“Ni Kirchner ni Alfonsín me van a decir lo que tengo que hacer. Las decisiones las voy a tomar yo.” Contundente, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna se sacudió de encima las presiones del radicalismo para que se lance a presidente en el 2007. Tras la distancia que tomó respecto de su candidatura el titular del centenario partido, Roberto Iglesias, y el empujoncito del ex presidente Raúl Alfonsín (“ya tendría que haber definido”), Lavagna reconoció que “hay sugerencias y presiones, algunas públicas y otras privadas que vienen del Gobierno o del otro lado”.

En los últimos días, Iglesias se alejó de la posibilidad de que el radicalismo finalmente apoye a Lavagna y Alfonsín le reclamó que defina de una vez si será o no candidato. Por su parte, el sector de la secretaria general de la UCR, Margarita Stolbizer –que comenzó a autodenominarse radicales R–, anunció que hará un acto el 10 de noviembre, en el que reclamará un candidato propio.

Lavagna consideró que esas presiones forman parte de “la interna radical” y señaló que no intervendrá en los tejes y manejes “de un partido al que no pertenezco”. “No voy a cambiar mi pensamiento. El partido radical sabrá lo que tiene que hacer y el camino que quiere tomar”, disparó el ex ministro, quien pidió que no hagan “vieja política”.

Más prudente, el sector posduhaldista de El General hasta ahora no reclamó en público que se aceleren los tiempos, aunque uno de los diputados que lo integran, el empresario Francisco De Narváez, ya lanzó su candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires. “Es una precandidatura válida. Claramente está trabajando con dedicación, con seriedad, seguramente van a aparecer otras candidaturas, no me cabe duda”, prodigó Lavagna a su posible compañero de campaña. En cambio, nada quiso decir sobre la hipotética candidatura del ingeniero Juan Carlos Blumberg, quien coqueteó tanto con su sector como con PRO. “Nunca trabajo sobre rumores sino sobre la realidad”, estimó Lavagna.

Sin embargo, no cerró ninguna posibilidad de alianzas, ni siquiera cuando le preguntaron por un eventual diálogo con Mauricio Macri. “Yo dialogo con todo el mundo. Depende para qué, con qué programa, con qué idea, con qué gente”, planteó Lavagna.

El ex ministro consideró que los cruces entre el gobierno nacional y la Iglesia son “una cortina de humo” para que “nos olvidemos de la desaparición del señor Jorge Julio López, el primer desaparecido de la democracia, como dijo el gobernador (Felipe) Solá”. Lavagna también deslizó la sospecha de que el Gobierno busca instalar una reelección indefinida. “Los retrocesos institucionales están: superpoderes, Consejo de la Magistratura, apoyo a reelecciones indefinidas de gobernadores. La reelección indefinida es traición a la patria.”

También sugirió que se derivan fondos para obtener el apoyo de intendentes radicales. “Eso no lo digo yo, (sino) lo sabe todo el mundo. Qué nos vamos a asombrar. No hagamos hipocresía, todos saben que se derivan fondos reservados. Para eso se hicieron los superpoderes”, dijo.