Los tres pasos a Uruguay quedaron ayer nuevamente bloqueados por cortes simultáneos de los vecinos de Colón, Gualeguaychú y Concordia. El cierre de los puentes internacionales se mantuvo hasta las doce y media de la noche, cuando en la última de estas ciudades levantaron la medida. Pero el bloqueo total volverá a repetirse hoy, ya que la gente de Concordia votó volver a la ruta este mediodía, para permanecer allí hasta las 22. En Colón y Gualeguaychú el bloqueo se mantiene de forma permanente.

El endurecimiento de la protesta tiene que ver con el recambio turístico, con el fallo de La Haya que rechazó el pedido uruguayo de desalojar los puentes y con el clima preelectoral de la provincia, donde los candidatos compiten por mostrarse cada cual más guerrero frente a la instalación de Botnia. Eso, y la intransigencia de la pastera, que ya está casi terminada y se prepara para iniciar las pruebas de funcionamiento de su planta, son la caldera en la que el conflicto va subiendo de temperatura.

En Gualeguaychú el corte cumplió 86 días. En Colón seguirá hasta el domingo, en un clima de tensión con un grupo de comerciantes que amenaza con desalojarlo por la fuerza, como ya pasó en dos oportunidades. Se trata de comerciantes que tienen sus locales junto a la estación de servicio de Neris Bouvet, el impulsor de los desalojos anteriores, dueño del complejo de edificios que alquila al resto.

El martes, Bouvet advirtió que volverá a sacar de la ruta a quienes la cortan. Los integrantes de la asamblea aseguraron, sin embargo, que ayer tuvieron una reunión con los comerciantes –a la que no asistió Bouvet– y descomprimieron el mal clima. En el encuentro recibieron el pedido de trasladar el corte unos kilómetros. “Vamos a discutirlo. Por ahora, nos pusimos de acuerdo en que la única manera de llegar a una salida es mediante el diálogo”, señaló el vecino Sergio Hassan.

De todos modos y por las dudas, la asamblea gestionó el apoyo del Sindicato Argentino de Televisión, que mandó 80 personas al corte. El SAT también aportó gente para reforzar el bloqueo de Concordia en su debut.

Sobre el puente que une Concordia con la localidad uruguaya de Salto hubo unas cien personas. “Estamos conformes, fue un buen corte, con un nivel de clase media, que es la gente que viene porque realmente quiere”, dijo Pedro Ruiz Díaz, revelando una de las internas que atraviesa la localidad, la más inestable y cambiante con respecto a los cortes.

Hasta hace poco, la asamblea ambientalista “histórica”, vinculada al gobernador Jorge Busti, rechazaba los cortes; sus integrantes llegaron incluso a impedirlos por la fuerza. Luego, con el correr del verano, cobró fuerza una segunda asamblea, ligada al Movimiento Territorial de Liberación, la organización piquetera del Partido Comunista. Este grupo fue el que hizo los últimos bloqueos, pero no quiso participar del de ayer. Ramón Cabrera, principal referente del sector, amén de candidato en las próximas elecciones, dijo que no se sumaron “porque no estamos de acuerdo en el planteo del corte por el corte en sí mismo y porque pensamos que, al ser tan seguidos, se desgasta como medida y termina siendo funcional al Gobierno”. Finalmente, los que hicieron el corte de ayer se autoproclaman “independientes” y “apolíticos”, según dijo Ruiz Díaz. Y “de clase media”.