Sábado, 26 de agosto de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › UN DETENIDO EN EE.UU. DESPUES DE EMBARCAR EN EZEIZA
Un joven fue apresado en Houston al bajar de un avión que había salido de Buenos Aires. Se dijo que llevaba dinamita, pero hubo dudas sobre la versión. Falsa alarma en Ezeiza en otra aeronave.
Por Pedro Lipcovich
Una botella de Coca-Cola llena de barro y en el centro del barro un trozo de dinamita y un detonador: este raro objeto –que habría sido requisado en el aeropuerto de Houston, en el equipaje de un pasajero procedente de Ezeiza– es punto de partida de una oscura trama que admite tres posibilidades: a) el explosivo existió, y “de ser así, habría habido una falla en nuestros controles”, según el titular de la Policía de Seguridad Aeronáutica (PSA) argentina; b) el explosivo no existió, y la información difundida ayer respondió a un error inocente; c) la información difundida no fue inocente y formaría parte de una operación de servicios de Inteligencia contra la conducción de la PSA, que “está bajo presión de la CIA desde que le cortó la posibilidad de efectuar controles por su cuenta en aeropuertos argentinos”, según una fuente vinculada con su conducción. Hasta anoche no había llegado la versión oficial de las autoridades norteamericanas sobre lo sucedido; en todo caso, las condiciones en que se transportaba el explosivo no hubieran hecho posible su estallido a bordo, y la investigación en Estados Unidos se limita a “transporte de sustancias peligrosas”. Ayer, además, un avión de la empresa panameña Copa demoró su partida de Ezeiza ante una falsa amenaza de bomba.
Fuentes del FBI anunciaron que se había encontrado dinamita en las valijas de un joven de 21 años, estudiante en Easton, Pennsylvania, que había partido a las 22.50 del jueves del aeropuerto internacional de Ezeiza, en un vuelo de Continental Airlines. El explosivo habría sido detectado en el aeropuerto de Houston. “El FBI intenta corroborar la versión”, aclaraba esa agencia de investigaciones. La dinamita habría estado disimulada en el interior de una botella de gaseosa, junto con un detonador y con nitrato de amonio, sustancia utilizada para iniciar la explosión.
Poco después, las autoridades norteamericanas precisaron que un aparato llamado detector de trazas había señalado “residuos explosivos” en la ropa del joven cuando éste “se hallaba en la zona aduanera” de Houston, según explicó un vocero de la Administración de Seguridad de los Transportes de Estados Unidos, quien agregó que un perro entrenado había olfateado explosivos en su equipaje. El pasajero adujo que sus estudios, vinculados con la minería, lo ponían en contacto con sustancias explosivas, pero quedó detenido bajo acusación fiscal por “transporte de sustancias peligrosas”, descartándose intencionalidad de atentado en el avión. Según una fuente vinculada con servicios de Inteligencia argentinos, el joven habría transitado por “Mendoza, Salta, Villazón (Bolivia), Potosí, La Paz y Cochabamba, con regreso a Buenos Aires; en La Paz, había visitado una mina donde podría haber adquirido el explosivo”.
Marcelo Saín, titular de la PSA, señaló anoche que “en caso de que haya existido esa botella, habría habido fallas en nuestros controles: si en la máquina scanner que registra los equipajes el operador ve el perfil de una botella toda oscura, que no contiene líquido sino sólido, debe sospechar que se transporta algo prohibido, sea droga o explosivo. Sin embargo, hasta ahora no tenemos datos oficiales y las últimas informaciones sólo confirman la detección de partículas explosivas en la ropa del pasajero”.
Una fuente vinculada con la conducción de la PSA sostuvo que el incidente pudo haber sido “utilizado y hasta planificado por sectores de servicios de Inteligencia. La PSA viene recibiendo presiones muy fuertes de la CIA, que hasta el año pasado tenía ‘zonas liberadas’ en los aeropuertos, donde efectuaba controles paralelos. La CIA trabajaba también con la empresa de seguridad TAS, dirigida por un ex integrante de la ESMA. Y en la SIDE argentina hay cuadros muy vinculados con la CIA”.
Es que “la conducción de la PSA tocó intereses poderosos –afirmó la fuente–: hace ocho meses efectuó una denuncia por malversación de fondos en la producción de detectores de explosivos por la Fuerza Aérea, y hace diez días clausuró, en dependencias de Terminal de Cargas SA, un almacén de explosivos de uso comercial que no cumplía los requisitos de la ley”.Además, Aeropuertos Argentina 2000 recibió la amenaza de que en un avión de la empresa panameña Copa Airlines había una bomba. La máquina, demorada su partida, fue revisada por la PSA con resultado “negativo”.
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