El Gobierno y Juan Carlos Blumberg polemizaron ayer sobre la marcha que el padre de Axel realizará el jueves a Plaza de Mayo. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aseguró que la movilización tiene “una clara intencionalidad política de los que son candidatos, de los que se quieren expresar contra el Gobierno, de los que sostienen consignas del pasado y ven con esto la posibilidad para volver”. A esto, Blumberg respondió que justamente la intención de la Casa Rosada es “politizar” su marcha, presentada como una convocatoria contra la inseguridad. “No vamos contra el Gobierno”, insistió.

“Algunos de los que irán a la Plaza tendrán el legítimo reclamo de la seguridad”, sostuvo ayer Alberto Fernández en declaraciones radiales. Pero el jefe de Gabinete diferenció enseguida a esos ciudadanos de los sectores que marcharán con “una clara intencionalidad política”. Y añadió: “Si Blumberg cree que tiene sentido expresarse así, que lo haga, nosotros somos respetuosos”.

En sus dichos sobrevoló el rumor surgido desde las filas del PRO, acerca de que la movilización a la Plaza de Mayo serviría en los hechos como el virtual lanzamiento político de Blumberg como candidato de la coalición de centroderecha a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Blumberg, sin embargo, ha insistido en que no evaluará acerca de la posibilidad de dar el salto a la arena política hasta tanto no culmine el juicio oral por el secuestro y asesinato de Axel.

Además, Mauricio Macri y Ricardo López Murphy ya adelantaron que estarán en la Plaza, aunque, dijeron, lo harán “como simples ciudadanos”. Por eso, Fernández mencionó a los que “son candidatos, los que se quieren expresar contra el Gobierno” y a los “que tienen consignas del pasado y que ven con la covocatoria la posibilidad de volver”. Por último, le reclamó a Blumberg “responsabilidad en lo que propone y en lo que hace”. Consultado, descartó que esta frase sea una amenaza sino que entraba dentro del “juego de la democracia”.

En tanto, Blumberg volvió a descartar segundas intenciones en el acto. “Justamente, sacan este tipo de imputaciones para politizar la marcha”, sostuvo. “La seguridad no tiene ideología”, insistió en una de sus muletillas preferidas. También había acusado a la Casa Rosada de “boicotear” la marcha, lo que ya había provocado la respuesta del ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien aseguró que el Gobierno tenía “cosas más importantes” que hacer que ocuparse de su acto.

Por último, grupos de familiares de víctimas de la inseguridad criticaron a Blumberg por proponer “dos o tres medidas mágicas” como solución.