Miércoles, 20 de septiembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › KIRCHNER Y PRODI HABLARON DE LOS BONISTAS Y DE DESCONGELAR RELACIONES
En el primer encuentro en cuatro años entre mandatarios de ambos países, Kirchner y Prodi coincidieron en reactivar los vínculos diplomáticos y económicos. Tras un tanteo sobre el tema de los bonistas, Prodi informó sobre próximas inversiones de Fiat.
Por Fernando Cibeira
Desde Nueva York
El presidente Néstor Kirchner y el primer ministro de Italia, Romano Prodi, se reunieron ayer en Nueva York, en lo que consideraron un “relanzamiento” del vínculo que históricamente unió a ambos países. La relación había quedado afectada por la muy mala sintonía entre Kirchner y Silvio Berlusconi, el antecesor de Prodi, y sobre todo por la situación generada en torno de los miles de bonistas italianos que sufrieron el default argentino. La cuestión sigue siendo motivo de preocupación en Italia y Prodi la planteó en el encuentro. “Para la Argentina es un tema terminado”, le respondió Kirchner. El italiano adelantó una inversión de Fiat en el país y la posibilidad de trabajar conjuntamente en acuerdos en pymes.
Prodi consideró que el problema por los bonos había generado “un paréntesis muy doloroso” tanto para la Argentina como para Italia. Y mencionó los muchos vínculos sociales, económicos y hasta políticos que unían a ambos países. En la delegación argentina aseguraban que en todo momento Prodi había manifestado que su principal interés pasaba por volver a encarrilar la relación. Hacía más de cuatro años que no se reunían los presidentes de Argentina e Italia, desde que en mayo de 2002 Berlusconi y Eduardo Duhalde se encontraron en una cumbre en Madrid.
Durante la campaña electoral italiana, en el gobierno argentino no disimularon su simpatía por Prodi, por entonces el candidato por la coalición de centroizquierda El Olivo. Prodi le ganó a Berlusconi en abril pasado por muy estrecho margen y el resultado fue recurrido. Cuando la Justicia todavía no había dicho la última palabra, Kirchner le envió una carta de felicitación a Il Professore, quien le contestó con otra misiva afectuosa. Ambos habían tenido un contacto previo. En julio de 2003, durante el primer viaje de Kirchner al exterior, se entrevistaron en Bruselas, cuando Prodi lo recibió en su carácter de titular de la Comisión Europea. Aquel día, el italiano adelantó el apoyo europeo a las negociaciones que hiciera la Argentina para reprogramar el pago de la deuda externa, por entonces en default.
No obstante los antecedentes favorables, el tema de los bonistas, poco deseado a oídos argentinos, surgió ayer en el encuentro, demostrando que pasó a integrar la agenda bilateral hasta que los italianos entiendan que han tenido una respuesta satisfactoria. En la reunión preparatoria que mantuvieron ayer por la mañana los cancilleres Jorge Taiana y Massimo D’Alema había quedado claro que la Argentina no tenía nada nuevo que decir al respecto. Con todo, por la tarde Prodi insistió. “Es muy difícil un acuerdo”, reconoció el premier a la salida.
Hasta el canje de la deuda, se calculaba que había poco más de 400 mil bonistas italianos que habían invertido en papeles argentinos por consejo de sus bancos. La propuesta argentina de canje no entusiasmó a todos. Según los cálculos argentinos, todavía hay unos 4 mil millones de dólares de deuda en manos de italianos. Pero la Task Force Argentina, que lidera el italiano Nicola Stock, asegura que representa a bonistas poseedores de unos 14 mil millones de dólares. El lunes pasado, esta agrupación presentó una demanda contra la Argentina ante el Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial.
Con todo, el planteo de Prodi sonó a oídos de los funcionarios argentinos más como una necesidad; de atender su frente interno que como un reclamo que le urgía fuera atendido. De hecho, aseguraron, aunque Kirchner le respondió que el tema para la Argentina estaba cerrado, Prodi no insistió. “Lo que le interesaba era que todo volviera a la normalidad”, subrayaban en la comitiva presidencial.
El encuentro se realizó en las oficinas de la misión argentina ante la ONU que encabeza el embajador César Mayoral, en un moderno rascacielos frente mismo al edificio de las Naciones Unidas, donde se celebraba la Asamblea General. Kirchner no asistió al cóctel de bienvenida que ofreció el secretario general, Kofi Annan. Tras escuchar los discursos de Luiz Inácio Lula da Silva y de George Bush, Kirchner se encontró con el brasileño y luego fue a almorzar. La reunión con Prodi se hizo pasadas las 15.30. Del lado argentino participaron la senadora Cristina Fernández de Kirchner; el jefe de Gabinete; Alberto Fernández; el ministro de Planificación, Julio De Vido, el canciller Taiana y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. Prodi también concurrió con varios funcionarios encabezados por su jefe de Gabinete, Daniele De Giovanni. A la salida, en la misma vereda y rodeado por los muchos custodios que cuidaron aquí a cada presidente, aceptó contestar algunas preguntas. Por Argentina, habló Alberto Fernández, mientras Kirchner y su esposa subían al elegante Lincoln negro que les asignaron para movilizarse.
Taiana le había adelantado a D’Alema que Argentina elaborará una propuesta antes de fin de año para atender su deuda con el Club de París, al que pertenece Italia, por lo que el punto no fue tratado luego por los presidentes. Los cancilleres consensuaron poner en marcha una serie de institutos –comisión mixta cultural, foro de diálogo, mesa de consulta en comercio– que desde hace tiempo dormían el sueño de los justos.
Por la tarde, Prodi habló de inversiones, uno de los temas que urge a Kirchner en este viaje a Nueva York. Anunció que a partir de un acuerdo con la empresa Tata, Fiat planea fabricar una cuatro por cuatro en la Argentina para vender el todo el mundo. Kirchner, como para dar por cerrado todo conflicto, invitó a Prodi a visitar la Argentina, viaje que tal vez realice el año que viene.
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