Desde abril de 2000, la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo publica un periódico mensual de distribución gratuita en todo el país que, pese a las modificaciones de formato y diseño que tuvo a lo largo de estos años, siempre mantuvo un meta: ser un espacio para brindar información a quienes tienen dudas sobre su identidad. Allí pueden leerse notas sobre la restitución de la identidad a jóvenes apropiados durante la dictadura pero también sobre el trabajo de la institución en todos sus aspectos. Entre los profesionales que integran Abuelas, un grupo de ilustradores aporta su rasgo distintivo al mensuario. Treinta de sus dibujos de Lucas Nine, Pablo Bernasconi, Martín Kovensky, Mirian Luchetto, Daniel Roldán y Mariano Lucano se pueden ver en la muestra Sucesos Ilustrados de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Centro Cultural Recoleta, hasta mañana.

“Esta es una expresión de la solidaridad de los artistas plásticos que han hecho los afiches y el periódico mensuario de Abuelas de Plaza de Mayo durante tantos años”, dice Estela de Carlotto a Página/12. “Son gente que nos ha rodeado con su cooperación, con su cariño y ha contribuido con su arte al encuentro de los nietos. Para nosotros, estar en este centro cultural que también ha sido tan solidario exhibiendo una historia de solidaridad de esta queridísima gente, es un alimento más para seguir luchando”, agrega la titular de Abuelas, quien destaca que “el arte siempre sirvió para las expresiones sociales del momento”. “Así como tenemos en el Guernica de Picasso lo que pasaba en España en su momento, acá tenemos a estos queridos amigos que expresan una realidad social de nuestro país, una historia terrible y el derecho a la identidad sobre todo. Y eso abre conciencias”, explica.

Raúl Belluccia, colaborador de Abuelas en temas de comunicación y diseño, cuenta que la muestra surgió como parte de la campaña “¡Gracias Abuelas!” (ver recuadro) y “de una serie de actos de agradecimiento al trabajo y a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo”. “Además, el conjunto de ilustraciones era digno de ser sacado del archivo y mostrarlo a la gente”, agrega.

Cada uno de los ilustradores tiene su propia técnica. Lucas Nine estudió magisterio de Bellas Artes y realización cinematográfica en Avellaneda, y sostiene que su técnica es una combinación del viejo dibujo seco con técnica del pincel o plumín con tinta china y una intervención digital. “Los temas cambian muchísimo –explica–. Así que mi tarea no es tanto repetir lo que dice el texto pero sí crear un contrapunto emotivo, del lado de lo sensorial con el texto que tengo al lado que, muchas veces, son datos crudos, un número estadístico. Trato de tomar ese dato y ponerlo dentro del universo emotivo al cual ese dato pertenece realmente. Justamente, tiene un valor ese dato y es porque, de alguna manera, se refiere a nosotros.” Mariano Lucano es diseñador gráfico de la UBA y dice que cuando dibuja para el periódico de Abuelas trata de “generar una pieza que se pueda bancar sola sin la necesidad del diálogo con el texto, que es algo que sucede en el contexto de la muestra”.

Daniel Roldán es también diseñador gráfico de la UBA y colabora en el periódico desde el primer número. “Temáticamente es una opinión ilustrada”, describe sobre su trabajo. “Permite volcar lo que uno piensa sobre cada tema”, agrega Roldán, y dice que participar en el mensuario de Abuelas implica un trabajo colectivo y “cada vez que encuentran a alguien uno no se siente el responsable de eso pero es reconfortante”. Mirian Luchetto, que estudió diseño gráfico, dibujo e historieta, destaca que, a veces, los temas pueden estar vinculados a la psicología y la psiquiatría, y abordar “las secuelas que dejó la problemática de una persona desaparecida, de tener un hijo desaparecido o ser un nieto desaparecido”. “A veces –explica– se pone muy técnico y con un lenguaje específico. Entonces, lo tenés que bajar, lo tenés que humanizar y eso te permite volar sobre lo que vos pensás en realidad”, señala Luchetto.

Estos jóvenes ilustraron notas sobre la Red Nacional por el Derecho a la Identidad, los orígenes del Area de Presentación Espontánea de Abuelas de Plaza de Mayo, la anulación de las leyes de impunidad, los centros clandestinos de detención que funcionaron durante la dictadura y los logros de las Abuelas en el ámbito jurídico, como la detención de represores, apropiadores y médicos responsables de partos en centros clandestinos de detención. Otras ilustraciones acompañaron notas cuando se cumplieron 30 años del golpe de Estado y sobre denuncias efectuadas por Abuelas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Incluso hay ilustraciones de las notas más simbólicas del periódico: la recuperación de la identidad de los nietos apropiados durante la dictadura.