El salón de actos del Instituto Hannah Arendt estaba tapizado con fotografías de matrimonios de comienzo de siglo. A tono con la exposición, como el antiguo matrimonio del PS y del ARI que se reencontró para dialogar. Sin la presencia de Elisa Carrió ni de Hermes Binner, los miembros de las mesas de conducción descartaron, de momento, un acuerdo electoral. En cambio, conversaron sobre la herencia de la derrota oficialista en Misiones. “Misiones es irrepetible en el orden nacional. No pensamos ceder a la tentación de mezclar la derecha, la izquierda y el centro”, explicó a Página/12 el secretario general del PS, Oscar González, que fungió de vocero junto con su par del ARI, Elsa “Tata” Quiroz. La destinataria de las críticas fue la posible coalición entre Mauricio Macri y Roberto Lavagna.

Entre sandwichitos de miga, café y gaseosas, el encuentro tuvo una familiaridad casi de entrecasa. Como una reunión de viejos conocidos: el ARI y el PS tuvieron una alianza desde 2000, que terminó (no precisamente en buenos términos) a fines de 2002. Los dirigentes, que habían compartido largas madrugadas parlamentarias, quedaron distanciados por diferencias en el armado de las listas. Aunque mantuvieron una relación cordial en los últimos años, es la primera vez que ambos deciden abrir un diálogo en común. En el ARI prefieren hablar de “conversaciones”, porque hay “muchos diálogos últimamente”.

“No estamos en esta reunión para hablar de temas electorales”, aclararon –por las dudas– en ambos lados al comienzo de la reunión, en la que dejaron de lado la discusión de candidaturas. Tampoco tocaron la situación en Santa Fe, donde el ARI provincial busca apoyar la candidatura de Binner a gobernador. Algo que no es del todo bien visto por Carrió.

–Che, ¿ya se fue Polino así podemos fumar? –preguntaban los del ARI para chancear al ex diputado, que logró que no se pudiera fumar en el recinto.

Por el ARI, estuvieron Quiroz; el jefe del bloque, Eduardo Macaluse; el apoderado del partido Adrián Pérez; y por el PS, González, el presidente del partido, Rubén Giustiniani; el ministro de Descentralización porteño, Roy Cortina; los ex diputados Héctor Polino y Jorge Rivas. Los socialistas estaban de corbata, los del ARI más informales. El diálogo trasuntó sin demasiados sobresaltos: los socialistas presentaron los 20 puntos que acordaron en la Convención Nacional y desde el ARI aportaron los tres contratos (moral, de redistribución y republicano). Adrián Pérez y González hicieron mención al “pasado en común” del ARI y el PS. Y coincidieron en que “las experiencias del pasado no deben repetirse”.

“Establecimos algunos límites en los que coincidimos: no nos juntamos con el bipartidismo, ni con el PJ, ni con la UCR, ni con partidos oportunistas que se ubican en un dictamen conjunto y ahora cuestionan superpoderes cuando antes los avalaron”, disparó Quiroz. “Este es el inicio de una vinculación claramente política, que hoy no tiene expresión electoral”, dijo González. “En el Comité Ejecutivo Nacional de hace un mes dijimos que teníamos el ancho de una calle para dialogar, pero también que no hablamos ni de Kirchner, ni de Lavagna”, aclaró Giustiniani.