque no estuvo ahí físicamente, la figura de Juan Carlos Blumberg atravesó todos los discursos. “El principal enemigo del sistema penal está en quienes fomentan modificaciones coyunturales”, dijo Carlos Chiara Díaz. “Ya se han conseguido penas de 50 años, después de eso ¿qué queda?, ¿la tortura?”, exclamó Daniel Erbetta. Ambos penalistas explicaron los ejes de la propuesta y dijeron que despenalizar el aborto en los primeros tres meses de embarazo es “adecuarse a la realidad”. Para Zaffaroni ése debe ser un debate aparte.
La mesa redonda fue la actividad inaugural de la Fundación para la Capacitación e Investigación Social (Fucais), de la que Zaffaroni es vicepresidente (ver recuadro). La idea era que los panelistas explicaran el espíritu del anteproyecto de reforma integral del Código Penal, anunciado a mediados de mayo, y precisaran sus razones sobre los puntos que causaron más polémica. El borrador, que fue sometido a consulta pública, proponía una pena máxima de treinta años, eliminar la prisión perpetua, despenalizar el aborto en los primeros tres meses de gestación, legalizar la tenencia de droga para consumo personal y fijar la edad de imputabilidad a partir de los 18 años, entre muchas otros temas. El texto final estará listo la semana que viene.
Blumberg se convirtió en uno de los críticos más fuertes de esta iniciativa, a la que calificó de “zafarrancho” y pidió desterrar. Sin mencionarlo, Chiara Díaz, juez de la Corte de Entre Ríos, aludió al empresario. “Quienes están en los antípodas ideológicas dicen que es un Código Penal a favor de los presos”, comentó. “El esquema punitivo del país en los últimos años se ha conformado con una visión autoritaria y contraria a la Constitución”, sostuvo. “Con el aumento de las penas o la perpetua sólo se consigue que la violencia sea mayor”, añadió. Y recordó que una de las metas centrales de la comisión de notables es devolver la coherencia a las penas tras las 900 reformas hechas desde 1921.
“Hoy la vida no es el bien más protegido, hay delitos contra la propiedad que se consideran más graves”, ejemplificó Erbetta, titular de la Asociación de Profesores de Derechos Penal. “No es que hayamos bajado las penas, o sí, para quien considera que 50 años es una pena razonable. Sólo las colocamos en su lugar”, se extendió. “Ni el miedo ni el dolor pueden ser motores de la política criminal de un estado”, sentenció. Luego avanzó sobre temas puntuales como la tenencia de droga para consumo personal. Su castigo “no resiste el análisis constitucional” e impide perseguir “los delitos más graves”, en alusión a la producción, tráfico y comercio.
La charla fue en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho, todo revestida en madera, con una colorida biblioteca legal y sillas de respaldo alto y cuero rojo para los panelistas. El lugar estaba colmado. En la platea estuvieron el juez de la Corte Juan Carlos Maqueda, jueces y camaristas federales, fiscales, abogados y estudiantes. El evento se convirtió en una especie de defensa pública del un tema que el Gobierno anunció que no priorizará antes de las próximas elecciones.
Zaffaroni, protagonista estelar, habló último. Hizo críticas técnicas y dijo tener “una observación política”. “En un proyecto de Código Penal no se debe reformar la materia de aborto”, sostuvo. Su razonamiento es que genera tanta polémica, con condimentos religiosos, que “se come a la discusión penal”. “Que sea otra discusión que se deba la sociedad, dejemos el aborto como está”, propuso. Según Chiara Díaz, tal como está planteada la despenalización del aborto, “no se pretende fomentarlo” sino que “normalizar la situación”. El tema está compensado, precisó, “por artículos que prevén delitos por lesiones al feto”. Erbetta dijo que buscaron adecuar la ley “a la realidad”. “El derecho penal no puede ser el brazo secular para excluir a los que no comulgan”, cuestionó.
El juez supremo, frente a una audiencia embelesada, contó la historia completa del Código Penal, hasta llegar a cómo el pensamiento positivista –que identifica, dijo irónico, la “criminalidad con los degenerados, que eran nuestros abuelos inmigrantes” y el delito con “causas patológicas”– se reinstaló desde 1984. “La cuestión penal es un medio de reunir votos y llamar la atención de los medios”, cuestionó. “Importamos la nueva derecha republicana de Estados Unidos”, “el autoritarismo cool”, que “van destruyendo los Código”, lamentó. “Es como si hubiera caído una bomba de hidrógeno sobre el Código Penal de 1921, esto requiere una solución”, reclamó.
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