Con la noche campeando sobre Gualeguaychú, los vecinos debatieron entre mate y mate las nuevas medidas de protesta en las que incursionarán luego del fin de semana pasado, cuando retomaron el corte de ruta. En lo inmediato, aprobaron un escrache a las embajadas de Finlandia y España e inclusive ante las oficinas del Banco Mundial, que podría destrabar los créditos a las pasteras tras el informe de la CFI que interpretó que no contaminarán. “¡Nos vamos a tener que poner más duros contra estos piratas apoderados del Uruguay!”, señaló el asambleísta Alejandro Gahan. Los escraches en las respectivas sedes en Buenos Aires serían tentativamente el jueves próximo. La asamblea debatió sin llegar a un acuerdo sobre la posibilidad de retomar los cortes en el verano. La votación se postergó hasta un nuevo encuentro este martes. Aunque se mostraron divididos en ese punto, por lo bajo muchos prometieron: “El verano va a ser un infierno”.

Gualeguaychú desembarcó en un nuevo debate con tres posibles mociones circulando por los corrillos de la ciudad: organizar los escraches a las embajadas, volver a cortar el puente internacional San Martín, que conduce a Fray Bentos, o bien armar un piquete en el río Uruguay, que impida el paso de barcos que llevan insumos a Botnia.

Al anochecer, los asambleístas retomaron el tema de los bloqueos con posiciones divididas entre cortar o no cortar la ruta. Esa fue la cuestión, entre las paredes rosadas del Teatro Gualeguaychú, donde abundaron los equipos de mate y las familias repletas de hijos, que jugueteaban entre los bancos. Los organizadores calcularon unas cuatrocientas personas que se acercaron a debatir al Teatro.

Uno de los planteos más duros provino del líder de la Federación Agraria, Alfredo De Angelis, quien propuso cortar la ruta todo el verano, desde el 1º de diciembre de 2006 al 28 de febrero de 2007. “Tenemos que volver con los cortes en diciembre. Los uruguayos nos han quitado el sueño a nosotros, no les importa nuestra vida, y nosotros les queremos quitar las vacaciones. Queremos que el turismo argentino no vaya a Uruguay”, lanzó el asambleísta. “El Gobierno no quiere que cortemos la ruta, pero la asamblea no obedece a ningún político”, dijo.

Con variopintos matices, otros ambientalistas consideraron “viables” los cortes estivales, aunque hubo diferencias en cuanto a la intensidad y la frecuencia con los que debían realizarse. Luego de un prolongado discurrir sobre el tema no llegaron a una moción conjunta y postergaron la votación para el martes próximo. Allí continuará discutiendo. Además, anunciaron una “gran asamblea popular” para el domingo 29, que será a cielo abierto.

Luego de que fuera echado un periodista uruguayo “que se mostró muy maleducado” en la asamblea anterior, los vecinos decidieron también volver a permitir la presencia de medios extranjeros previa acreditación “y siempre que sean éticos profesionalmente y fieles a la verdad”.

En lo que hubo acuerdo fue en hacer los escraches y en exigirle respuestas al Banco Mundial. “Queremos saber si sin la licencia social y con la violación del Tratado del Río Uruguay van a tener la misma postura”, planteó Gaham, quien también propuso pedirle por carta al presidente Néstor Kirchner que retome el diálogo con su par uruguayo Tabaré Vázquez. “Queremos saber que pasó con el pedido que le hicimos al Presidente de que reinicie el diálogo, independientemente de que sabemos que Vázquez está sordo”, disparó el asambleísta. La medida fue aprobada, entre aplausos.

–Tenemos que evitar que esto estalle en actos de violencia –señaló Gahan, para espantar cualquier fantasma de patoterismo de la asamblea.

La discusión sobre la postura del Gobierno tuvo sus altibajos, aunque la mayoría pidió nuevas medidas. “Evidentemente, habría que ponerse más duro con Uruguay, que ha vendido el alma al diablo y está dominado por las empresas. No decimos que no hacen nada... es que tiene que hacer más”, aseguró Gaham. Los discursos se concentraron principalmente en responder al gobernador Jorge Busti, quien adelantó su pedido de frenar los cortes de ruta (ver aparte).

“Cada cual tiene que cumplir su rol, él mantener el orden y el Presidente también, pero nosotros tenemos que cumplir el rol que nos ha encomendado la sociedad para empujar esto y llevarlo adelante cuando no se ocupaba”, le respondió Gustavo Rivollier, que fungió como coordinador de los prolongados discursos nocturnos. Rivollier recordó que la Asamblea “se ha manejado de manera independiente de todos los mensajes políticos” y remarcó que para “muchos” “lo que está haciendo el gobierno es poco”.

De todas formas, algunos se mostraron comprensivos con el reclamo de Busti. “El gobernador no puede estar de acuerdo con un bloqueo”, razonó De Angelis. “No es que estemos de acuerdo o no con Busti, pero cuando la asamblea toma una decisión la lleva adelante”, señaló la secretaria de la Asamblea Ciudadana, Marta Gorrastagasú.

En tanto, la publicitada idea de bloquear el río Uruguay para impedir el paso de los barcos destinados a abastecer la obra de Botnia no fue planteada en la asamblea. El proyecto era impedir la provisión de materiales de construcción europeos para la pastera desde Campana, con algún tipo de piquete naval. Se basaba en el planteo del embajador Raúl Estrada Oyuela, quien consideró que el uso del puerto construido por Botnia es “otra violación” del Tratado del Río Uruguay. Antes de la asamblea, ya algunos asambleístas plantearon que era impracticable la medida. “Si te ponés con un barquito enfrente, te pasan por encima. Además podemos movernos solo hasta la mitad del río. Salvo que lo haga Greenpeace”, argumentó un vecino, que recordó un breve bloqueo que hizo la organización asambleísta.